capítulo 4

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Camila

— Ey – dice echan llegando a mi lado – pensé que no vendrías, Luciano dijo que estabas estudiando.

Me entrega un vaso de malteada y sonrió.

— Gracias, decidí que debía estar aquí, mañana es un día importante para él.

— Así es, mañana será una de sus primeras carreras. Si todo sale bien estará entre los mejores novatos.

— Lo hará confió en él.

Ethan me mira fijamente y me pongo nerviosa.

— ¿Vas aceptar salir conmigo por fin? – dice sonriendo – ya ha pasado un año desde que te lo pedí por primera vez.

Suelto un gran suspiro, quiero hacerlo de verdad que sí, pero es el hermano mayor de mi mejor amigo y aun sigo sintiendo cosas por él.

— Está bien – digo por fin – ¿Dónde me llevaras?

— Te voy a sorprender. Hare que esta cita sea la mejor cita de la vida.

Suelto una carcajada y miro hacia la pista, Luciano a llegado a la meta y está mirando directo hacia nosotros, levanto la mano como saludo y me ignora subiéndose nuevamente al auto haciendo chillar los neumáticos.

— Pasare por ti a las siete – dice poniéndose de pie – esta será la primera cita de la relación.

— Tienes altas expectativas – digo sonriendo – ¿y si no me gusta?

— Te gustara, hare lo que sea necesario para que te enamores de mí.

— Ethan, estas en la universidad, tienes diecinueve años y yo solo diecisiete, estoy segura que llegará otra chica y te hará perder la cabeza.

— Ya llego esa chica – dice dándome un beso en la comisura de mis labios.

Baja corriendo las gradas y pongo mis dedos donde estuvieron sus besos antes.

Por qué debe ser tan dulce, estoy tan confundida.

Cuando Luciano me deja esa tarde en mi casa lo noto extraño, le conté sobre la cita con su hermano y su cara se transformó por completo.

— ¿estas bien? – pregunto cuando estaciona frente a mi casa.

— Sí – dice mirándome por fin – solo estoy cansado, mañana será un gran día.

— Vas a ganar – digo tomando su mano – serás el mejor.

— Camila, hay algo que debo decirte – dice suspirando

— Puedes decirme lo que quieras, sabes que soy tu mejor amiga y siempre lo seré.

— Yo-yo, solo ten cuidado con mi hermano no quiero que nuestra relación se termine si lo tuyo con él no funciona. – dice soltando mi mano mirando hacia otro lado.

— Tu siempre estarás primero – el asiente y me abre la puerta.

— Bien, debo estar en otro lugar justo ahora. Nos vemos mañana.

— Nos vemos mañana – digo bajando de auto.

Esa noche no deje de pensar en Luciano y su actitud rara, en la cena con Ethan no pude concentrarme y mi mente divagaba cada poco tiempo a que estará haciendo Luciano y con quien.

Cuando llega a la carrera esta todo lleno, hay miles de personas esperando la carrera, esta mañana Luciano no paso por mí, dijo que tenía algo que hacer.

Ethan se ofreció a ir por mí, pero me negué y dije que no se preocupara. Cuando llego donde debería estar mi asiento veo a una rubia bastante familiar en mi lugar, a su lado está el padre y el abuelo de Luciano.

— Camila – dice el padre de Luciano – pensé que no vendrías, Luciano dijo que estabas ocupada.

— Hola – digo tímidamente – me decidí a última hora.

Digo para no parecer estúpida, me acerco a saludar al abuelo y me da un gran abrazo.

— Camila – dice Alejandra – Luc me invito a ver su carrera, espero que no te enoje que haya usado tu asiento.

— No, no te preocupes. Buscare otro lugar, de seguro podre ver a Luc de otro lugar – digo sonriendo, el abuelo trata de contener una sonrisa tosiendo. – aunque entre nos no le digas Luc odia eso.

— Anoche parecía no odiarlo – dice susurrando

Una sensación de celos se aloja en mi estómago, y parece notarlo ya que sonríe con desprecio.

Comienzo a caminar a la salida cuando dos brazos me rodean desde atrás. Por un momento pienso que es Luciano, pero cuando una corriente de aire pasa entre nosotros siento su perfume, Ethan.

— ¿A dónde crees que vas? – dice dándome la vuelta

— Yo, creo que no me siento bien.

— Si es porque Alejandra está ahí, ignórala.

Ojalá pudiera

— Tengo dos asientos en primera fila, decidí que quería ver la carrera a tu lado.

— Eso es muy dulce de tu parte Ethan, pero mejor iré a casa. De verdad no me siento bien.

— ¿quieres que te lleve?

— No, no es necesario. Mi madre me está esperando – digo mintiendo – solo venía a darle suerte a tu hermano.

— Esta por aquí, ¿quieres ir a su camerino?

— Eso sería genial – digo tratando de sonreír.

me deja en la entrada, doy un suave golpe y entro.

La Última Carrera (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora