12
La suave brisa del aire golpea suave mi cara, a mi lado, Cani toma con total calma su té.
Estos han sido por mucho tiempo mis momentos favoritos, cuando estamos los tres haciendo nada, sin hablar, viendo los árboles y disfrutando de la presencia de los otros.
Lástima que hoy USA no pudo venir.
Lástima que yo no estoy en completa paz.
Qué lástima no poder apreciar el paisaje tranquila a causa de mi corazón inquieto.
–el día es muy lindo como para andar sufriendo– dice Canadá de repente– si vas a preocuparte, cuéntale a alguien el problema, así al menos lo hacen juntos.
Sonrío ante sus palabras, no sé cómo es que siempre logra decir cosas así de inspiradoras.
–no quiero arruinar el momento con mis cosas. Rara vez podemos estar así de tranquilos, prefiero hablar de eso luego.
–creo recordarte decir que para luego es tarde.
–a mí me mama dejar las cosas para después.
Nos sumimos en otro silencio, cada uno yéndose a su mundo. Sé que el maple se estará preguntando qué es lo que me tiene tan inquieta, y que esto lo tendrá preocupado. Suelto un suspiro de resignación, no quiero que se coma la cabeza pensando en qué chingados me pasa.
–creo que debo terminar mi relación con Rusia– suelto sin filtro.
–si me lo dices es porque ya decidiste hacerlo– habla tranquilo. No me sorprende que esto no lo descoloque, él siempre ha sido el más centrado de los tres– ¿quieres contarme lo que pasó?
–ya no me quiere, aunque creo que nunca lo hizo, para empezar.
– ¿por qué piensas eso?
–nunca sentí un cariño verdadero viniendo de él– digo encogiéndome de hombros– es muy cierto eso de que siempre hay uno que da más en las relaciones.
–tal vez, pero eso no quiere decir que Rusia no te quiera.
–pero no lo hace, porque de ser lo contrario, él no se habría enamorado tan fácil de alguien más.
Esta vez Cani no dice nada. Pues claro, nadie creería que el ruso aquel me dejaría de esta manera, y lo peor es que ni siquiera se ha atrevido a dejarme.
Eso es aún más doloroso.
–hace un par de meses nos encontramos a Irán saliendo del super, nos quedamos hablando un rato y fuimos a comer los tres juntos– vuelvo a hablar después de unos minutos– hasta ahí todo bien, pero con el paso de los días ellos se encontraban más y más, llegó al punto en que Rusia cancelaba nuestras cenas para ir con ella. Ya perdí la cuenta de las noches en las que llegó de madrugada. Quiero tenerle un poco de confianza y pensar que no se ha atrevido a serme infiel, pero mientras más lo pienso, más me cuesta creerlo. Quiero terminar en paz esta relación, aunque si él me engañó, no creo que pueda hacerlo.
Siento un nudo en la garganta y a mis ojos picar a causa de las lágrimas retenidas.
–Méx...
–al principio me dije que solo estaba exagerando, que mis sospechas eran infundadas y que no eran más que mis celos e inseguridades hablándome– lo interrumpo, quiero sacarlo todo de mi pecho de una vez, porque siento que si me quedo callada ya no podré retener mis lágrimas y me derrumbaré– pero cuando veo su sonrisa al hablar con ella, cuando se mandan mensajes o cuando la menciona, sé que solo me estoy mintiendo. No recuerdo cuando fue la última vez que Rusia sonrío así conmigo.
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one-shots
FanfictionPequeñas historias de los countryhumans, cada una independiente de la otra. En su mayoría serán historias rusmex, pero también habrán otros ships.