El segundo renglón

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Durante las vacaciones Sasuke y Naruto dejaron de verse. Sasuke no dio señales de vida y Naruto no quiso ir a visitarlo. Aunque pensaba constantemente en Sasuke.
Hasta soñó con él.

Volvían a jugar a la orilla del embalse. Sasuke había mandado demasiado lejos. Quiso alcanzarlo. Las piernas se le hacían cada vez más pesadas. Se hundía. Cuando estaba a punto de ahogarse se despertó.

Kushina le preguntó si estaba enfadados.
Le molestó oírlo y la dejó plantada, sin decir palabra.

Todo el mundo se portaba mal con él. Incluso Sasuke.

Confío en que faltara el  primer día.
Allí estaba.

Lo vio enseguida, nada más llegar al patio de la escuela.

Le estaba diciendo a Kiba algo al oído. Le hubiera dado una paliza. Y a Kiba también. Tuvo ganas de llorar.

Hubiera preferido hacer novillos
Sasuke se reía.
Kiba se reía.

Naruto pasó despacio por delante de ellos, con los puños crispados en los bolsillos de los vaqueros.

— Eres un imbécil, Kiba — le dijo.

— ¿Qué te pasa? — preguntó Sasuke —. ¿Por qué te portas tan mal con Kiba?

— Porque se porta mal conmigo.

— No es verdad. No te ha hecho nada.

— Tú sabrás...

Sasuke cogió del brazo a Kiba, como había hecho con él, y se lo llevó de allí.

— Está mal del coco — dijo —. Naruto está mal del coco, seguro.

En clase no entendía. Voy a ponerme enfermo, pensó. Estoy enfermo. Quiero irme a casa. Tengo ganas de morirme para que Sasuke lo lamente.

Estuvo solo durante todo el recreo. Sasuke no vino a recogerle.

Tengo fiebre, pensó. Todo transcurría muy lejos, sin llegar a él.

Sonó el timbre y de encaminó hacia la clase arrastrando los pies. Detrás de todos. Nadie le hacía caso. Descubrió que el pavimento del pasillo era verde. Qué raro, pensó. Creía que era gris. Y es verde.

Oyó los pasos de Iruka y se apresuró.

La clase, en verdad, parecía esperarle a él. No le costó mucho averiguar por qué. En la pizarra, en mayúsculas, ponía:

NARUTO QUIERE A SASUKE

Sabía que iban a jugarle alguna mala pasada. Era parte de su mal. De lo contrario no le hubiera dolido tanto.

Se quedó como petrificado entre los pupitres y la pizarra. Le extrañó que los demás no rieran, que contuvieran el aliento esperando su reacción.

No se había dado cuenta de que Iruka había cerrado suavemente la puerta a sus espaldas. Estaba ahora junto a Naruto, con la vista clavada también en la pizarra. Sintió su mano grande sobre el hombro, acariciándole imperceptiblemente.

La clase empezó a zumbar. Naruto, temeroso, se encogió de hombros. Iban a estallar de un momento a otro. Y así fue. Se pusieron a gritar:

— ¡Naruto quiere a Sasuke! ¡Naruto quiere a Sasuke! — voceaba, se rían.

Iruka sujetó a Naruto con firmeza y esperó un instante. Naruto apenas conseguía reprimir los sollozos. Tuvo miedo de que le reventara el pecho.

Iruka se volvió muy lentamente, arrastrando a Naruto para que también él tuviera que enfrentarse a la clase. Se movían igual que en las películas antiguas, como el Gordo y el Flaco.

Los alumnos empezaron a sentarse uno tras otro.
Fueron callando uno tras otro.

— Muchas gracias — dijo Iruka.

Naruto se esforzaba por no mirar hacia donde estaba Sasuke. Había colaborado. Lo había permitido. Se rió con todos ellos. Se burló de él. Sasuke se había burlado de él.

— Falta un renglón en la pizarra — dijo Iruka. Hablaba en voz tan baja que nadie se atrevía a rechistar.

— ¿Me ayudáis?

Alguno que otro dijo que no con la cabeza. La mayoría contemplaba atónita a Iruka. Tampoco Naruto acaba de entender qué pretendía Iruka.

Iruka soltó a Naruto, le acarició la frente, se acercó a la pizarra, tomó la tiza y escribo debajo de NARUTO QUIERE A SASUKE, con letras igual de grandes:
SASUKE QUIERE A NARUTO.

Naruto iba leyendo lo que escribía. A cada letra se ponía más triste. No es cierto, estuvo a punto de gritar. Tuvo miedo de hacer el ridículo.

— Para quererse hay que ser dos — explicó Iruka. Dejó escritas ambas frases, acompañó a Naruto hasta el pupitre y le dijo —: Después de clase podéis pensar en todo eso. Ahora vamos a hacer unos ejercicios de cálculo.

Miró a Naruto con gesto pensativo.

— ¿Te sientes mal? — le preguntó —. Sabes qué te digo. Puedes irte a casa si quieres.

Naruto no dejó que se lo repitiera. Cogió la cartera y salió corriendo.


Continuara...




Holaaa :D

Cómo estáis?

Espero que genial, yo estoy súper bien, ya no me siento mal :)

Os quiero agradecer por el apoyo que está recibiendo la historia, y en especial gracias a 1237no, la verdad, gracias por tus comentarios de apoyo y por compartir esto :D

También os quiero decir, que este es el penúltimo capítulo, el siguiente capítulo será el final 😩

No sé en qué momento pasó tan rápido el tiempo, según yo hace una semana empecé a leer un libro, me encantó y empecé con una adaptación.

No pensé que tendría tanto apoyo, de verdad, miles de gracias.

Pero, bueno, espero os haya encantado el capítulo.

Y como digo siempre, un abrazo y nos leemos en la próxima actualización
(づ ̄ ³) ♡☆

Naruto quiere a SasukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora