Quería vivir el presente, y que los recuerdos cargados no llegarán a mi mente. Sentía que estaba en el hospital, pero no, claro que no. Estaba en casa, y por eso sentí un gran alivio, levanté la cabeza, me senté en mi cama. Pude apreciar los globos en mi habitación, el día de hoy iba a ser tan único, espero.
San Valentín, no era el primer 14 de febrero que compartíamos Ian y yo, pero era algo más cómodo. Ian había sido un ángel ayúdame por mis condiciones de salud, y pudimos unirnos más. Algunas palabras será clave para nosotros, es más que "cárcel de pecados", ahora era "gotas de ligero llanto celestial", era "amor de las estrellas, lumbrera semejante a nuestros ojos" y era "somos hijos de diferentes magnitudes, pero con la memoria totalmente igual". El dolor había sido tan leve, me sentía más libre y quizás más fuerte.
Mi celular vibró, Ian vendría por mi, debía estar lista. Me vestí con un vestido con encajes, los botas que típicas en mi, mi delineador aplicado de una manera diferente, pero aplicado. Al bajar, el auto de Ian estaba parqueado, estaba de pie, apoyado contra la puerta del conductor.
-Hola. -Dijo tranquilo, con sus manos en sus bolsillos y en su mismo lugar.
-Eh... Hola, feliz San Valentín.
Ian sonrió, se acercó y me abrazo. -Felices contigo pequeña, tendremos el mejor San Valentín de la historia.
-Por supuesto.
El auto de Ian olía a humedad casi todo el tiempo, hoy tenía un intento de aroma diferente y llamativo, pero la humedad era más fuerte, así que el aroma era más leve de lo que debería. Era un aroma dulce, pero no empalagoso, a Ian no le gustaba nada empalagoso, amaba lo más fuerte, gustos y olores más reales que azucarados, diferente a mi.
Sabia que Ian no tiene nada planeado, que se dejaría llevar con el viento, era algo típico en él.
La mañana corrió lento, Luisa sólo hablaba de lo mucho que deseaba que las chicas del salón dejarán de hablar de chicos, pero estoy segura que ella no lo hacia porque Antón la había invitado a salir. Luke en su rincón le enviaba mensajes de texto a Ian, quien estaba junto a mi. Luke y su novia irían al baile, Luisa y Antón también, aún no sabía si Ian y yo también.
-Perdón por preguntarlo ahora, pero, ¿Quieres ir al baile o prefieres hacer algo más?
En realidad quería hacer algo más, pero Luisa respondió por mi.
-Sí, ella me había dicho que quería asistir.
Miré a Luisa con desagrado, pero ella me necesitaba allá. -Sí, quiero venir.
-Bien.
Cuando las horas pasaron, Luisa fue poniéndome cada vez más nevosa, frases como "mi hermano nunca a querido a alguien como te quiere a ti" o "ustedes son mi pareja crush" o "¿Ya pensaste con que vestido venir?", eran cosas que me volvían un manojo de nervios.
-Es tiempo de ser listas e ir de compras desde que salgamos.
-Fuera bien. -Luisa y yo estábamos en la cafetería.
-¿Para qué llevas ese plato lleno de comida si al final lo vas a vomitar? -Una de las "graciosas" me dijo algo así, burlándose de mi bulimia.
-¿Para que corres en las mañanas si al final nadie te quita lo desabrida? ni siquiera el reducir medidas, vaca obesa. -Mis palabras salieron de mi boca sin control.
-Por lo menos me gusto como soy.
-¿Y cómo no? Si está comprobado que nunca serás amada por alguien más, fuera triste que está te odiarás también.
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Alas manchadas.
Novela Juvenil[www.DiarioBG.com] Mis padres quieren que salga de mi casa, pero a la vez no creen que esté lista para ir a la escuela. [Comentario] @Mago: Levántate y dale la cara al mundo. Esta es la historia de una joven llamada Gemma y como supera cosas de s...