A la mañana siguiente, el celular y su estridente y chillona música me despertó de mi sueño. Me removí incómodo en la cama y busqué el aparato, para apagarlo al fín. Me senté y miré por la ventana del departament, topándome con varios nubarrones grises que cibrían la precaria luz del sol. Salí de la cama y me metí al baño, mientras empezaba a desvestirme para tomar una ducha que me ayudara a despertar
Salí del baño bastante rápido y me vestí con cualquier cosa que pillara en mi armario, para luego ponerme la gabardina verde oscuro que uso en los días fríos. Me acomodé los lentes de marco negro tras mis ojos, de color verde bosque, ese color que me agrada y que casi nunca tengo la suerte de ver en mí.
Gracias a que ayer pude alimentarme, no ví la necesidad de matarme a base de cafés cargados, así que me llevé una botella de agua en el morral, junto a mis cosas típicas. Miré una última vez el celular y ví que iba a buena hora al instituto, así que salí del departamento
-¿Oíste los rumores?-me saluda Kisumi, quien se sentó al lado mío en la fila central del salón de clases y con sus brazos tras su cabeza. Bajé la vista del libro que estuve leyendo antes de que llegara mi amigo pelirrosado
-¿Rumores de qué?-pregunté mientras me rascaba un poco la parte trasera del cuello, con un deje de curiosidad
-Un nuevo chico...dicen que es un estudiante que fue transferido aquí...-Kisumi siempre ha sido muy metiche y le gusta saberse todos los chismes que corren alrededor de la facultad de Literatura
-¿Por qué el repentino interés?-pregunto, con la ceja izquierda arqueada
-Pues...podría ser uno de nosotros...ya sabes...los Ghouls tienen que hacerse de amigos...-sus ojos violeta revolotean por el salón, por si alguien oyó su comentario
Abrí los ojos un poco, por el asombro producido ante aquella palabras
-Es muy poco probable; tú y yo somos los únicos Ghouls aquí en Tokyo, o al menos los confirmados...las posibilidades de que otro llegue aquí son casi nulas...-Kisumi suspiró ante mi pesimismo
-Eres malo Mako-chan...podríamos hacernos otro amigo, pero siempre lo arruinas con tu pesimismo-bufó el pelirrosado, a lo que yo atiné a sonreir
-¡No te enojes conmigo!-comemté con un puchero sobreactuado, a lo que Kisumi sonríe y me golpea el hombro suavemente
-¡En fín!-Kisumi palmea sus manos y sonríe-¡Será para la próxima!-y Kisumi saca un cuaderno, un lapiz y empieza a garabatear
-Sí...esperemos que sí...-cuando el pelirrosado dejó de prestarme atención, solo suspiré un poco y volví a concentrarme en el libro que estaba leyendo
"LA PRIMERA SELECCIÓN
Creo que todos los que formaban parte de nuestra expedición vivían con la ilusión de que seríamos liberados de que, al final, todo iba a salir muy bien. No nos dábamos cuenta del significado que encerraba la escena que expongo a continuación. Hasta la tarde no comprendimos su significado..."
-Buenos días clase-saludó el profesor Hamada; cerré el libro y lo guardé en el morral-Antes de empezar la clase correspondiente, tengo la misión de presentarles a un nuevo estudiante, recien transferido de Osaka-y se hace a un costado, exponiendo a quien sería nuestro nuevo compañero
...Y QUIEN SE VOLVERÍA EN MI PERDICIÓN ABSOLUTA...
A su lado, se encontraba ÉL...quien me envolvió con su halo...quien me atrapó con su mirada...quién empuñó mi corazón con la palma de una de sus manos...
Poseía unos brillantes ojos azules, oscuros y profundos como el océano. Su piel era marfilada y parecía suave de aspecto. Su cabello, negro y alaciado, caía sobre su rostro, perfilándolo y dejando al descubierto un rostro de facciones delicadas en un semblante sereno
-Hola...-su voz era melodiosa y muy tranquila, parecía casi un arrullo-...mi nombre es Haruka Nanase, pero me gusta que me llamen Haru...Solo espero tener un año tranquilo...
