🍑 CAPÍTULO 3

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Mu Qing no se sentía bien con Feng Xin alrededor.

Bueno, tampoco se sentía mal.

Pero él preferiría simplemente no involucrarse.

Después del campamento en las montañas, Mu Qing hizo todo lo posible para alejarse de Feng Xin. Porque estar cerca del tipo hacia que sus hormonas fueran salvajes como un enjambre de abejas, zumbando y zumbando bajo su piel. Y en más de una ocasión había terminado con el culo mojado.

Y su malestar físico solo empeoraba.

Había despertado con unas nauseas terribles. No había vomitado, simplemente era un malestar persistente, su estómago estaba revuelto y no quería saber nada de comida. Solo quería recostarse un momento. Antes, Mu Qing jamás fue alguien que se cansara físicamente, ahora, caminar dos calles hizo que perdiera el aliento y casi muriera en la estación de bus.

¿Eso podía tener conexión con su cambio reproductivo? Porque cuando era alfa jamás le paso tal cosa. ¿Estos síntomas horrendos eran algo que tenían que soportar todos los omegas? Si es así ¿Cómo lo aliviaron?

Feng Xin lo alcanzó en la estación de bus, el imbécil tenía el cabello hecho un nido de pájaros y había una marca de sabana arrugada en su mejilla derecha. Mu Qing levantó la vista de la pantalla de su teléfono para verlo bien. Sí, tenía una mancha de salsa en la camiseta. Sus dedos picaron por estirar las manos y peinar ese desorden de pelo que llamaba cabeza. Feng Xin recostó su cabeza en el hombro de Mu Qing y frotó su mejilla allí. Mu Qing se alejó instintivamente, cuando Feng Xin intentó volver a hacerlo, le dio una "pequeña" palmadita en la mejilla. Los ojos de Feng Xin se abrieron de golpe.

―Idiota ―dijo mientras se sobaba la mejilla.

Mu Qing puso los ojos en blanco.

―imbécil.

―¿A qué hora es la fiesta de cumpleaños de Hua Cheng? ―Feng Xin todavía estaba medio adormilado cuando pregunto.

―Veinte horas ―respondió Mu Qing.

Feng Xin se contó los dedos.

―A las ocho, presumido.

Mu Qing no pudo evitar reírse de su estupidez. Dioses, el tipo era la cosa más cómica sin pretensiones. Mu Qing no sabía si Feng Xin se esforzaba en absoluto para tener el sentido del humor más malo de todos.

―¿Te han dicho alguna vez que eres jodidamente hermoso? ―dijo Feng Xin. Y la risa de Mu Qing desapareció.

Ambos se miraron durante un segundo. La cara de Mu Qing enrojeció al instante, Feng Xin seguía viéndose como si fuera a caer dormido en cualquier momento.

―Cierra la boca ―balbuceó Mu Qing.

Sintió el estómago vacío mientras subía en el autobús, y cuando la cabeza de Feng Xin cayó sobre su hombro no la apartó, lo dejo dormir en su hombro. El idiota estaba en medio de su tesis. Mu Qing no quería sentirse así, pero tampoco sabía cómo hacer para que la sensación desapareciera.

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𝐁𝐀𝐃 𝐌𝐀𝐓𝐄𝐒 ❪ 𝑓𝑒𝑛𝑔𝑞𝑖𝑛𝑔 ❫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora