Naruto quiere a Sasuke

Deidara se chiva

Minato volvió a casa agotado. Al principio ni hablaba. Kushina le sacó la cena y el té sin decir palabra. Minato vacío la taza de un trago.

Lo peor fue el regreso, dijo al cabo de un rato, ¡con esa lluvia! Naruto ni se había dado cuenta de que por la tarde empezó a llover.
Había estado en la cama, pensando y charlando con el conejillo Kurama.

Deidara y Kushina no le molestaron. Debieron creer que estaba haciendo los deberes.

Minato se refugió en el cuarto de estar, encendió el televisor y abrió el periódico.

— ¿Qué tal? — preguntó.

— ¿Qué tal, quién? — le respondió kushina.

— Quién va a ser... tú y los chicos.

— Mucha gripe — dijo Kushina — el consultorio lleno.

— No me extraña, con este tiempo — Minato se sintió ratificado.

— ¿Y vosotros?

— Nada particular — respondió Naruto.

Le tocaba hablar a Deidara. Naruto presintió lo que se avecinaba. Deidara respiró hondo, dándose una terrible importancia.

— Naruto tiene un amigo — dijo —. Él mismo me lo ha contado.

Minato dejo el periódico.

— No me digas.

— Buenas noches — susurro Naruto.

— Espera un momentito — en la voz de Minato no había el menor rastro de burla —. ¿Lo conocemos?

— No.

— ¿Gaara? — kushina era demasiado curiosa.

— No, no es él — Deidara quiso volver a meter baza.

— ¡Cierra el pico! — le gritó Naruto.

— ¡Niños! — Minato y Kushina les reconvinieron a dos voces. No les faltaba práctica.

— Se llama Sasuke y es nuevo. Eso es todo —.
Naruto se escabulló por detrás de Deidara que sonreía maliciosamente, se encerró en el baño y corrió el pestillo. Deidara explicaba que Sasuke era alemán.

Minato y Kushina se sorprendieron.

— ¿Alemán? ¿Cómo es posible?

— Debe ser una de esas familias de origen alemán repartían — dijo Minato.

A Naruto no le gustó cómo su padre subrayaba <<una de esas familias>>. No hablaría nunca más de Sasuke con ellos. Y con Deidara todavía menos.

Y sin embargo, a la mañana siguiente, Kushina se las ingenió para hablar con él de Sasuke.

— No es que queramos disuadirte de lo de Sasuke.

— Tampoco lo conseguiríais.

— No me pareció bien por parte de Deidara.

— Da igual — dijo Naruto.

— ¿Te gusta?

— Es muy simpático.

— ¿Alemán, de verdad?

— Si, es de una ciudad llamada Konoha.

Kushina le acarició la cabeza. A Naruto aquel gesto no le pareció oportuno.

— Tráelo cuando quieras.

— No sé.

A Kushina se le pasaron las ganas de seguir hablando.

— Hoy no estás muy locuaz — le dijo a Naruto.

— No.

Naruto estaba a punto de cerrar la puerta cuando su madre le dijo:

— Se me olvidaba. El tío Nagato vendrá a vernos. Estará tres días —. ¡Sensacional! El tío Nagato le gustaba porque era muy distinto.
Kushina solía quejarse de que el tío Nagato se ponía muy pesado.

Claro que el tío Nagato era el hermano mayor de Kushina. Y, además, estaba un poco loco.

Si Sasuke quiere, pensó Naruto, le hablaré del tío Nagato.

Continuara...

Hola, como estáis, espero que súper bien.

Espero os haya gustado este capítulo.

Bueno, un abrazo fuerte y nos leemos pronto (づ￣ ³￣)づ