Jane
Lunes de nuevo, inicio de semana y la había empezado mal.
Cuando me puse de pie al despertar, no supe en que momento mis lentes se cayeron al piso y al momento de pararme, mi pie aplasto mis lentes. Así que iba a empezar mi día sin ver, tal vez sí, pero no poder leer y al no usar mis lentes esta mayor la probabilidad de que mi dolor de cabeza aumente.
Termine de acomodar la terrible coleta de caballo que decidí haberme hecho y tome mi bolsa de oxígeno, colocándola sobre mi hombro, reacomode la extensión de mi nariz y salí de la habitación, con destino a la cafetería.
-¿A dónde vas, Jane?-la voz de Ana me detuvo.
-A la cafetería, voy por una botella de agua,-expliqué.
-¿Vas a ir al gimnasio?
Negué.
-El doctor me prohibió el ejercicio por un tiempo. Hasta que mi corazón este un poco menos acelerado.
Ana asintió lentamente y dejo de prestarme atención.
Me gire y seguí mi camino a la cafetería. Al llegar, me acerque hacia la barra y me estire un poco para ver a Agnes, pero no la miré. Me incorpore y espere a que alguien me atendiera.
La puerta se abrió y Agnes emergió de esta, llevaba su mandil azul como de costumbre y una red de cabello, impidiendo que sus canas salieran de esta. Me sonrió y se limpió o seco las manos en su bonito mandil.
-¡Jane!
-Hola, Agnes. Me das una botella de agua, por favor.
-Con gusto.
Dio media vuelta y abrió el pequeño refrigerador, extrayendo mi pedido. Volvió a girarse hacia mí y me extendió la botella, yo la tome con gusto, entregándole el billete.
-Gracias.
Agnes me sonrió y estaba a punto de alejarse, cuando hablé:
-¿No has visto a Benjamín?
Detuvo su paso.
-No vendrá hoy a trabajar, pidió el día-respondió.
Tras decir eso, solo se alejó.
El torpe jamás me dijo que no vendría.
El día de ayer no lo había visto, puesto que lo domingos no trabaja, y sinceramente si me sentí un poco más sola que de costumbre. Estaba acostumbrándome a la presencia de Benjamín, y eso era lo que más me daba miedo. No quería depender de él.
Pero el sábado que me visito, durante todo el tiempo que estuvimos en el jardín, jamás mencionó su ausencia de hoy.
Fruncí los labios, apreté la botella entre mis manos y anduve pasos a fuera de la cafetería.
{...}
[13 de Junio.
Su presencia de verdad hace falta, pero puedo soportarla. Me pregunto qué estará haciendo...]
Escribí en mi libreta, un poco dudosa por esa pregunta. ¿Que estará haciendo?
{...}
Me detuve frente a su puerta.
No estaba segura de querer hacer esto, la última vez ella fue la que me rechazó. Yo no soy de las personas que ruegue, al contrario, si no se puede, me voy. Pero Charlotte quería que fuera amiga de Victoria, y una amiga más aquí en el hospital no suena nada mal.
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Nuestro
Novela JuvenilUna chica que busca algún día ser libre. Un chico tímido llega a trabajar a un hospital, encontrándose con ella. Los destinos de ambos chicos se cruzarán, creando uno solo. Descubre como terminara el destino de Jane y Benjamín. [...] -¿Y cuando suc...