capítulo 10

99 14 0
                                    


Camila

— Esto es irreal – dice Kate a mi lado – es un completo caos.

— Gracias por el apoyo – digo poniendo los ojos en blanco

Estamos en mi habitación con una copa de vino en la mano mientras vemos una comedia de amor.

— Así que te iras a recorrer Europa con tu eterno amor prohibido – dice suspirando - ¿Qué más romántico que eso?

— No es romántico, nos hemos ignorado muy bien durante estos años. No seremos mejores amigos de un día para otro.

— Puede que no sean mejores amigos, pero si amantes. Cariño solo piénsalo, es el tutor de tu hijo o sea será su padre y tu su madre. Un reencuentro perfecto.

— Estas loca ¿lo sabes? – digo riendo

— ¿Cuándo fue la última vez que sonreíste así?

— No entiendo tu pregunta.

— Llevas años sin sonreír de verdad, a mí no puedes engañarme. Desde que volvió Luciano has sonreído mucho más que en los años que estuviste casada.

— Son solo suposiciones.

— ¿Cuándo fue la última vez que tuviste sexo?

— ¿Qué tiene que ver eso?

— Responde – dice poniendo los ojos en blancos

— No lo se

— ¿No lo sabes? Como es eso posible

— Ha pasado un tiempo, quizás un año o más

— ¿estás de broma? – dice gritando

— Shhh baja la voz, Luciano está en la otra habitación.

Luciano lleva dos días quedándose en mi casa, queriendo que Nicolás se acostumbre a su presencia poco a poco.

— Un año, dios. ¿acaso Ethan no funcionaba?

— Funcionaba, hasta que volvió a las practicas. No teníamos tiempo, entre mi trabajo y sus entrenamientos.

— Estoy segura que Luciano tenía sexo todas las noches, para eso no hay excusa.

— Gracias por esa imagen mental. – digo bebiendo de mi copa

— De nada, por cierto, es guapísimo esta noche lo vi salir de la ducha y te juro que se me hizo agua la boca por él. – dice esperando mi reacción.

— Aja – digo como si nada – esta soltero por si te interesa.

— Ay dios eres peor de lo que creí, jamás me metería con el novio o exnovio de una amiga.

— No es mi exnovio – digo triste – nunca lo fue.

— Pero tuvieron sexo, no solo una vez, varias veces y te gustaba. Estabas enamorada de él.

— Pero él no estaba enamorado de mí, fue un completo idiota.

— Eso no te lo niego, pero ya lo dijiste tú, esta soltero. Quizás ahora sea momento de volver a intentarlo.

— No lo se

— Tienes miedo y eso es normal.

— No es miedo Kate, estoy viuda hace poco tiempo eso sería horrible además es su hermano.

— Eso no te importo mientras te lo follabas a su espalda – dice bebiendo mientras trata de ocultar una sonrisa.

Una risa se escucha en el pasillo y nos quedamos quietas, mirándonos entre nosotras.

— Mierda – digo susurrando - ¿está escuchando nuestra conversación?

Kate me hace una señal de silencio y camina lentamente hacia la puerta de mi habitación, la abre de golpe y asoma la cabeza por el pasillo mirando hacia todos lados.

— No hay nadie a la vista – dice

— Pero tu escuchaste ¿verdad?

— Sí, no estoy loca también lo escuche – dice cerrando la puerta

Agarro mi cabeza entre mis manos no sabiendo que hacer.

— Bajemos y revisemos la casa. – dice Kate tomando mi mano.

Caminamos silenciosamente por la casa revisando cada habitación, no hay nadie.

Kate me deja para ir al baño mientras subo las escaleras hacia mi habitación, me detengo en la puerta de Luciano y tomo la manilla dudando si abrir la puerta o no.

Lo hago lentamente y una suave luz ilumina su cama, esta estirado sobre esta solo en calzoncillos. Su mano sostiene una prenda y se la lleva hacia su nariz aspirando su olor. Con su otra mano se baja los calzoncillos y su miembro queda expuesto, jadeo mientras el comienza a mover su mano de arriba abajo por su longitud, mi entrepierna palpita de excitación. Lo escucho gruñir mientras mueve su mano se mueve cada vez más rápido.

— Camila – dice en un gemido mientras explota y su semen corre por su mano

— ¿Qué estas mirando? – pregunta Kate detrás de mí, mis ojos van directo hacia Luciano que me mira con una sonrisa.

Cierro la puerta rápidamente y me giro para ver a mi querida amiga.

— Nada, solo estaba asegurándome que estuviera durmiendo – digo jadeando por aire.

— Aja – dice mirándome con una sonrisa – no será que estabas mirando otra cosa.

— ¿Qué? no, no nada de eso. – mis mejillas se sienten calientes.

Ella se ríe a mi espalda golpeándome el trasero mientras corre hacia mi habitación.

— Creo que dormiré en el sofá esta noche, no quiero que pienses que soy tu cuñado y quieras que te folle. – dice riendo

Le tiro una almohada y ella sigue riéndose de mí, mierda Luciano me vio. Estoy segura que siempre supo que estaba ahí. 

La Última Carrera (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora