Trabajos pesados. Presente

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-Gemma, -la madre de Gemma entra a su habitación- si quieres quedarte hoy en casa, no hay problema. -Dice.

-No madre, quiero ir.

Mi madre y yo teníamos un contrato no verbal que especulaba; tu finges creer que estoy bien y yo te digo lo mismo, todas felices. Pero mi madre no era tonta, eso era lo único chueco en el contrato. No puedes engañar a los que tienen visión gatuna, esos que ven en la oscuridad. Mi padre, por su lado, es más creyente de mis palabras aunque no sean ciertas. Hoy, mi padre no me podrá llevar a la escuela, y debo ir caminado.

-Si quieres ve en el bus. -Dijo mi madre.

-Gracias mamá, pero prefiero caminar. -Me acerqué a mi madre y deje un beso en su frente- Te quiero, estaré bien.

.... Me miró con esos ojos, no puedo engañar a los que ven en la oscuridad...

-Te amo hija, cuídate.

Salí de casa, e inmediatamente empecé a caminar, no miré hacia los lados, sólo caminé con mis audífonos puestos. Hacia frío, tenía medias altas, botas, un gorro, y mi vestido de tela ancha con detalles en encaje. No vestía como princesita, no usé maquillaje alguno y me sentía bien como estaba.

Un auto, a rápidas velocidades pasó junto a mi, iba tan rápido que mi vestido se balanceó en mi. Miré hacia el frente, no sé quien era, pero quién sea tenía mucha prisa. El auto que conducía se parecía al viejo auto de Ian, idéntico, pero no puede ser. Seguí mi camino, el transcurso era algo largo, pero no me quejaba, caminar por el lugar y ver personas no era un pesar para mi.

Al llegar, fui directo a los casilleros, ahí estaba Ojos azules... Dash. No me vio cuando llegué, cuando estaba ya en mi casillero me notó. Estaba hablando con Antón Doncan, el cual me saludó como siempre. Rolling, Doncan. Después se despidió de Dash.

-Buen día.

-Buen día Dash.

-¿Cómo amaneció la joven?

-Hambrienta, pero que le podemos hacer. -Así me respondía Luisa cuando le preguntaba cómo amaneció.

Dash sonrió. -Vamos, llegaremos tarde.

-Vamos.

Los pasillos de mi escuela se abrieron ante mi, antes mi caminata, ante mi presencia. Entré a mi salón, y ahí estaban todos, me coloqué en mi lograr y escuché la clase. De repente y sin aviso sentí ahogarme.

-En el trabajo en parejas, yo elegiré las parejas. -El profesor anuncia y el público se queja- Rolling y D'Grandie...

Mi vida se detuvo, Luke, no hemos tenido una conversación desde la... La muerte de Ian, sólo discutimos. Miré hacia atrás, busqué a Luke con la mirada, él me estaba mirando. Las miradas siguieron por un minuto, si fuéramos caricaturas los rayos estuvieron en nuestros ojos, chocando. Pero no lo somos, pero aún así; estoy segura que había humo. Estoy segura que nada se planeará hoy, el trabajo es para el próximo mes, así que Luke no estará deseoso de empezar ya, yo menos.

-Hola Hanna. -Hanna, la bibliotecaria me miró con tanta alegría.

-Que gusto verte Gemma.

-¿Tienes el Gran Gatsby?

-Claro, todo tuyo.

Caminé por la biblioteca, a paso apresurado, y me tope con una granada de recuerdo. La pared de Ian. En la biblioteca, los que estaban en el club podían escribir los libros que han leído en una lista que está en la pared, pero Ian y yo teníamos una pared. Me acerqué, cada nombre estaba escrito con su puño y letra. No diré que tenía cartas suyas, porque no es así, pero cada vez que veía su letra era un sentimiento de hormigueo que corría en mi. Su letra lo describía bastante a él, no tenía la caligrafía de un gran filósofo, pero era él, su caligrafía era él. Me senté en el suelo, frente a la pared de Ian, allí mismo empecé a leer. Mis audífonos me ayudaban a transportarme lo más rápido que pude a otro lugar.

... Lana...

Las palabras de Lana del rey se entraron en mis oídos, posándose en mi mente, y cada instrumento elevándome a otra dimensión. Era increíble. Al terminar, salí de la biblioteca y fui a casa. La casa estaba vacía, y así estaría por 2 horas.

{Whatsapp}

Unknown number: Gemma, soy Dash.

Gemma: Dash, ¿Pasa algo?

Dash: No, sólo quería hablar.

Gemma: En realidad ahora estoy algo ocupada.

Dash: Bien... Cuídate, hablamos después.

Gemma: Igual, gracias Dash.

Miré a mi alrededor, no iba a hacer nada, pero no quería hablar ahora, no tenía ánimos para eso. Caminé por mi casa, subí las escaleras y fui a mi habitación.

-¿Dónde esta mi libro Fangirl? -Pregunté al aire, como si él fuera a responderme.

Busqué en todos los rincones, debe estar en el sótano, corrí por las escaleras y baje a el sótano. Y lo que vi me mató. Todo lo que una vez estuvo en mi habitación estaba allí, todo. Fotos, cuadros, jueguetes, peluches, globos, ropa, mi cámara. Mi cámara, la miré y la tomé en mis manos temblorosas, intenté no llora, pero que más da, caí en llanto. Estaba sola, daba igual, podía desgarrarme y quedar dormida por tanto llorar.

... Lo que un día fue la obsesión más grande, estaba en mis manos y no me sentía libre de él, él seguía aquí, sólo debía verlo y volvía la necesidad. Todo esto es culpa de que me mi mente, esta segura de que me lo arrebataron...

Dios debe darme la fuerza para curar heridas, mas, no recuerdo la última vez que hablé con él.

Alas manchadas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora