❝A nadie le importa quienes somos, o qué sucede con nuestras vidas. Somos olvidados y marginados para no tener oportunidad de pelear. Para aquellas personas que aman pisar las cabezas de otros por poder siempre fuimos perros rabiosos, pero algunos d...
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14.Presagio.
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Rara vez, una pequeña luz danzaba rápidamente en la mente de Zivah Mizrahi. Un presagio de peligro inminente, y tras todos aquellos años, conocía su interpretación.. La castaña sabía a la perfección que algo se acercaba, y no podía ser nada remotamente bueno. Sus experiencias la habían llevado a desarrollar una clase de sexto sentido que la acompañaba en batalla, y que rara vez se equivocaba. Sin embargo, siempre la asustaba: cuando ocurría, significaba que algo malo y sin ningún tipo de solución ocurriría. Y Zivah jamás había podido detenerlo.
Una muestra evidente había sido el secuestro de Yedid. Mizrahi sabía a la perfección que algo pernicioso ocurriría, pero jamás había llegado a imaginar que sería su propia sangre la que desaparecería. También, la pequeña luz danzó entre sus pensamientos cuando Los Diez Anillos la atrapó en Israel. Pero no fue cuando los rodearon en el pueblo, tampoco cuando el automóvil táctico se llenó de llamas prohibiéndole a ella y a Oliver escapar, sino que fue poco antes del alba. Cuando el cielo amenazaba con despertar, Zivah supo que su muerte se acercaba. Finalmente, fue salvada por el sokoviano, no sin haberse ganado varias heridas para toda la vida.
Era su forma de saber que estaba próxima a algo completamente fuera de su control. Y peor aún, que no existía forma alguna para ella de cambiar algo al respecto.
Cuando danzó frente a sus ojos mientras salía de bañarse, supo que estaban en peligro. Y lo comprendió todo cuando recibió el llamado de Barnes, tan sólo unos pocos instantes después. Aún con su mente alerta, y un fuerte análisis corriendo en su cerebro, no pudo evitar asimilarlo a sus palabras: sabían dónde estaría Karli, e irían tras ella. Era la adolescente la que se encontraba en un peligro inminente.
Por esa razón, corrió a la habitación, buscó sus prendas, y se cambió en sólo cuestión de minutos, dispuesta a acompañar a Barnes en aquella misión. Con uno de los pocos trajes elegantes que Oliver había podido traer desde Madripoor, y sus botas militares ya desgastadas, Zivah se sentía lista para todo —o al menos, casi todo—. Si podía detenerlo, debía intentarlo. Si podía salvar a Karli, no podía rendirse.
Entendió que su premonición no podía ser ningún tipo de falsa alarma cuando llegó. Policía, equipos tácticos, y todo tipo de armas se lucían en la entrada al edificio donde era llevada a cabo la reunión para discutir sobre qué harían con todos los desplazados. Presionó la mandíbula con fuerza al entender que no habría otro lugar en el mundo en donde los Flag-Smashers pudieran estar, y que eso significaba que nada terminaría bien aquella noche.
—Estoy llegando —tras varios minutos en completo silencio, Zivah escuchó la voz de Wilson a través del comunicador colocado en su oído derecho. Miró a su alrededor unos pocos instantes, y se puso en movimiento al notar que Barnes le hacía una seña para que lo siguiera.
