capítulo 12

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Luciano

Estamos por fin en Europa, llegamos hace dos días, luego de la noche en la que Camila me vio masturbándome con sus bragas en mis manos nuestra "relación" no es mejor que antes, apenas y mira a mi dirección.

Estoy en la oficina de mi equipo, dándole mi renuncia a mi patrocinador.

— ¿estás seguro de esto muchacho?

— Es lo que debo hacer, tengo una responsabilidad más grande ahora.

— Enviaremos lo necesario para que puedas seguir tu carrera en florida.

— Gracias, estoy muy agradecido de todo lo que han hecho por mi estos años.

Cuando vuelvo a mi departamento veo a Nicolás y su madre jugando video juegos. Están felices, la sonrisa de Camila me hace anhelar tener mi propia familia.

Paso directo a mi habitación y preparo el resto de mis cosas.

Un golpe en la puerta me hace volver al presente

— Adelante – digo y veo a Camila asomar su cabeza – Ey, hola.

— Hola, no te escuche llegar.

— No quise molestarte

— ¿Qué tal todo?

— Todo bien, ya podemos volver – digo suspirando

— Estaba pensando, ¿tal vez podríamos quedarnos unos días más y conocer la ciudad?

— Sí – digo emocionado – hay mucho por ver aquí.

— Genial – dice sonriendo – será emocionante.

El día siguiente recorremos uno de los triángulos del arte de la ciudad, Camila mira asombrada por todo lados al igual que mi pequeño sobrino.

sonrió con ellos mientras miran una y otra vez las obras, esa misma tarde visitamos un zoológico.

— Nicolás está muy emocionado – dice ella – gracias por esto

— ¿es primera vez que viene a un zoológico? – pregunto extrañado

— Sí, Ethan nunca tenía tiempo para las salidas en familia – dice con tristeza

— ¿así que mi hermano se comportó como un cretino con su propio hijo?

Ella me mira queriendo decirme algo, pero se arrepiente pronto. Seguimos recorriendo, viendo todos los animales que se encuentran en el lugar.

Los días siguientes seguimos paseando como si fuéramos una pequeña familia feliz. Cuando volvemos a casa todo se acaba.

Camila

— Estoy tan feliz de tenerte de vuelta, dime ¿Cómo lo pasaron? ¿será que por fin tuviste sexo con tu sensual cuñado? – pregunta Kate acostándose en mi cama.

— No seas estúpida, solo fuimos a pasear.

— así que jugaron a ser la familia feliz. – dice sonriendo – interesante.

— ¿Cuándo se instalará por fin en esta casa?

— Mañana – digo suspirando – desde mañana comienza oficialmente nuestro acuerdo.

Hablamos por horas de lo que hicimos en España, le cuento lo que sentí al ver a mi hijo con su tío.

— Camila – dice preocupada – ¿y si Nicolás es su hijo?

— No puede ser, Ethan era su padre y eso es todo.

— Sabes que no estas segura y eso te ha carcomido la cabeza durante años.

— No quiero pensar en eso ahora.

Al día siguiente Luciano llego temprano con todas sus cosas, ahora era real que cualquier cosa.

— Esta tarde tengo una reunión con el equipo técnico de Ethan – dice sentándose en un banco de la cocina.

— Eso es increíble, estoy segura que se llevarán muy bien. Además, los conoces a casi todos.

— así es, aunque aún no he conocido a su masajista y su doctor.

— Ah, su masajista es Clara, bueno era. Su doctor era Gabriel. Quizás su entrenador pueda presentártelos.

— Eso creo. Se que mi hermano grababa todas sus competencias ¿sabes dónde están sus discos?

— Creo que, en su despacho, tal vez en algún cajón de su escritorio. Nunca me metí ahí.

— iré a revisar entonces, gracias – dice poniéndose de pie.

— Yo iré a preparar tu habitación – el asiente y se marcha.

Cuando subo a su habitación, veo sus maletas y unas cajas en la cama.

Decido sacar sus cosas y guardarlas en los cajones y en el closet. Cuando abro la última maleta veo una bolsa de seda, miro hacia la puerta viendo que no venga Luciano y la abro.

Adentro de la bolsa hay bragas y no cualquier bragas, son mías. Las mismas que me quitaba cada vez que teníamos sexo. Comienzo a guardarlas nuevamente, pero una llama mi atención, una de encaje color rosa, una que se había perdido desde la ropa sucia hace unas semanas. Un recuerdo llega a mi mente y es cuando lo recuerdo haberlo visto masturbarse con ellas.

— ¿No sabía que te gustaba revisarle las pertenencias a tus invitados? – dice Luciano a mi lado.

La Última Carrera (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora