Dos visitas

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Deidara se apoderó inmediatamente del tío Nagato.
A Naruto le sentó mal. Se había propuesto interceptarlo, pero Deidara, una vez más, se levantó primero.

En vista de ello, Naruto decidió quedarse un rato más en la cama. Oyó la voz de Minato. Minato también estaba de vacaciones. Toda la familia reunida. ¡Y encima el tío Nagato! Al tío Nagato lo había descrito en un ejercicio de redacción. Iruka no quiso creer lo que había escrito. Ya no quedan tíos raros, dijo.

El tío Nagato se estaba riendo. Reía como nadie. Y al reír aspiraba el aire y hacía ¡juic-juic-juic! Parecía un cerdo saliendo de estampida. ¡Juic!

En aquella redacción Naruto había descrito a su tío Nagato de la forma siguiente. Más o menos: El tío Nagato es el hermano mayor de mamá. A primera vista, nadie lo diría. Cuando se sale de paseo con el tío Nagato todo el mundo se le queda mirando.
El tío Nagato tiene dos metros y es más delgado que un fideo. Anda como un avestruz y tiene los brazos muy finos y demasiado largos. La cabeza del tío Nagato es un poco demasiado pequeña. Tiene el pelo rojo y se lo corta siempre a cepillo. Suele llevar vaqueros y chaqueta de colores oscuros. A mamá le parece una locura. Lo mejor es la voz. En lugar de ser aguda es muy fuerte y grave. El tío Nagato es químico, aunque en realidad ejerce de inventor. Dice que inventa cosas que nadie necesita. Ni hay nada más bonito, dice. La última vez que estuvo en casa ensayó otro de sus inventos. Estábamos comiendo la sopa. El tío Nagato le echó un granito de no sé qué y la sopa cambió de aspecto <<en un periquete>>, como él dice. Quedó hecha ladrillo.

- Es invento mío es una bendición para todas las mafaldas y demás enemigos de la sopa - dijo.

Mamá se enfadó muchísimo. A mí el tío Nagato me parece extraordinario.
Mamá volvía a tener de qué quejarse.
Esperemos que no haya líos por Pentecostés, pensó Naruto. Sería una lástima.

¡Parece mentira! ¡Hay que verlo para creerlo! A padre no había forma de calmarlo.

Naruto saltó de la cama y corrió al jardín.

— ¡Ya está aquí el dormilón, el incansable, el saltarín, piernas torcidas! — exclamó tío Nagato —. ¡Hurra! — abrazó a Naruto con sus interminables brazos, lo alzó por los aires y le preguntó bajito, muy amablemente —:

— ¿Estás bien, Naruto?

— Hmm.

— Ven a verlo, Naruto — le gritó Deidara. En un cubo de agua crecía un árbol. Iba creciendo a toda prisa y era de esponja o algo parecido.

— ¡Al principio ni se veía y ahora se hace cada vez más grande!

— ¡Fantástico!

— Una brujería de lo más vulgar — gruñó el tío Nagato.

— ¿Hasta qué altura va a llegar eso? — preguntó Kushina, preocupada.

El tío Nagato frunció el ceño.

— Bueno, como la catedral de Colonia aproximadamente.

— Eres peor que un niño — dijo Kushina.

— ¿Tan malos son los niños? — preguntó el tío Nagato.

Consiguió que Kushina riera.

— Me rindo — dijo.

Minato, Deidara y el tío Nagato se retiraron a hacer de las suyas. El tío Nagato se frotaba las manos:

— ¡Vamos a ver si fabricamos un pío-pío superduradero! — decía.

— ¡Por favor! — Kushina estaba cada vez más asustada.

Naruto quiere a SasukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora