XLIV

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Maratón 2/6

-Eso suena interesante- rió.

El timbre apagó la risa de los dos, eran las seis con quince minutos apenas, ¿quién sería?

Ambos nos miramos extrañados.

-¿Esperas a alguien?- me preguntó Sunoo.

-No que yo sepa- negué con la cabeza y luego salí de mi habitación para abrir la puerta.

Sunoo fue detrás de mí y cuando abrí la armazón de madera me llevé una gran sorpresa al ver a Jay allí. Los ojos casi se me salían de las órbitas.

-¿Park Jongseong?- articulé claramente sorprendido.

-Ay, yo pensé que ya habíamos dejado las formalidades- bromeó y luego miró por encima de mi hombro a Sunoo, quien lo miraba embobado.

Se pasó sin que le dijera que lo hiciera y le sonrió a .

-Hola- le dijo-. Soy Park Jongseong o solo Jay- le extendió la mano.

-El novio de Heeseung- dije cerrando la puerta de mala gana. ¿Por qué nunca dejaba bien claro quién era?

-Hola...- musitó Sunoo tendiéndole la mano también- ...Sunoo- se presentó

-No, yo soy Jay- dijo éste.

Sunoo rió.

-No, no, digo que yo soy Sunoo.

-¡Oh! ¡Sunoo, claro! He oído hablar tanto de ti- dijo- Me da mucho gusto conocerte al fin.

Me aclaré la garganta, haciéndome notar.

-Sunoo, amm... el manual en mi habitación, amm... podrías guardarlo, ¿por favor?- farfullé recordando que habíamos dejado las fotografías al descubierto y regadas en la cama.

-Claro- captó rápidamente el hilo de mis palabras y salió disparado a mi habitación.

Miré a Jay; aunque no quería admitir que estaba encantado de que estuviera allí, traté de permanecer serio.

-¿No es muy temprano para que vengas?- traté de sonar lo más normal posible, pero el pánico no se podía ocultar muy bien detrás de mi voz.

-Sí, pero ya que mañana será la fiesta del señor Vittore, quiero saber qué vamos a hacer mañana o a qué hora nos iremos- su mirada gacha bailó fugaz.

-Pero...

-¡Listo!- Sunoo me interrumpió saliendo de mi habitación con su sonrisa brillante en el bello rostro.

En ese momento agradecí al cielo de que él se encontrara allí; así al menos no me vería tan obvio, no sería tan torpe al hablar con él. Y mi razón mantendría calmado a mi corazón.

Jay y Sunoo conectaron enseguida, ambos eran muy sociables y la plática entre ellos fluyó de manera rápida, aquello me alegró.

Cuando Heeseung llegó junto con Sunghoon sonreí de manera significativa, aunque me doliera en lo más profundo de mi alma ver juntos a Jay y a Heeseung, sabía que aquello me servía para ponerle un freno a mis absurdos sentimientos.

Luego de que Sunghoon y Sunoo se fueran, me encerré en mi habitación como de costumbre, pero no pasó mucho tiempo cuando oí que llamaban a mi puerta, el murmullo de voces había desparecido del exterior y sólo los golpeteos en la puerta, algo apagados, se oían en aquel silencio sepulcral.

Salté de la cama y abrí la puerta, la cara de Heeseung no era la misma, estaba bastante triste, podía notarlo.

-Bestia, ¿qué pasa?- pregunté preocupado.

Manual de lo Prohibido ── JaywonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora