𝗖𝗔𝗣𝗜𝗧𝗨𝗟𝗢 𝗦𝗜𝗘𝗧𝗘

3.5K 281 35
                                    

BANCO BARCLAYS

Los nervios estaban a flor de piel en el cuerpo de Savannah, su corazón estaba acelerado y el perfume de su acompañante era tan delicioso y atractivo que había logrado mantenerla mareada. La castaña se encontraba en el vehículo de Christopher, esperando a que la hora de bajar e ingresar al banco llegara, las ventanas estaban arriba y los vidrios estaban polarizados.

El silencio era incómodo, pero aparentemente, ella era la única que tenía un problema con eso. Christopher tenía sus ojos pegados a las personas que caminaban por la acera y le estaba dando la ignorada del siglo, de cierto modo era entendible, estaban trabajando y no podían cometer ningún error. Además, no eran amigos y él no estaba obligado a crear una conversación.

— Comiencen a moverse — Patrick ordenó, mientras Christopher quitaba el seguro de las puertas

Ambos bajaron con elegancia del coche y el Coronel se encargó de entrelazar sus dedos para comenzar a caminar, la puerta es abierta por Scott y Alan, vestido como guardia de seguridad, nos indica nuestra fila.

Rachel se encuentra detrás de su cubículo y Alexandra junto a Laila ayudan a los de tercera edad, Brenda y Simón fingen ser padres, mientras Irina y Harry comparten uno de los sillones para leer una revista.

— Se supone que son una pareja, intenten ser más cariñosos con el otro. No, Christopher, eso no significa que debas tocarle el trasero — Patrick suspiro a través del auricular, mientras el Coronel rodaba sus ojos

Su brazo derecho se posicionó en su cintura y con delicadeza la pegó a su cuerpo, dejando un adorable beso sobre su cabeza. Savannah formó una sonrisa en sus labios y dejó que su mano descansará sobre su pecho.

» Tercera persona en la segunda fila.

Savannah lo observó con disimulo, el hombre era de alta estatura y con muchos rasgos palestinos. Alexandra se encargó de llevarlo hacía el puesto de Rachel para dejarle el resto del trabajo a su mejor amiga.

— En la entrada hay tres, en el área de quejas cuatro y en la sala de espera dos, son once en total — Patrick aviso, contando al impostor y su guardaespaldas

— Está nervioso, suda demasiado — La castaña comentó notando como pasaba un pañuelo por su frente

— Prepárate — Christopher murmuró por lo bajo

Todos se mueven con cautela, intentando no llamar la atención de los atacantes.

— ¡Quietos, FBI! — Dominick gritó, apuntando hacía los hombres de la fila de Rachel

Savannah fue rápido en sacar su arma y le disparó a uno de los hombres que se acercaba a ellos, Christopher la corrió del camino y se encargó de taclear a otro que intentó arcarlos por la espalda. « Cobardes »

La balacera no tardó en comenzar y los gritos de las personas asustadas aparecieron enseguida, muchos se encontraban en el suelo intentando cubrirse, mientras otros habían caído por culpa de una bala.

— ¡Déjenla ir! — La voz desesperada de una señora retumbó por todo el establecimiento, logrando que todos se detuvieran a observar qué estaba pasando

Un hombre de más de un metro noventa tenía el cañón de su pistola en la cabeza de una niña de seis años.

— ¡Suelten sus armas! ¡O le volaré la cabeza!

La niña era un desastre en lágrimas y Savannah cambió la dirección de su arma, apuntando hacía el culpable. Christopher mantenía a un hombre en el suelo, mientras Laila dejaba un cuchillo en la garganta de otro, Irina tenía al más joven y Scott aprovechó para esposarlo.

𝗟𝗼𝘃𝗲 𝗵𝘂𝗿𝘁𝘀 - 𝗖𝗵𝗿𝗶𝘀𝘁𝗼𝗽𝗵𝗲𝗿 𝗠𝗼𝗿𝗴𝗮𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora