Doy un paso al frente, todo a mi alrededor se a enmudecido, es como si no hubiera nadie, solo que siento decenas de ojos puestos en mi. Camino hasta llegar al centro de la sala y es ahí cuando levanto la mirada, la sala esta llena de algunas personas, unos los puedo vagamente reconocer y otros supongo que son conocidos de mi padre, también hay familiares y amigos de la familia.
Zeus está a tan solo diez pasos de mi, todos en la sala me miran, algo que comienza a incomodarme. Sin esperar una señal avanzo con la confianza que mi madre me dijo que debía tener si de representar el apellido se trataba, arraso con la mirada todo el lugar, los miró con neutralidad, sin mostrar una pizca de nervios o emoción de estar aquí.
Siempre me lo repetí de pequeña, la mirada refleja cómo me siento y si no muestro emoción no podrán saber cómo me siento y así no podrán herirme.
Llego al lado de mi hermano que me da una sonrisa de lado.
Una vez bastante cerca soy capaz de mirar a detalle a todos los presentes que se encuentran en la mesa, en el centro se encuentra Érebo, mi padre, él me mira detalladamente tratando de averiguar quién es la chica que acaba de irrumpir en su cena. Al lado de mi padre se encuentra Esdra, mi tía me mira de arriba a bajo creyéndose superior a todos, en el lado izquierdo de mi padre en vez de estar Atenas se encuentra Venus, ella me mira con detenimiento y con un brillo de curiosidad en sus ojos y la última que logro reconocer, Atenas.
Su cabello como el oro está suelto, son grandes ojos celestes son brillosos, tiene el típico celeste de toda la familia, solo que los de ella son más oscuros, tiene una sonrisa inocente que la hace lucir muy tierna, lleva puesto un vestido color hueso que la hace lucir como una princesa. Mi corazón late fuerte con tan solo ver lo grande que está, cuando me fui solo era una niña de doce años, ahora se a convertido en una adolescente muy hermosa.
– Zeus...– habla la irritante voz de Venus– ¿Y quién es esta?– me mira con una sonrisa burlona.
Ash, ahora recuerdo lo muy insoportable que era antes y no a cambiado.
Venus es una chica de mi edad, rubia, de ojos celestes, parece una Barbie, carga un vestido celeste a juego con sus ojos y el cabello recogido en una coleta alta. Lo que tiene de bella lo tiene de idiota e inmadura, recuerdo lo humillante, burlista, arrogante, prepotente y cruel que es cuando se lo propone. Nunca hemos tenido buena relación.
– Ella es la persona que quería mostrarles, la estuve buscando por mucho tiempo.– me mira con una sonrisa– hasta que finalmente la encontré.
Dejo de prestar atención a la reacción de mi familia para mirar a las demás personas en la mesa, personas que son totalmente desconocidas para mi, excepto una familia, no sé porque pero al mirar esa familia un escalofrío recorre mi cuerpo. Esta una mujer pelirroja muy risueña, una chica igual de pelirroja con pecas en su rostro y ojos ámbar, y por último un hombre muy alto de cabello castaño que me parece muy familiar.
– ¿Eres su novia?– pregunta Atenas subiendo y bajando las cejas con una sonrisa.
Iugh.
Hago una mueca de asco, miro a Zeus de arriba a bajo con el ceño fruncido. Zeus me mira mientras entrecierra sus ojos y yo lo sigo mirando con asco puro, la chica pelirroja y Atenas comienzan a reír por mi cara de espanto.
– Muy guapo, pero no caería tan bajo.– digo lo primero que se me viene a la mente y Zeus me mira molesto.
– No, ella no es mi novia.– Zeus les contesta mientras rueda los ojos.
– Te me eres familiar...– comenta Esdra escudriñando hasta mi alma.
– Pues claro que nos conocemos, Esdra.– pronuncio su nombre para que esté al tanto que si la conozco.
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Heranyx
Teen Fiction"Cierra los ojos y verás oscuridad, vuelve abrirlos y el demonio de la noche ante tí estará. Dí mi nombre tres veces y tu perdición invocarás" Me presento soy Heranyx Atenea Mavridis. Soy el mounstro que se esconde en el armario, pero pronto saldré...