19 Beber

50 4 1
                                    

—¡¿Te propuso matrimonio?!— Gritaron euforicas escupiendo su bebida mientras Zeldris desviaba la mirada avergonzado, sintiendo las miradas curiosas a su alrededor.

—No puedo creerlo Gelda es rápida.—Jenna sonrio dándole un codazo a Elizabeth quien seguia procesando la información.— llevan más de medio año.

—¿Que le respondiste?—Elizabeth noto la mirada decaída de Zeldris.

—Por supuesto que le dije que estaba loca, no podría casarme aún necesito un ingreso estable, ya no depender de mis padres y madurez mental para casarme.— Elizabeth asintió y Jenna ladeo sus labios tenía razón.—Yo adoro a Gelda pero no estoy listo.

—Es verdad, el matrimonio no es un juego. Por mucho que aprecies a la persona debes tener bases para sostenerlo, no es lo mismo verlo unos días a convivir día y noche con alguien.— Elizabeth dio un gran sorbo a su bebida sin apartar su mirada azul de los ojos verdes de Zeldris que asintia concordando con Elizabeth.

—Bueno si es verdad, entonces ¿ella va esperarte?

—Dijo que cuando estuviera seguro le diera un  anillo.

—¿Le dijiste que esperara sentada?— Elizabeth cuestiono divertia dando otro trago a su cerveza mientras que el azabache volvía asentir.—Bien, por el momento Brindemos por el próximo novio.

Si algo caracterizaba a este trío era su capacidad para beber. Después del bar terminaron en el departamento que jenna comparte con su hermana. Sus risas y cantos comenzaban a incomodar a los vecinos después de una hora apareció Zaneri con ganas de matar al trio que tenían botanas tiradas y decían estupideces. Llamo al único adulto responsable que conocía; Meliodas. Novio de Elizabeth y hermano de Zeldris, ella no iba a batallar con los borrachos.

En la entrada del edificio de Zaneri Meliodas se encontró a Gelda que había recibido un mensaje subliminal por parte de Zeldris ambos estaban en silencio, Gelda lo miraba de reojo ella aun no perdonaba la estupidez de Meliodas y en el fondo de su corazón quería golpearlo y decirle unas cuantas cosas. Al llegar encontraron al trio sentados en la alfombra hablando de cosas raras.

—¿ah? Estas demente. Meliodas y yo tenemos sexo casi todos los días mientras que tu tienes que esperar a que sus horarios coincidan.

—Te ganó– Zeldris alzo su mano para chocarla con Elizabeth.

—Tu callate, estas en abstinencia.—Jenna le saco la lengua a Zeldris quien hizo una mueca indignado.

—¿Y eso que? Una vez que tengamos sexo por primera vez no le daré tregua, no saldrá de la cama. Y le ganaremos a la cabeza de chicle.

Meliodas y Gelda se miraron entre sí cuestionandose ¿como esta persona puede enamorarme cada día? Zeldris jalaba de las mejillas a Elizabeth mientras ella lo jalaba de sus cabellos negros. Jenna dio un gran sorbo a su cerveza y cayó por fin.

—Sus novios su problema.— Dijo Zaneri mirando al par de locos que peleaban. Gelda tosió un poco llamando la atención del duo dinámico.

—Meliodas amor— Grito Elizabeth tratando de ponerse, Meliodas por reflejo corrio para evitar la caída de pronto Elizabeth lo alejo cayendo a un lado de Zeldris.— No me toques, acabo de recordar que estoy enojada.

—Si no le hables.

—Amor, vamos deja de hacer una escena.—Meliodas se acerco meloso a Elizabeth acariciando su mentón para convencerla. Sin embargo el ceño fruncido de Elizabeth no cedia.— Dime por qué estas enojada y lo compesare.

—Estamos muy molestos.— Si, Zeldris se había unido al problema.

—De acuerdo, por qué están molestos.

Dulce locura.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora