IV. Carrera de Motos.

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Mientras tanto Kaminari estaba mirando con disimulo a los machomanes que pasaban a su alrededor, se mordió el labio. Era lo otro por lo que venía a esas carreras, por esos machos Alfas con cuerpos bien definidos y caracteres fuertes con sonrisas seductoras ¡Eso sí era magnífico!

Su vista se desvío un poco y la mueca de exitación reprimida se borro de sus facciones por una mueca de fastidio al ver quien se acercaba, ¿Qué hacía ese aquí? miró a su amigo Izuku a lo lejos buscando una explicación, pero este solo se encojio de hombros.

Shindou se paro frente a él, con esa sonrisa encantadora haciéndolo que rodará los ojos con fastidio. Siempre era lo mismo con ese imbécil.

— ¡Mi rubio! ¿Cómo estas presioso? —
Habló Shindou asercandose a Kaminari que por reflejo se alejo un poco pero no podía porque estaba apoyado de la moto.

— Hola, Shindou. — saludo sin muchas ganas Kaminari con la mirada seria y el peli negro sonrió de medio lado asercandose un poco más mientras dejaba un mechón del cabello rubio detrás de la oreja de Kaminari que sintió un escalofrío cuando los dedos del Alfa rosaron con su oreja. Denki por reflejo le dio un manotazo a Shindou para que aportará su mano. — Bay, bay Shindou.

Dijo Kaminari queriendo uir pero el peli negro sonrió en grande y lo sostuvo de la cintura acercándolo a él.

— ¿Por qué te pones así? No seas tan malo conmigo — dijo con fingida tristeza el Alfa acercando su rostro al del Omega. Kaminari bufo molesto.

— ¿Acaso no entiendes cuando alguien quiere alejarse de ti? ¡Ya sueltame! — dijo Kaminari tratando de olvidar esos nervios que provoca el toque del Alfa en el.

Shindou soltó una risita asercando su rostro al de Kaminari para pasar la punta de su nariz por la mandíbula del Omega rubio hasta llegar a su oído.

— Hmmm muñeco, adoro cuando te pones a la defensiva — le susurro Shindou al oído, Denki apretó los labios tratando de detener los temblores que querían salir de su cuerpo por la voz de ese mendigo Alfa.

— Te lo digo por última vez... Sueltame — ordenó firmemente Kaminari.

Denki sintió como Shindou sonrió sobre su mejilla y volvió a susurrar le al oído

— Deja de mentir Muñeco, se que me necesitas... — respondió Shindou, Kaminari abrió y cerró la boca completamente descolocado para luego fruncir el ceño.

Con un rápido movimiento, Kaminari  agarro a Shindou por el codo y se lo dobló, haciéndolo agachar en una actitud de lo más humillante sin importarle cómo les miraba la gente.

— ¡Te necesita tu abuela! ¡Imbécil! — le gruñó Kaminari. Y dicho esto, le soltó una patada en el trasero que hizo a Shindou caer de bruces contra el suelo. El Alfa se levantó como un resorte, avergonzado. En ese momento se acercó Izuku con una sonrisa orgullosa al presenciar todo aquello. — Ya largate de mí vista antes de que de verdad me enoje, muñeco.

Se mofo Kaminari muy seguro de su superioridad en combate, pues ese era algo flojo para lo que sabía hacer. Porque apesar que su trabajo solo se concentre en todo lo que tenga que ver con tecnología, tenía que aprender a defenderse, por sí las moscas. Fueron días duros, llenos de queja y lágrimas.

Shindou miró a Kaminari, aún limpiandose la tierra de la ropa, para luego mirar la sonrisa burlona del peliverde que se había quitado su capucha y cubre bocas sólo para que el pelo negro viera la burla en sus adorable facciones.

Viaje Al PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora