Te soñé. Presente.

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Estaba flotando sobre un nube oscura de pensamiento abstracto, esperaba con ansias que llegara el sueño relaja te que pocas veces llegaba.

-Eres más fuerte de lo que crees.

-¿Ian, eres tú?

-Sí, Gemma, soy yo.

-¿Dónde estas? ¿Te escuchas lejos?

-Estoy aquí, sólo que estas casi dormida y el cansancio de hace creer que estoy lejos.

-¿Qué sucede? Tengo frío.

-Vengo a decirte que eres más fuerte de lo que crees.

-Esa es tu línea célebre. -Reí.

La risa irónica de Ian. -Cierto.

-Casi no te escucho.

-No te fuerces o te quedarás dormida.

-Ian, tengo un problema, me estoy desequilibrando otra vez. En cualquier momento volveré al hospital.

-Estamos en el hospital ahora.

De repente percibí el olor a medicinas y sentí los pasos rápidos de los doctores, esos horribles pasos rápidos y largos silencios agobiantes para todos.

-Oh.

-Pero es la última vez que vienes. Eres fuerte, seguirás en equilibrio.

-¿Qué te lo asegura?

-Tú me lo aseguras.

-¿Yo?

-Sí, ahora duerme, te veré en un rato.

Al despertar estaba en mi habitación, sobre mi cama, había soñado con Ian y ya. Todo fue un sueño, pero su voz me llevo tanto a la realidad que realmente creí que estaba en el hospital. Al fin y al cabo, varias cosas que dijo eran tan reales que también ayudaron a el sueño ser tan real.

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-Así que ese fue tu sueño. -Andrea me miró por arriba de sus lentes.

-Sí. Hay muchas cosas que me hacen no querer olvidar a Ian y a Luisa. Esas cosas que me hacen sonreír cuando sueño con ellos.

Andrea sonrió. Llegué a notar lo mucho que cambiaron las cosas en mi mundo con ella. ¿Debería disculparme por todo lo que le hice?

-Creo, Gemma, esto está llegando a su fin.

-Pero aún falta una hora para que terminé la cita.

-Digo de que vengas a verme. Esto de tener una psicóloga tan frecuente ya está llegando a su fin para ti.

Esperé tanto para esas palabras que no supe que decir. Sólo quedé pausada ahí, inerte. Cada palabra llegó a mi mente con perfección, pero sólo me mantuve ahí, quieta, sin expresión. De repente Andrea continuó hablando y yo salí de mi trance.

Alas manchadas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora