capítulo 6

113 12 0
                                    

Meses después

Camila

La relación con Luciano nunca fue la misma desde aquel día que decidió besarme, cometimos muchos errores después de eso.

Comencé una relación con Ethan tiempo después, mientras Luciano se comportaba como un completo imbécil, Ethan era todo lo contrario, había sido dulce y preocupado.

Luciano se había comportado como un cretino, las mujeres entraban y salían de su vida todos los días, siempre era una diferente, aunque siempre estaba Alejandra, su amiga especial.

Ya no éramos mejores amigos eso seguro, solo me saludaba cuando su familia estaba cerca.

— Nena – dice Ethan besando mis labios – pensé que no vendrías.

— Por supuesto que si – digo sonriendo – es una de tus carreras más importantes.

— Gracias por estar aquí, mi familia está en primera fila como siempre.

Asiento mientras besa nuevamente mis labios y corre de vuelta a la pista. Al llegar abajo, veo a su padre, a su abuelo y a Luciano. Mi asiento esta junto a él, esto será un suplicio. Los saludo a todos con una gran sonrisa, Luciano resopla a mi lado, lleva una gorra y unas gafas oscuras. El olor a alcohol emana de su cuerpo.

— Si no querías verme siempre podrías no haber venido.

— Es mi hermano – dice con desdén

— Yo soy su novia – digo enojada

— Créeme lo sé y me lo recuerdo todos los putos días de mi vida, pero antes fuiste mía.

Suelto un jadeo mirando a mi alrededor tratando de ver si alguien está escuchando, por suerte todos están prestando atención a la carrera.

El recuerdo que llega a mi mente no me permite concentrarme en nada más.

— Apuesto a que estás pensando en mi dentro de ti – dice susurrando en mi odio – mis dedos dentro de tu sexo, mi boca tomando tus jadeos de deseo.

Cierro los ojos y muevo mis piernas, un calor recorre mi cuerpo. Una carcajada sale de sus labios haciéndome abrir los ojos de golpe. Su padre nos mira con una sonrisa, trato de sonreír.

Me pongo de pie y camino hacia el baño. Aún queda más de la mitad de la carrera, no lo soportare. No al lado de Luciano.

Mientras trato de cerrar la puerta una mano se interpone en mi camino abriendo la puerta por completo. Luciano entra y cierra con llave detrás de él.

— ¿Qué haces aquí? – pregunto asustada – es el baño de damas.

— De damas, entonces no deberías estar aquí, porque de dama no tienes nada. – lo golpeo con mi mano en la mejilla.

— Vete – digo enojada – aléjate de mí.

— Eso es lo que trato, pero apareces en cada maldito rincón – escupe con desdén – porque simplemente no te vas de nuestras vidas.

— Luciano, sal de aquí – digo al borde de las lágrimas.

— ¿Por qué no podías ser solo mía? – dice acercándose a mi lado – no me gusta compartir y menos con mi hermano.

— Fuiste tú quien me alejo, eras tú quien no quería nada conmigo.

— ¿Te has acostado con él?

— Eso no te importa – digo enojada

— No te lo preguntare otra vez

— Es mi novio – digo por fin – ¿qué es lo que esperabas?

Se aparte por fin de mí, sacándose la gorra y los lentes. Sus ojos son puro fuego.

Se acerca nuevamente a mi haciéndome retroceder hasta chocar con la pared, me enjaula entre sus brazos, cierro los ojos suplicando de que aparte de mí.

— Mírame pequeña – dice mientras su aliento cae en mis labios —mírame a los ojos y dime que no piensas en mi dentro de ti.

Abro los ojos y veo el deseo en su mirada

— Déjame ir – digo mirando sus labios.

Mira entre la puerta y yo una y otra vez.

— No puedo – dice mientras sus labios caen en mi boca y me devora.

Un gemido de placer sale de mis labios mientras él se acomoda entre mis piernas moviéndose suavemente. Su polla es enorme, oh dios mío.

Pasa sus manos por mi cuerpo mientras me besa con hambre, una de sus manos se detiene en el dobles de mi vestido, mete su mano entre mis piernas haciéndome arquear la espalda buscando su toque.

— Estas empapada por mi – dice besando mi cuello – dime que me detenga...

No puedo hacerlo, mi pelvis se mueve buscando sus dedos. Luciano acepta la invitación y mueve sus dedos en mi punto más sensible.

— Tienes que ser silenciosa – dice mientras yo asiento. – así me gusta.

Se pone de rodillas quedando a la altura de mi sexo, me baja las bragas por las piernas lentamente, levanta el vestido dejándolo en mi cintura.

Su boca va directo a mi clítoris mientras sus dedos entran y salen, haciéndome jadear cada vez más.

— Shhh cariño o nos van a oír.

Siento mi orgasmo formarse rápidamente mientras el continua con su trabajo, un grito de placer sale de mi boca mientras él se pone de pie y me besa haciéndome sentir mi propio sabor.

— Eres exquisita, mi sabor favorito.

No alcanzo a responder y me voltea rápidamente, escucho el sonido de su pantalón cayendo al suelo y cierro los ojos.

De un fuerte empuje me llena, pone su mano en mi boca amortiguando mi grito. Comienza a penetrarme fuertemente, mi pelvis se mueve queriendo más.

Cada empuje es más fuerte que el anterior, escucho sus jadeos en mi oído. Quiero más, oh dios mío, lo necesito tanto.

Un nuevo orgasmo me atraviesa haciendo temblar, Luciano toma mis caderas y empuja un poco más logrando su propia liberación, deja un beso casto en mi nuca y escucho como se sube los pantalones nuevamente, no puedo moverme. Estoy pegada a la pared.

— Deberías volver a la carrera – dice – tu novio se va a preguntar donde estas.

Me quedo en shock tratando de procesar sus palabras, es un completo imbécil.

Me acomodo el vestido mientras lo veo recoger mis bragas del suelo.

— Dámelas – digo estirando la mano.

— Estas son mías, una más para la colección – dice sonriendo.

Salgo enojada del baño dando un portazo, corre hacia mi asiento tratándome de arreglarme el cabello en el camino. El padre de Ethan me mira preocupado y trato de sonreír.

— Había mucha gente – digo tranquilamente, él asiente en respuesta.

Luciano no vuelve a sentarse a mi lado, cuando termina la carrera Ethan me lleva a casa de mi madre y promete pasar por mi más tarde. Le digo que debo prepararme para el día siguiente y promete venir para llevarme al instituto.

Los días siguientes son un borrón y cuenta nueva, Luciano me ignora por completo, se pasea delante de mí con sus conquistas sonriendo, como si yo no fuera nada.


Y para mí, él lo era todo. Mi primer enamoramiento, mi primer amigo, mi primer hombre.

La Última Carrera (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora