1."El encuentro"

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Jane

Sentía los parpados pesados mientras abría lentamente los ojos, una luz blanca impidiendo mi vista, cegándome y un dolor fuerte acentuándose en mi pecho cuando fui consiente.

Hice esfuerzos intentando recordar algo, pero nada se asentó en mi mente. Todo me daba vueltas, ¿Cuánto había estado inconsciente? Y ¿Por qué?

Difícilmente moví ambas manos, algo me molestaba. Alce la mano derecha, dejándola a mi vista y ahí fue cuando todo volvió a la normalidad.

Estaba conectada a unas máquinas, en una habitación, mi habitación.

La puerta se abrió y observe confundida a la enfermera que se acercaba hacia mí.

Charlotte. Mi enfermera desde que era una niña, llego hasta mí vistiendo su informe de todos los días.

-¿Cómo te encuentras?-embozo una sonrisa, al tiempo que yo intentaba incorporarme.

Yo, aún confundida, mareada y perpleja la mire.

- Bien...-respondí en casi un susurro, sintiéndome débil-¿Cuánto tiempo dormí?

Sus nudillos tocaron mi mejilla e hizo leves caricias, me aleje levemente tras sentir su tacto frio.-Un par de horas-contestó.

Solté un suspiro y una ola de alivio atravesó mi cuerpo.

-Todo salió bien-. Informó mientras se alejaba.

-Por suerte-. Solté una risa que no duro tanto cuando el dolor en mi pecho aumento, haciéndome expresar una mueca de dolor.

Se dirigió a la puerta de espaldas, con su vista fija en mí, sus ojos marrones mirándome con preocupación.; siempre tenía esa mirada cuando me miraba, por más que ella intenta disimularla, no lo lograba.

-No te esfuerces, en unas horas podrás estar de pie, nos vemos.-Hizo un gesto con la mano en forma de despedida y cruzo la puerta.

[...]

Tome el final de la extensión que conectaba con el mini tanque de oxígeno, coloque los tubitos en mis fosas nasales y pase el resto de la extensión por detrás de mis orejas. Sostuve la correa de la bolsa donde venía el oxígeno y la pose sobre mi hombro.

Me puse de pie, me dirigí a la puerta y antes de que mi mano hiciera contacto con la perilla, esta se abrió de repente, haciéndome dar un brinco hacia atrás por la sorpresa.

Charlotte detuvo su paso en seco y me miro de arriba hacia abajo, escaneándome.

-Tienes que guardar reposo.

Solté aire por la nariz, fastidiada, así me sentía.

-Llevo las últimas siete horas postrada en esa jodida cama.-Me queje y señale con un dedo la horrible camilla que se encontraba a solo unos centímetros de distancia.

Nos quedamos en silencio mirándonos; como dos vaqueros a punto de sacar sus pistolas. Cuando ella relajo el rostro, y de nuevo esa mirada de preocupación o lastima, tomo el control de su cara.

-Solo iré al jardín-indique en una súplica.

Apretó los labios, considerándolo.

Charlotte se tomaba muy enserio su papel de enfermera, era muy sobreprotectora con todos sus pacientes de aquí en el hospital.

-Esta bien-concedió insegura.

Una sonrisa de victoria broto de mis labios; felicidad absoluta. La rodee y tranquilamente tome el pasillo en dirección al jardín.

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