05.Reminiscencias.

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05.REMINISCENCIAS

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		Cuando Bucky había visto por primera vez a Zivah Mizrahi, parada allí en medio del puente, esperando por ellos en su traje elegante, había pensado que estaban metiéndose en terreno peligroso

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Cuando Bucky había visto por primera vez a Zivah Mizrahi, parada allí en medio del puente, esperando por ellos en su traje elegante, había pensado que estaban metiéndose en terreno peligroso. La castaña tenía una mirada oscura y una expresión que rozaba el aburrimiento. Había demostrado una amabilidad poco creíble al momento de presentarse y James pensó que sería similar a interactuar con Zemo. En cuestión de horas, le había demostrado que estaba muy equivocado.

    Realmente no entendía en profundidad cómo era que Zivah había decido ser amiga de Helmut Zemo. Aquel hombre que decidió jugar con su mente, convirtiéndolo en el Soldado del Invierno en contra de su voluntad, y así consiguiendo que Tony Stark se pusiera en contra de Steve Rogers. Lo único que él conocía era aquel lado oscuro y malicioso que había demostrado a los héroes tras perder a su familia, pero la castaña le indicaba que ella había llegado a conocer la gran gama de colores que se albergaba en lo profundo de su alma.

    Debía tener un gran valor para adentrarse en una mente tan oscura como la de él.

    El trayecto de regreso tras lo que Bucky podía considerar un desayuno fue bastante rápido. Ambos recordaban bastante bien el camino —una gran habilidad adquirida de parte del oficio, estaba seguro—, y aunque caminaron en silencio, no sentía tanto peligro rodeando sus figuras como antes. Parecía como si ya no fueran extraños en aquel lado de la isla. Aunque era probable que los habitantes de Hightown entendieran que finalmente se alejaban de allí, y ya no eran un posible problema a eliminar.

    —No dirás nada —le recordó deteniéndose ante la puerta por la que ambos habían salido anteriormente. Pasó las manos por su bolsillos rápidamente, revisando que todo estuviera allí, y luego centró los ojos verdes en los suyos, que aquellas horas de la mañana, y con todo el cansancio que ambos acarreaban, parecían grises—. Al menos no a Zemo. Se molestaría mucho si lo sabe.

Bark Loud | Bucky BarnesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora