●Capítulo N°11●

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Narración omnisciente

La junta ya había dado inicio y como siempre cada integrante fue entrando sentándose en sus respectivos puestos, hoy el semblante de la gente era neutral más no bueno, sobre todo el semblante de Marcela y Margarita las cuales pareciera que habían tenido una discusión pues no se dirigían ni la palabra ni la mirada, además era notable por la cara de enojo de Marcela y la cara de angustia de la mujer mayor.

En la sala se encontraba Marcela, Margarita y los abogados, aunque claro que nuestro querido Daniel no tardaría en hacer acto de presencia haciendo comentarios sarcásticos como ya era de su costumbre.

Poco a poco los integrantes de la junta que faltaban iban llegando y sentándose pesadamente en sus sillas, claro, todos excepto Roberto que como bien dijo Margarita se encontraba enfermo.

El tenso ambiente fue interrumpido por la estupefacción, pues Armando entró a la sala acompañado de Mario el cual cuidaba que no se tropezara, como ya era de esperarse todos los ojos de la junta directiva fueron hacia el azabache el cual simplemente caminó hacia su asiento sin mirar a nadie pues no estaba de ánimos para explicarse, no cabe mencionar que Marcela y Margarita ya estaban avisadas del aspecto de Armando aunque aún así no pudieron evitar sentir asombro pues no creían que estaría así de golpeado.

—Buenos días... –hablo el par al unísono–.

—definitivamente la decadencia no conoce límites -hablo Daniel burlon, mientras miraba a Armando con su ya típica mirada de superioridad, cosa, que de por cierto, repudiaba Mario–.

—Daniel, ya por favor. –le hablo el castaño a Daniel mientras se sentaba al lado de la silla de Armando–.

—¡Por favor qué! ¿Que clase de compasión me estas pidiendo por el? –menciono con indignación el Valencia– Armando, ¿qué hiciste anoche? Me imagino que no estabas trabajando por Ecomoda, ¿qué pasó? ¿Te estrellaste borracho con los tres sentidos que te quedan?–.

—¡Basta Daniel! Estamos aquí reunidos para discutir el paso a seguir de la empresa, no para cuestionar a Armando. –regaño Margarita a Daniel por sus incriminatorias palabras las cuales sobraban en estos momentos–.

Margarita, me vas a perdonar, pero no puedes seguir protegiendo al mal criado que tienes por hijo... O sí. Tal vez tengas razón, no le digamos nada porque, a lo mejor, herimos su gran ego y termina haciéndonos una pataleta a todos –hablo sarcastico el mayor de los Valencia– Armando, ¿te pongo a disposición mi chófer para que te lleve a dormir a tu cama?–.

—Vine a poner la cara. respondió Armando de manera seca–.

Si, aún te queda cara río Daniel– le voy a evitar el espectáculo al resto de Ecomoda. –el Valenncia cerró las puertas de la sala de juntas cosa que internamente agradeció Mario– Lastima que no te haya caído a pedazos de la vergüenza. Porque, ¿sabes? Es lo único que te queda en la vida, Armando. Vergüenza y mucha, ¿estás de acuerdo conmigo?–.

—Daniel... –Marcela miró a su hermano de manera desaprovatoria, le parecía innecesario hablarle así al pelinegro–.

▪︎It is painful▪︎ Armando×MarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora