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El hanagaki se encontraba en su pastelería, ya había pasado más de una semana desde que recibió esa llamada y seguía pensando en lo que ocurrio antes de esta.

No entendía, un hombre le habia llamado, le dijo cosas exatrañas, a qué se refería el hombre ¿Cómo que lo iba a visitar? ¿Por qué sabe su nombre? De solo acordarse de la ronca y muerta voz le da escalofríos en su espalda, haciendo que este alerta constantemente, le asustaba de sobremanera, tal vez no debió ayudar a esos mafiosos (se lamentaba cuestionarse sus acciones tarde), sumergiéndose en angustia, pensando en que estaba jodido, dios ni siquiera había podido dormir de forma sana estos días, sentía que se veía como un muerto.

El pelinegro se sobresalto al escuchar la campana de su local, pues estaba fundido en sus pensamientos, viendo que entro un chico de tatuaje de dragón con uno bajito con cabellos blancos, se puso pálido, habían venido por el, de solo mirarlos se notaba que eran de esos , inconscientemente su cuerpo se tenso, haciendo que sus musculos dolieran  quería huir, pero debía actuar, no debía ceder tan fácilmente hacia esos tipos, debia mantenerse en pie.

hola bienvenidos a la pastelería ¿Que desean ordenar?dijo con voz temblorosa pero con seguridad y determinación en sus ojos, no quería que mas "desgracias" le pasaran solo por que no posee suerte , no no.

quiero un dorayaki- dijo de forma descortés el de cabellos albinos , el hanagaki sintió estrés, en su pastelería no había de esos dulces, ni siquiera miro el menú , lo peor es que se sentia obligado a hacerle uno, aunque penso en la idea ida de explicar que no tenían de ese dulce escucho un susurro agresivo (le interrumpio)  "oi mikey compórtate joder" para luego ver como el alto golpeaba al más bajo en la cabeza, soltó una suave risa ante eso, a pesar de ser mafiosos eran muy infantiles e inmaduros, sin más giro sobre sus talones y iba a caminar a la cocina , hasta que sintió la campana de su local sonar de nuevo. Soltó un suspiro mientras giraba en su lugar , ya quería descansar.

Michi te dije que te vendría a visitar ¿No?- le dijo el chico que recién entro, este era alto y tenía una cicatriz en el rostro, tenía ojos bicolor, era precioso a su parecer, sintió sus piernas temblar cuando hizo contacto visual, y reconoció esa voz, fue la misma de la llamada, de esa llamada ¿Quien era? ¿No podía tener un día en paz? Se acercó al desconocido y hizo el saludo que utiliza con sus clientes, se dirigió al mostrador y empezó a calcular el precio de los dorayakis, tal vez haga algunos más para vender estos, así ayudaría más a su negocio. Se encamino a la cocina del lugar , ya dentro de esta se dispuso a cocinar los malditos dorayakis, mientras hacia la mezcla de masa escucho unos pasos detrás de el, ya sabía quién era , no era tan torpe para no notar que era el tipo de la cicatriz con rostro y cuerpo bonito.

Carajo! Take ni me reconociste , pudiste aunque sea hacer el intento- dijo el más alto de los dos, sorprendiendo al ojicielo , quien sonrió de manera emocionada y se lanzó a los fornidos brazos, lágrimas corrían de sus hermosos ojos, se apegaba al cuerpo ajeno mientras soltaba suaves susurros "kaku chan" era lo único que sus lindos labios repetían, cuánto había extrañado a ese chico, sin duda lo amaba y quería mucho, inconscientemente restregó su cabeza en el pecho de hitto* como si fuera un gato buscando cariño, causandole ternura al más alto, cuánto había extrañado a su takemichi.

Hitto ¿De dónde conoces a Takemicchy? - hablo una voz sería, interrumpiendo el momento, su tono muerto causaba escalofríos en el de cabellos negros ¿Por qué el chico hablaba así? Pensó mientras sentía su cuerpo temblar levemente, no quería que hubiera otro "problema" en su cafetería, bastante tuvo cuando ellos aparecieron por primera vez , todavía se acuerda que había hasta sangre en el suelo. Fue lo que pensaba, se sumergió como siempre en sus pensamientos dejando fluir miles de escenarios horrorosos dónde la integridad de kakucho y suya se viera afectada, lamentablemente fue sacado de su burbuja, sintió que era alejado de kakucho para luego chocar con un pecho fornido , quiso llorar más si era posible al percatarse que estaba en los brazos del tipo intimidante con tatuaje de dragón ¿Por qué los mafiosos eran poco considerados? Pensó mientras intentaba separar su cuerpo del pecho fornido, no le gustaba estar en los brazos de ese tipo, de echo le disgustaba mucho, justo cuando iba a forcejear para escapar escucho la campana de su tienda, había llegado un cliente. Se separó bruscamente y se dirigió atender al nuevo cliente, esté le dió una sonrisa que le daba escalofríos, tenía el cabello liso y medianamente largo, su cabellos era como anaranjado melocotón, era guapo, pero su sonrisa le perturbaba de sobre manera, hizo una reverencia mientras decía suavemente un "bienvenido ¿Que desea?" Para luego ir por un menú y entregárselo con una sonrisa cálida, no quería que su cliente se molestara o incomoda a base de su malestar, pensaba mientras sonreía, sonrisa que desapareció al ver que el tipo frente del tensa su sonrisa, acaso ¿Dijo algo mal? Pensaba mientras miraba a su contrario, sobresaltandose cuando esté lo jaloneo del brazo tirándole al piso mientras le insultaba, okey no entendía nada de lo que está pasando, pero algo tiene claro, ese chico bonito no tiene ni el derecho de tratarle de esa forma, a la mierda si es un mafioso u drogadicto, le hará frente por grosero.

pastel boy!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora