Jane
-Inhala... - índico el doctor, una de sus manos sobre la parte arriba de mi pecho y la otra sosteniendo la campana del estetoscopio en mi espalda. Obedecí.- Exhala...-indico de nueva cuenta y cambio de parte la campana.
Quito sus manos de mi cuerpo, se retiró las olivas de sus oídos y coloco el estetoscopio en la parte trasera de su cuello. Lo mire sin hacer ninguna expresión, mientras se acercaba a su escritorio y tomaba asiento.
-Todo bien, no tienes ninguna dificultad-musitó, tecleando algo en la computadora. Me puse de pie y tome asiento en una de las sillas frente al escritorio.
-Me eh sentido bien estos días-comente, coloque mis manos sobre mi regazo y las empecé a entrelazas nerviosamente.
-Tienes que seguir con la rutina de diario-empezó a explicar, posando su atención en mi-hacer ejercicio, comer saludable, y creo que lo demás ya lo sabes ¿verdad-preguntó, alzando una ceja.
-Si, lo sé-afirme, desviando la mirada-¿ya me puedo ir?
Tecleo algo rápido en la computadora y luego me extendió una hoja de papel. La tome confundida.
-Entrégaselo a Ana, por favor -explicó.
Sin decir nada, me puse de pie y salí del consultorio del doctor Henry.
Después de la cirugía de ayer, Charlotte me pidió que fuera a hacerme un chequeo con Henry, quería asegurarse que todo había salido bien en la cirugía.
Llegue con Ana y le ofrecí la hoja de papel, ella la tomo insegura y luego me miro.
-Me dijo el doctor que te la diera-conteste tras su confusión.
-Gracias-embozó una sonrisa-¿iras al gimnasio?
Asentí.
-Si, pero primero iré por fruta, nos vemos-hice un gesto con la mano de despedida y me dirigí a la cafetería.
Por suerte desde ayer, no volví a ver a Charlotte, su turno había acabado tiempo antes de que llegara a mi habitación con el corazón en la garganta. Así que me salve de su sin fin de advertencias y reproches de los que ya estaba acostumbrada.
[...]
-¡Agnes!-chille con emoción, cuando la vi limpiando una de las mesas de la cafetería.
La cocinera se giró confundida-Jane, que gusto verte de nuevo-guardo el trapo en su mandil y se dirigió a la barra de comida, seguida de mí.
Ella rodeo la barra hasta que llego al otro lado, quedando frente a mí.
-¿Malteada?-intentó adivinar.
-Solo un plato de fruta, iré a hacer ejercicio.
Ella sonrió antes de adentrase a la cocina.
Mire a la entrada de la cafetería por curiosidad, pero llamo mi atención alguien. El pelinegro de ayer apareció por las puertas y parecía apresurado.
Llevaba la misma chamarra de ayer, un jeans color y una mochila colgada de su hombro. Me paso de largo a paso rápido, llego al otro lado de la barra y dejo caer la mochila en algún lugar del piso.
Lo mire con el entrecejo fruncido por su comportamiento, tomo la superficie de la sudadera y la also, quitándosela por encima de la cabeza. Solté una risa cuando pareció haberse atorado con la prenda, antes de retirarla por completo.
-¿Estas bien?-pregunte, una risa oculta en mis palabras.
Retiro la prenda de su cabeza, su respiración agitada y su pelo desordenado por el esfuerzo.
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Nuestro
Teen FictionUna chica que busca algún día ser libre. Un chico tímido llega a trabajar a un hospital, encontrándose con ella. Los destinos de ambos chicos se cruzarán, creando uno solo. Descubre como terminara el destino de Jane y Benjamín. [...] -¿Y cuando suc...