†CAPITULO NUEVE†

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Después de un largo rato en silencio comenzaron las preguntas, respondí a todas con naturalidad, ellos querían saber si de verdad era la hija de Alessa. Llegaron a la conclusión de que si lo era y aunque algunos estaban indispuesto, el resto dijo que por ley soy la heredera, sin embargo se tiene que hablar con la mujer que a estado a cargo estos años de la empresa. Acepté sin duda alguna y me despedí de todos.

Estaba en el ascensor cuando me volvió a llegar un mensaje, mientras estaba en la reunión tuve que poner el teléfono en vibrador ya que Zack no dejaba de enviar mensajes, estaba harta, así que cogí el teléfono dispuesta a insultarlo por mensaje.

Cuando abrí el mensaje me quedé de hielo, mis pies se volvieron gelatina y caí al piso, mis manos sujetaban con fuerza el teléfono mientras leía el mensaje una y otra vez sin poder creer lo que está pasando.

No de nuevo...

Número Desconocido:

«Volviste... Pensé que moriste ése día
¿Creíste que me olvidaría de tí?»

Siento como el aire me falta, me cuesta respirar, es como si algo estuviera atravesado en mi garganta, la desesperación me invade y se que estoy teniendo en ataque de pánico de nuevo.

Mis manos comienzan a temblar, todo mi cuerpo se siente pesado, mi respiración se vuelve agitada y lo único que quiero es salir corriendo. Faltan cinco pisos para salir, necesito calmarme pero se hace tan imposible en este momento, siento como si las paredes me asfixiaran. Recuerdo las terapias con mi madre.

Respira profundo y cálmate, no veas negro, solo respira con tranquilidad...

Poco a poco me voy calmado, mi cuerpo sigue pesado pero ya no como antes, con dificultad me levanto del suelo apoyando mi espalda a la pared, no supe ni en qué momento me senté en el frío piso del elevador, entre mis contactos busco el número de Drew.

Al instante responde.

— Dígame...— Contesta.

— Dre-drew... Por favor, Ven a buscarme a la empresa... Po-por favor, trae a... Brooklyn y Bross... Diles que es urgente.— Balbuceo todavía temblando.

— ¿Estás bien, preciosa?— pregunta preocupado.

— S-si solo... Ven rápido.

Cuelgo.

Miro el celular en mi mano con rabia, lo aprieto con fuerza y en un acto tonto de rabia tiro el teléfono contra el piso. Todas las piezas salen disparadas a todas direcciones, por último me inclino y tomo el chic, lo guardo en mi bolso para seguir tratando de controlar mi respiración, dos minutos después el ascensor se abre, salgo disparada de el aún temblando, todo me da vueltas.

A lo lejos visualizo a Zack con la misma chica de hace unas horas, su cara demuestra preocupación, voltea y yo comienzo a caminar rápidamente, no lo quiero ver, no quiero saber de ningún hombre en estos momentos, solo quiero a Bross y a Brooklyn, yo solo quiero estar lejos de aquí.

Zack hace un estruendo al levantarse, escucho sus pasos detrás de mí, eso solo me hace poner más nerviosa de lo que estoy, el sonido de los pasos me atormenta, me llevan al pasado.

— ¡Heranyx!— Grita a mi espalda.

No volteo ni me detengo sigo mi camino hasta salir de la empresa, me siento agotada mentalmente, no puedo creer que de nuevo esté pasando.

Cuando salgo una camioneta negra se para frente a mi bruscamente, sin meditar nada saco rápidamente el arma que tengo en el bolso— una que nadie sabe que tengo, pero la guardo por seguridad— Y apunto sin dudar al auto, de el sale Bross y Brooklyn con las manos en el aire preocupados, ambos me miran de pies a cabeza hasta que se dan cuenta del porqué me encuentro así.

Heranyx Donde viven las historias. Descúbrelo ahora