Al terminar, fuimos a caminar a uno de los tantos canales. A la fierecilla no le gustó para nada que Heeseung y Jay se adelantaran, dejándonos atrás. Miré la unión de sus manos y la compatibilidad entre ambos, era como si estuvieran hechos el uno para el otro, las sonrisas entre ambos, las miradas, sus gestos, su aspecto; todo era como si al juntarlos formaran un equilibrio, el Ying y el Yang. Algo golpeó en mi estómago, se sintió como si dentro hubieran tirado una piedrita a alguna de sus paredes. Como cuando un bebé patea, pero no en esa forma.—Jungwon...—Sunghoon musitó mi nombre y me giré a mirarlo—. Eres muy distraído, ¿no?— rió.
—¿Disculpa?
—Te llamé como tres veces y parecía como si fueras en tu propio mundo— explicó.
—Oh, sí, perdóname— gesticulé con la mano.
—¿Piensas en algo acerca de ellos?— adivinó increíblemente rápido, haciendo un asentimiento de cabeza en dirección a su hermano y mi amigo.
—¿Eh? ¿Por qué dices eso?— pregunté nervioso.
—No sé, quizá porque te les quedaste mirando con profundidad— se encogió de hombros.
Reí, aun más nervioso.
—La verdad, sí— admití— Pienso que de verdad están hechos el uno para el otro— dije y la fierecilla no estuvo para nada de acuerdo conmigo y me rasguñó allí dentro.
El ceño de Sunghoon se frunció y su mirada se posó en el suelo, mirando sus pies al caminar.
—Sí— farfulló.
—No te oyes muy convencido— acusé repentinamente curioso.
—No, sí lo estoy— balbuceó, pero se le escondía entre su voz algún cierto matiz de resignación—. Heeseung es muy bueno— lo miró y sonrió— Tiene una sonrisa muy bonita, como muy sincera; sus ojos grandes y cafés son como si de verdad fueran la ventana de su alma; sus lindos gestos cuando te habla te hacen reír... ¿has notado que cuando se encuentra con alguien se emociona muchísimo? Y luego ese abrazo que te da emocionado— musitó completamente perdido.
—Espera, espera... ¿tú...?— no pude terminar la pregunta, me llevé las manos a la boca cuando Sunghoon me miró con sus ojos cafés como platos, como si haya soltado un secreto que no quería decir.
—¿Qué?— preguntó con la voz temblorosa.
—¡Tú estás enamorado de Heeseung?— adiviné.
Ahora comprendía lo que Jay me había dicho el otro día, lo de que su hermano estaba enamorado de un chico misterioso. Por supuesto, no le quería decir, porque el "chico misterioso" era su mismísimo novio.
—¡¿Qué?!— bramó, y pude jurar que vi el sudor perlar su frente.
—Por favor, ¡soy muy deductivo y a mi no me engañas!— no sabía por qué pero una sonrisa empezó a expandirse por mi rostro.
—¡Ssshh!— gesticuló nervioso hasta más no poder.
—¡Entonces es cierto!— la sonrisa se expandió hasta convertirse en un agujero extenso en mi rostro.
—No digas nada, por favor— me suplicó.
Me llevé ambas manos a la boca, tratando de aplacar mi emoción.
—Yang Jungwon, nadie lo sabe— dijo angustiado.
—Tranquilo... descuida yo no... se lo contaré a nadie— prometí aún medio emocionado.
—¡Soy un pésimo hermano!— exclamó gesticulando desesperado— ¿Quién se enamora del novio de su propio hermano?
—Oye, tranquilo —a juzgar por su expresión, parecía como si estuviera a punto de llorar. La fierecilla cantaba de placer y esta vez yo desconocía el por qué—. No eres el único, he oído bastantes casos— enrosqué mi brazo al suyo, como si ya le tuviera la suficiente confianza para hacerlo; pero él no se quejó.
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Manual de lo Prohibido ── Jaywon
Fanfic"¿Alguna vez has deseado algo prohibido?...Como si esa cosa estuviera en la lista de "NO TOQUES, NO CODICIES", pero cada momento te incita más a tenerlo. ¿Qué sucede cuando deseas a la persona equivocada?¿Cuándo amas a la persona menos indicada...