Seis años después...
-¿Te falta mucho?- interrogué a mi esposo, una vez salimos del quirófano.
-No; pero debo quedarme para planificar los cuadrantes de la semana que viene; a lo sumo una hora o así.
-¿Quieres qué te espere, o voy yendo a casa de tus padres?- pregunté mientras entrábamos en mi servicio.
-Vete yendo si quieres; cómo nos quedamos a cenar en casa de mis padres igual nos da- asentí de acuerdo.
-No tardes mucho- susurré; Jungkook me dedicó una de sus torcidas y sexys sonrisas, mientras se inclinaba para besarme.
-Prometido; hasta luego amor- observé cómo se alejaba, apoyado en el marco de la puerta. Dentro de dos meses celebraríamos nuestro séptimo aniversario de boda. No podía creer que el tiempo hubiera pasado tan rápido. Cada día seguía sorprendiéndome... y nuestro amor seguía fortaleciéndose día a día, con cada mirada, cada sonrisa, cada charla, cada discusión...
Eché una última ojeada a los preoperatorios del día siguiente. Hace un año y medio, por fin, terminé mi residencia... y ahora era anestesista adjunto del Asan Medical Center. Todavía recuerdo con una sonrisa el primer día que llegué, y vi por primera vez a todos mis compañeros.
Los roces y conflictos que hubo al principio con el equipo que llegó del Korean Red Cross Hospital, estaban más que superados; en parte, gracias a que Sol Ji se marchó a Suwon al casarse con un médico de allí; con los demás, las cosas iban muy bien. La que también se había ido del Asan Medical Center era Ji Hyo. Ella había terminado su residencia hace tres años, y le habían ofrecido una buena oferta de trabajo en otro de los hospitales de Seúl. La veíamos siempre que podíamos, o ella se pasaba a vernos.
Taemin, Dae Hyun, la doctora Lee... todos seguían igual que siempre. Soo Bin y Hani eran padres de un niño de cuatro años, llamado Ian.
Taehyung y Hoseok, compañeros y nuestros mejores amigos, por fin cumplieron su sueño de formar una familia. Después de más de un año y medio de tratamiento, la pequeña Rose colmó de alegría a sus padres; y dos años después, con la esperanza ya perdida, Taehyung quedó embarazado de forma natural, y el pequeño Jung Tae completó la familia. Me despedí de ellos, que también terminaban su turno, y gracias a Dios, el autobús vino enseguida. Jungkook se quedaba el coche, el mío lo tenía en el taller ya que mi hermano lo rayo con el suyo.
El sábado comeríamos con ellos; habían pasado una semana de vacaciones en Busan, en casa de mis padres. Mi padre falleció hace un año, después de estar cinco años postrado en una cama articulada, sin poder moverse y hablar, como consecuencia del infarto cerebral que sufrió. Yoon Gi y yo no conseguimos perdonarle del todo, pero su muerte nos afectó mucho; mi madre lo cuidó hasta el último día de su vida. Habíamos conseguido retomar la relación con ella, y en verano íbamos a Busan; a Jungkook le encantaba la tranquilidad y el clima del lugar, más llevadero que Seúl, y los niños disfrutaban mucho allí, con Soo Ae y mi madre, feliz y orgullosa abuela... de cinco nietos.
Cuando Baek Hyun tenía un año, y algo, Lisa médicamente inexplicable, no se quedaba embarazada, volvieron a iniciar los trámites de adopción, ya que no querían que Mailin se criara sola. El nuevo miembro de la familia fue una preciosa niña, también vietnamita, llamada Sarah.
El viaje en autobús, gracias a dios, fue rápido, y enseguida llegué a casa de mis suegros. Nada más tocar el timbre, oí carreras y risas por detrás de la puerta. Jisoo abrió, lanzándose a mis brazos; ya tenía ocho años, y cada día que pasaba crecía más y más, poco a poco se iba convirtiendo en una señorita... y era el ojito derecho de su padre, que seguía llamándola princesita. Él y Jisoo tenían una complicidad especial. Todavía no le habíamos explicado que Jungkook no era su padre biológico, era muy pequeña aun, pero siempre tuvimos claro que cuándo lo pudiera entender se lo contaríamos. Jungkook, en contadas ocasiones, tenía sus temores... pero yo sabía que eso no cambiaría la relación que tenían; ella no había conocido otro padre más que él.
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Cuidando un corazón - Kookmin
FanficMiraba distraído por la ventanilla del avión, mientras las horas del viaje iban pasando. Dejaba atrás mi vida entera, para poder huir de las constantes peleas y reproches de mis padres, deseando poder encontrar un poco de paz, dedicarme a mi vocació...