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Los días habían pasado. Jennie y Jeongyeon ya habían sido dadas de alta, mientras que Nayeon seguía en el hospital haciéndose estudios y chequeos constantes. Jeong no había dejado de visitarla y, de vez en cuando, las demás iban a saludarla también.

Seulgi, con ayuda de Lisa, había encontrado alguien que le llamó la atención y hoy saldrían por primera vez para conocerse. Seulgi y Irene irían en una cita doble con jisoo y Rosé.

Por su parte, Jennie y Lisa iban a tener su primera cita oficial, por lo que Jiu estaba ayudando a que la más pequeña se ponga muy bonita para la tarde.

─Ya, Lisa. ¡Apúrate, van a ser las 4 y todavía no decides que ponerte! ─Se quejó la mayor mientras esperaba sentada en la cama a que Lisa se digne a salir del baño.─ Jennie se hará vieja esperándote.

─Es que todo me queda horrible...─ Dijo algo desanimada, mirándose en el espejo del baño. Jiu, al escuchar esas palabras, frunció el ceño.

─¿Horrible? Lis, ¿Quedaste ciega por el delineador que te tiré en el ojo sin querer? ─Bromeó y recibió una risita desde la otra habitación.─ ¿Por qué no sales así puedo ver qué tal?

Luego de un pequeño silencio, la puerta se abrió, revelando a una hermosa Lisa con un vestido blanco con estampado de pequeñas flores rojas. Su cabello estaba suelto y algo ondulado. Sin duda alguna, estaba preciosa.

─¡Pero si vas a tener a las chicas haciendo fila! ¿Por qué dices que te queda horrible? ─ Exclamó Jiu, caminando, boquiabierta, al rededor de Lisa y arreglando algunas partes de su vestido.

─¿Tu crees? ─Sonrió levemente al ver que la mayor asintió. Se miró una vez más al espejo y sus mejillas se volvieron algo rosadas.─ ¿Crees que a Jennie le guste?

─Por favor, lisa. Jennie te vio hasta con ese raro pijama de gato y aún le gustas un montón. ─Rió y la menor de dió un golpecito en el hombro.

El timbre sonó. Ambas sabían que era la coreana. Jiu arrastró a la menor hasta la puerta ya que esta estaba paralizada por los nervios. La dejó ahí y se alejó un poco. Lisa suspiró y abrió la puerta lentamente.

─¡Lisa! ¿Estás lista para irnos? ─Preguntó Jennie, jugando con un mechón de su cabello. La menor miró a Jiu, quien le asintió desesperadamente y le hacía miles de señas para que acepte.

─Sí. Vamos. ─Sonrió y tomó la mano de jennie, para salir de la casa y comenzar a caminar a su destino.

Mientras caminaban, charlaban, contaban chistes y reían. De vez en cuando se miraban sin decir nada, ya que sus ojos decían más de lo que ellas podrían. Sin duda estaban muy enamoradas. 

Conforme más avanzaban, Jennie se ponía más nerviosa. Sus manos comenzaban a sudar y lisa lo notó. Se preguntaba qué era lo que tenía inquieta a la coreana. Dejó sus pensamientos de lado cuando llegaron al parque y Jennie la llevó a paso rápido a un lugar algo escondido.

─Jen ¿A dónde vamos? ─La mencionada soltó una risita pero no respondió. Siguió guiándola hasta aquel sitio. Un poco antes de llegar, Jennie se detuvo y tapó los ojos de Lisa con una venda.

─No te preocupes, yo te guío. ─Le susurró al oído, mientras tomaba sus manos y la llevaba lentamente al lugar que preparó sólo para las dos.─ Ya, puedes quitártela.

Las manos de Lisa quitaron esa tela que la privaba de su visión, encontrándose a Jennie parada frente a un picnic junto al lago del parque. Una gran sonrisa se formó en el rostro de la tailandesa.

─¿T-te gusta? Traje pastel de Re-...─ Jennie fue interrumpida por la menor, quien saltó hacia ella para darle un gran abrazo.

─Me encanta, Nini.

El nerviosismo, que antes habitaba en ambas, había desaparecido. Ambas estaban muy ocupadas disfrutando el momento. Cantaron canciones, comieron pastel de Red velvet, se dieron algunos besitos y se acostaron a mirar las nubes. 

─Mira, Jen. Esa de allá parece un gato montando a caballo. ─Señaló con su dedo aquella nube tan cómica y soltó una risita. Jennie no prestó atención a eso. Estaba enfocada en aquel anillo en el dedo de Lisa.

─Te lo pusiste... ─Tomó su mano y miró ese anillo con una sonrisa.─ Yo también lo tengo, mira. ─Extendió su mano y se lo mostró orgullosa, cosa que causó una tierna sonrisa por parte de la tailandesa. En ese momento recordó el objetivo de su salida con Lisa, por lo que se sentó rápidamente y lisa hizo lo mismo.

─¿Qué pasa, Jennie? ─Preguntó lisa preocupada por el movimiento tan repentino de la coreana. Jennie, en cambio, tenía una pequeña sonrisa boba. Volteó a ver a la menor y la tomó de los hombros.

─lisa, ¿Serías mi novia? ─La más pequeña abrió los ojos de par en par y sonrió de oreja a oreja. Siempre había soñado con ser la novia de Jennie kim y, finalmente, se lo había pedido.

─¡Sí! Seré tu novia y nunca, nunca te dejaré ir. ─ La tomó de las mejillas y la llenó de besos por todo el rostro, finalizando con uno en los labios. ─ Te dejé ir una vez, no pienso cometer el mismo error otra vez.

─Esta vez sí estaremos juntas para siempre. ─Ambas chicas se abrazaron fuertemente y rieron una vez más.

FIN

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