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7 millones de dólares - intento negociar el hombre al telefono.

Le he dicho la cantidad y eso no es negociable señor - le repitió una vez más.

Eso es mucho dinero, ¿para que quiere tanto? - el hombre estaba a la defensiva y eso empezaba a fastidiarla.

Eso es algo que no le incumbe señor. ¿Entonces? Hay trato o no presidente - la linea quedo en silencio hasta que finalmente escucho y suspiro de derrota y una sonrisa en su rostro se formó. Lo había logrado.

Hay trato. Pero quiero que me entregue la memoria personalmente, al menos dejeme ver la cara de la mujer que me esta extorsionando - ella sonrió con arrogancia apesar de que no la pudieran ver.

Conozco a los de su tipo. La memoria se la hare llegar y quiero los 10 millones de pesos en una cuenta fantasma que tengo - comenzo a decirle - su secretaria tiene el numero. Y si mañana no tengo el dinero a primera hora usted sabra a lo que se atiene señor presidente. La informacion que hay en ese USB puede incluso crear una guerra.

A usted tambien le afectaría dicha guerra - la castaña rió.

Porsupuesto que si. Pero a diferencia de usted yo no sere decapitada en el primer momemto. - cuando ella lo quería podía ser una perra como Yelena le decia y justo en ese momento lo estaba siendo - esta advertido.

Y colgó, claro que estaba arriesgando su vida al intentar extorcionar al presiedente de Rusia, y que provablemente a la hora de esa llamada estaban intentando rastrearla. Pero siempre iba un paso adelante y no la verían ni en pintura.

Escondio el telefono en un hueco que había debajo del piso y siguio lavando los trastes por qué Yelena no tardaba en llegar del trabajo y si los veía sucios se enojaria mucho.
Vamos a ser millonarias - susurro con una sonrisa.

Nunca en su vida iba a tener que volver a matar a alguen ni a seguir ordenes, pondria un negocio, compraría una casa, se casaria con Yelena y eventualmente tendrían hijo, tres o cinco tal vez.

Su cerebro funcionaba a mil por hora y no podía evitar que su corazón latiera descontrolado al imaginar una vida llena de dicha con Yelena.

Si tan solo se hubiera dado cuenta que Yelena había llegado antes a casa.










Siempre estare para ti Olivia - Yelena BelovaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora