2 Llamada.

74 3 4
                                    

Abrazar su cintura, besar y masajear sus suaves y firmes senos, acariciar sus largas piernas, aferrarme al vaivén de sus caderas cuando me monta con tanta facilidad, morder su delgado cuello y su marcada clavícula. Ella es un dulce veneno del cual no he buscado antídoto. Su personalidad caótica me envolvió; su forma descarada de coquetear, su agresividad y sus impulsos de sentirse querida.

Melascula debió servir algún demonio en su otra vida no tenia alguna otra explicación, ella te lleva de la mano a las puertas del purgatorio, enrolla sus sensuales piernas en tu cadera y antes que te des cuenta ha tomado un pedazo de tu alma, haciéndote caer en una dulce locura.

Yo caí rendido a sus pies, tomando las migajas de amor que se repartían entre sus amantes así fue en un principio pero algo cambio en ella, ya no había más amantes solo eramos ella y yo, enlazando nuestras manos, abrazando nuestra desnudez  permitiendo que nuestros demonios se tomaran entre ellos. Una amante de corazón frío y un amante romántico.

Abrio despacio sus soñolientos ojos observando los cabellos rosas alborotados en el rostro de Melascula. Ella es hermosa. Suavemente acaricio el rostro de la femina haciéndola reir.

—Esto no puede continuar.

—Siempre dices eso.— dijo bajito abrazando por el cuello al azabache.

—Estoy interesado en Jenna.

—No lo suficiente.—Beso las mejillas de Zeldris y acaricio sus hebras negras hacia atrás observando sus verdosos ojos. — Disfruto tanto como tú el sexo.

—Tengo que irme—retiro los brazos de Melascula y se puso de pie, se vistió rápido quería espacar de aquella mujer antes de que volviera a caer a sus pies. Ella frunció el ceño y camino rápido hacia él.

— Mirame.—Zeldris negó colocándose su abrigo negro. Ella no se dio por vencida y sostuvo el rostro de Zeldris.— Vuelve al departamento.

—¿Por cuanto tiempo? Hemos hablado de esto más de una vez. Quiero una relación estable y sana ¿tu que quieres?

El silencio de la chica fue fácil de interpretar. No relación no funciona es caótica y saca lo peor de cada uno. Zeldris se coloco su bufanda y salio de la habitación, Melascula se coloco su bata y salio tras de él, una parte de ella quiera quedarse a su lado y otra dejarlo ir, se senti insuficiente y estúpida.

—¿Te espero para salir juntos del hospital?

—No pero vendre más tarde, traeré tus cosas.—Aquellas palabras le provocaron un vacío en su pecho ¿este era el final de su historia? Melascula asintio.

—¿Mis cosas?

—Si.—Zeldris por fin la miro a los ojos. Estaba convencido que era lo mejor.— Tu ropa, zapatos, libros, tus objetos personales ¿a que hora te encuentro?

Melascula camino a la cocina para hacerse un poco de café, Zeldris suspiro y fue tras de ella, una vez más evadia el tema.

—¿me acompañas a tomar a beber café?

—No, vengo más tarde. Te llamare.

Salir de aquel apartamento donde vivio mil aventuras con aquella pelirosa no era fácil, conocía cada rincón del lugar y conocía también cada rincón del cuerpo de Melascula incluso sus hábitos, horarios y gustos. Cuatros de caos no eran facil: dos años de ir y venir y dos años de relación formal. Debia poner el punto final a este capítulo de su vida.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Dulce locura.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora