Era una tarde linda, por suerte. El clima ayudaba mucho y la compañía que tenía en estos momentos, también.
Su niño estaba más que feliz, cómodo y jugaba tranquilo, entonces eso era suficiente. Jungkook no necesitaba ni pedía más mientras su pequeño ángel fuera así de feliz.
Las clases ya habían finalizado horas antes, por lo que fué rápidamente a su casa para pasar tiempo con su bebé Seung. Comieron juntos como siempre, luego durmieron un poquito y en estos momentos se encontraban en la casa de Jimin, pasando la tarde.
Así es, en la casa de Jimin.
No era algo extraño, realmente, ya que Jungkook entabló una buena relación con él desde que ingresó a la universidad. Lo vió por primera vez aquel día en el pasillo junto a Taehyung, se encontraban también en los recesos y compartían clases, se notaba que era un buen chico y lo comprobó cuando comenzaron a hablar. Ahora eran buenos amigos y Jimin amaba a Seung, demasiado.
Todo era en plan de amigos. Ninguno de los dos tenía otra intención fuera de esa y lo aclararon desde el minuto uno, todo para evitar estar incómodos y toda la cosa. Lo llevaban bien. En fin.
Esta no era la primera tarde que compartían. Desde que se encontraron aquella vez en el supermercado, en donde Jimin conoció más a fondo al pequeño Seung, desde entonces se volvieron muy amigos y compartían cosas. Esa noche quedaron un rato conversando, desde ahí pasó a la universidad, se fue dando y ahora eran buenos amigos. Algo que a Jungkook le gustaba porque Jimin era muy amable con él y su hijo.
A Seung también le caía bien, tanto así que a estas alturas ya lo llamaba "tío Jimin" y por supuesto, esto no le molestaba para nada al pelinegro. Al contrario, se moría de amor y ternura cada vez que lo escuchaba. Aprendió a conocer, a querer y a mimar a Seung muy rápido, amaba los niños y el hijo de Jungkook era una ternura hecha persona por la que te morias de amor cada dos segundos. Así que era entendible.
—¡Mira papi! —exclamó un contento bebé sonriente.
Jeon lo miró con la misma sonrisa, al ver el dibujo que su hijo le mostraba.
—Te quedó precioso, bebé.
Adoraba a su hijo con locura y en momentos como este es donde lo comprobaba. La sonrisa que se le dibujó cuando su pequeño le mostró lo que hizo aún no se iba, porque el amor que sentía por Seung le salía por los poros y no se molestaba en ocultarlo.
Y en resumen, sus días se basaban en básicamente esta rutina.
Iba a clases por las mañanas, algo a lo que aún no lograba adaptarse por completo en relación a su hijo. Sabía que Seung lo extrañaba, sabía que pequeño necesitaba de él por más de que su nana le hiciera compañía mientras no estaba. Jungkook sabía todas estas cosas, es por eso que cuando sus clases finalizaban no se despegaba por nada del mundo de su bebé.
—Ya volví. —un sonriente Jimin aparecía en la sala.
Planearon una rica merienda para los tres, Jungkook ayudó con mucho gusto porque no le gustaba quedarse sentado sin hacer nada, entonces mientras Seung coloreaba él ayudaba a Jimin a hacer unas deliciosas galletas de chocolate.
Galletas que ahora mismo se encontraban en la mesa pequeña frente a ellos, acompañada de chocolatada caliente, algo que amaban los tres.
—Ven, amor. —Jungkook ayudó a su pequeño, guardando los lápices de colores y haciendo a un lado las hojas. Lo sentó en su regazo y ahí comenzaron a merendar. —Come, bebé. Avisame si la chocolatada está demasiado caliente, ¿si?
—Sí, papi. —asintió en seguida. —Pero come tú también. —llevó una galleta a los labios de su papá y a este no le quedó otra más que abrir la boca y comer.
Jimin se moría de amor.
—Basta, me dan ganas de tener un bebé.
Jungkook soltó una risita al escucharlo, mientras estaba atento a que su hijo no se ahogara ni ocurriera ningún accidente.
De pronto el timbre sonó, y aunque a Jimin le pareció raro fué a abrir, disculpandose y diciendo que volvía en unos minutos.
Segundos más tarde aparecía Taehyung.
—Oh, hola. —sonrió y se detuvo en la entrada de la sala cuando notó la presencia de Kook.
—Hola, Taehyung. —respondió al saludo sin más.
El mencionado estaba sorprendido y muy contento de ver al lindo rubio ahí, y más aún cuando notó que el pequeño también se encontraba. Quedó unos buenos segundos ahí parado, porque tener a Jungkook frente a él le generaba muchas cosas, por lo que no podía reaccionar. Pero entonces pensó, ¿qué hacían en la casa de Jimin?
—Siéntate, Tae.
Fue entonces cuando pudo volver por completo a la realidad.
Caminó en silencio hasta el sillón, al lado de su mejor amigo. Había llegado por sorpresa, sin avisar, así que Jimin sabía que debía invitarlo a quedar sin más. Así que si, ahora se encontraban en silencio, pero eso no duró por mucho tiempo.
Porque Seung, notó la presencia de Taehyung.
—¡Es el chico bonito! —exclamó demasiado feliz, con una bonita sonrisa en su rostro.
Bajó rápidamente del regazo de su papá para ir a los brazos del chico, quien lo recibió feliz mientras oían los llamados de Jungkook, diciéndole que no corriera tan rápido por temor a que se caiga y suceda un accidente. Nadie quería eso.
—Hola, pequeño. —un sonriente Tae habló. —Qué lindo verte de nuevo. —le acarició el cabello, sintiéndose contento de que lo recordara.
—¡Gracias por ayudarme ese día! Fuiste muy bueno conmigo, muchas gracias. —agradeció con su preciosa sonrisa y sus manitos juntas.
Una ternurita hermosa.
Y Jungkook observaba en silencio toda esta escena. Miraba al chico, lo miraba atentamente y si, lo aceptaba, era demasiado lindo. Recordó las veces en donde se le había acercado para pedirle que sean amigos, pero él se lo rechazó sólo por no crear ni entrar en problemas. Algo que le disgustaba, porque en algún punto él también quería tratar a Taehyung. Y ahora al ver cómo su niño se llevaba tan bien con el mayor, más aún.
Quizás, quizás podría comenzar una amistad con Taehyung.
Quizás.
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Single Dad | KTH + JJK
FanficTaehyung no creía en las relaciones serias, para él todo era cosa de una sola noche. Esto, hasta que Jungkook llegó, pero este no venía solo. Venía con un lindo pequeño de cinco años, su hijo. 𝗙𝗮𝗻𝗳𝗶𝗰 𝗧𝗮𝗲𝗸𝗼𝗼𝗸 Prohibida la copia o adapta...