Muchos de los alumnos quedaron bastante asombrados por el recién llegado, al igual que yo. Kisumi me guiñó un ojo y sonrió con coquetería; al parecer notó como estuve atrapado por ese chico
-¡Wow!...ví como le echaste el ojito al recien llegado-murmura el pelirrosa con soltura, lo que hace que el color rojo aparezca en mi rostro
-¡N-NO DIGAS ESAS COSAS!-bufé colorada hasta la coronilla, para luego esconder la cara en el pupitre
-Disculpa-un toqueteo en mi hombro me hizo levantar la mirada del pupitre y me topé con Haru, quien me veía con simpleza. Hice un sonido con la boca, que no supe interpretar muy bien-¿Está ocupado?-señala un pupitre a mi lado derecho
-N-no...-dije completamente apenado
-¿No te molesta que me siente ahí?-pregunta el pelinegro, mirando fijamente mis ojos verdes con sus zafíros penetrantes
-¡C-claro que no!-vociferé con voz aguda; varios me quedaron mirando y soltaron risillas, lo que me hizo volver a esconder la cabeza en el pupitre, con mis brazos tapando mi cara. Escuché el sonido del metal deslizandosé contra las baldosas, para luego alzar la mirada y ver como el pelinegro me miraba con soltura
-Eres simpático-respondió el chico, mientras tomaba asiento a mi lado y me dedicaba una sonrisita-...hace mucho que necesitaba sonreir...-suspiró el pelinegro con voz baja
Lo miré encantado, siendo devorado por sus ojos azules oscuros y misteriosos, por los suspiros que escapaban de sus labios rosáceos. El profesor dió inicio a su cátedra, a la par de que empezaba a tomar notas sobre la clase. Miré por un rato a Kisumi, quien solo carraspeó y una sonrisa burlona se empezó a gestar en su viperina facha. Mis nervios se crisparon un poco y alejé mi mirada de su presencia, para enfocarme en la cátedra
Me distraje y miré como la mano del chico nuevo se movía por el cuaderno y tomaba apuntes; por alguna razón, me gustaba ver su mano y su letra, ambas suaves y de movimientos fluídos. Haru a menudo levantaba la mirada de sus escritos y miraba al profesor, esperando algo más que añadir a su cuaderno
-Oye...¿me podrías prestar tus notas más adelante?-pregunta Haru, mirándome de frente
La clase había terminado y se suponía que iba a salir a almorzar con Kisumi, pero el pelinegro se me acercó
-¿Eh?-solté, algo confundido y con la cabeza ladeada
-Necesito ponerme al corriente con las materias, y el profesor Hamada me dijo que tú eras de los primeros de la clase, así que recurrí a tí...-Haru dejó de mirarme, mientras un leve sonrojo se aparecía en sus mejillas
-Te propongo algo...¿qué te parece si me acompañas en el almuerzo y te ayudo con las notas?-ofrecí con una sonrisa brillante
Miré como el chico nuevo se sonrojó suavemente y asintió con una sombra de sonrisa. Me levanté del pupitre, tomé mi morral y salí de aquel salón, junto a aquel chico de cabello negro y ojos azules
*Nota de autora*
¡ALOHA!
Cuanto tiempo...este es el primer cap del fic y aquí hace acto de presencia Haru...los cuestionamientos morales de Makoto aparecerán más adelante, así que espero que tengan paciencia
A propósito, en algunos caps, colocaré algunas citas del libro que está leyendo Makoto: "El hombre en busca de sentido", de Viktor E. Frankl; habrá algunas que serán estéticas y otras tendrán mayor significación a futuro, así que espero que tomen algunas en cuenta
Eso es todo y Pingu-chan dice Bye :D
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Solo una mordida
Fiksi PenggemarMakoto Tachibana es un sencillo estudiante de la universidad de Tokyo, pero no se dejen engañar por su aspecto de niño inocente y sus encantadores modales, pues oculta un secreto: Es una criatura salida de lo más profundo del Infierno, cuyo único pl...