꧁Capítulo: 7꧂

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NADIA
"Ante los ojos del enemigo, siempre serás la solución a sus problemas"

Veía al chico misterioso sonreír mientras cruzaba sus brazos tras su espalda, se puso en frente de mí e hizo una reverencia.

— Dio un excelente espectáculo —vuelve a enderezar su espalda y sonríe— debo admitir que jamás pensé que una princesa creyera en rumores.

— ¿Qué le hace pensar que son rumores? —me enojo porque nadie tomó en serio mi ley.

— ¿No son rumores? —pregunta fingiendo interés— eso debe ser serio.

— ¿Puede tomar en serio mi ley?

— No lo sé... ¿Debería? —ruedo los ojos y me retiro— espere, no se enoje.

No le contesto y me coloco en la mesa real tomando la comida que Moon me buscó, comienzo a comer intentando ignorar al chico que toma asiento a mi lado.

— Señorita —llama a Moon— también quiero de lo mismo.

— Si quiere de lo mismo vaya y búsquelo por su cuenta, pero no ocupe a mi ayudante.

— Pero ya la ayudo ¿verdad? —bufo enojada provocando que ría— aquí espero.

Veo que Moon aprieta sus labios y le sirve un plato de lo mismo, me enfoco en mi comida e intento avanzar para desaparecer del salón, pero todo se acaba cuando vuelve hablar.

— Entonces... —lo miró unos segundos mientras mastico en silencio— ¿Su familia permite que su pueblo de su vida por comida?

Trago todo con ayuda del jugo y enfoco mi vista en él.

— Ya me escucho —apoya su mandíbula con su mano derecha— y todavía no hay nada concreto de que mi familia sea culpable... sé que ellos no serían capaces de eso.

— Pero lo duda —sonríe y suspira— en tus ojos... cuando hablas veo la duda.

— No tengo ninguna duda sobre la realidad del pueblo.

Niega y toma el plato que Moon le ofrece.

— No en ese sentido... tienes dudas con respecto a tu familia, a tu vida —lo miro confundida y comienza a comer.

Sosteniendo mi tenedor veo mi plato y analizo sus palabras. Jamás había tenido dudas sobre mi familia o bueno si, pero siempre he pensado que es verdad, sus actitudes son porque quieren lo mejor para nosotros.

— Eso no es cierto...

— No puedes mentir —lo miro y noto que come pausadamente— a kilómetros veo tus temores.

Lo miro unos segundos frunciendo el ceño.

— ¿Puedo hacerte una pregunta?

— Ya estás haciendo una —toma su copa y tomando me observa.

— ¿Eres el príncipe Nilam?

Me mira unos segundos confundido y debo explicarle.

>> Es que... he escuchado sobre qué vienes a buscar esposa —baja su copa confundido— nuestro padre contó que elegirás a una de nosotras tres para que sea tu esposa.

INEFABLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora