Makoto
Me acomodé en el sillón y revisaba el celular de forma periódica, ansioso a que Haru me llamara o me mensajeara, diciéndome que estaría por venir. Este es mi último plan de acción y rogaba por obtener algún resultado positivo, porque un solo error más y ya podía irme despidiendo de mi ángel salvador, de mi musa de cabello negro y ojos azules. Sentí suaves toques en la puerta, así que me levanté de mi posición mientras me acomodaba la camiseta azul sobre mi cuerpo
-¿Quién es?-pregunté
-Haru-respondió la persona atrás de la puerta. Una sonrisa nació de mis labios, así que me acerqué a abrir la puerta y me lo topé, con sus bonitos ojos brillando y sus lacios cabellos escondidos tras un gorro negro de pompón azul-Hola-saludó este, con voz serena
-Hola-soné lo más neutral que pude, para no incomodarlo-Por favor pasa-pedí, mientras el pelinegro se adentraba en mi departamento-Siéntete a gusto
-Gracias-respondió este, con un gesto de su cabeza. Se acomodó en el sillón y se aferró el asa de su bolso. Me senté a su lado y lo miré por un minuto que me pareció eterno
-Necesito hablar sobre lo que pasó esta mañana-espeté, con los brazos firmes a un lado de mi cuerpo. Haru me miró, sus ojos brillando con una extraña ansiedad-Lamento mucho si malinterpretaste lo que dije; no era mi intención menospreciar tu ayuda, de no ser por eso ya estaría muerto-correspondí, con una mano deslizándose por su sonrojada mejilla
-Yo también lo siento...pues no entendí lo que quisiste decir...-resopla el pelinegro con un suspiro de pena recorriendo su garganta; su mano palmó la mía y le dio un suave apretón-...por mi culpa casi te matas...y lo único que hago es causarte más disgustos...-resopla Haru con unas lagrimas deslizándose por las comisuras de sus ojos
-No es así, no te pongas triste por algo que fue mi culpa-espeté, con un semblante serio y firme, para poder tranquilizarlo-No fue mi intención la de herirte, pero el hecho de estar aquí conmigo te hace correr riesgos: Vivo con el miedo de que cada vez que estás cerca, tenga que atacarte para saciar mis ansias. Eres una persona demasiado hermosa para mí, y me niego a lastimarte, pero tampoco quiero cederte a alguien más-repuse. Haru me miró con grandes ojos y color carmín en sus mejillas aterciopeladas. Muy tarde, caí en cuenta de lo que dije, así que me cubrí la boca, completamente sonrojado y arrepentido-¡Lo-lo siento muchísimo; no quería...-y antes de querer continuar mi disculpa, sentí un par de manos quitándolas de mi boca, y me perdí al ver como el pelinegro esbozaba una suave y melodiosa risa y me miraba con dulzura
-Lo siento...es que...me sorprende que pienses todo eso de mí-responde el ojiazul sonrojado y sonriente. Sus manos se acomodaron en mis mejillas, mientras sus labios rozaban mi frente-¿Son verdaderos tus sentimientos?-pregunta
Mis ojos verdes se tiñen de aquellos tonos negros y rojos propios de mi especie, estudiando sus facciones delicadas.
-Nunca he dicho nada más serio en mi vida-respondí con firmeza. Pude ver como sus labios se curvaban en una suave sonrisita, mientras se acercaba a mi boca. Acorté la distancia y nuestros labios se encontraron, como nuestro primer beso, en aquel bar. Mi boca danzaba al compás de la del pelinegro, quién gemía con delicadeza y suavidad, entreabriendo sus labios lentamente para poder introducir mi lengua y saborear cada rincón, pero él no se quedó atrás, pues sus manos se aferraban a mi nuca, profundizando el contacto entre nuestros labios; al cabo de minutos, nos distanciamos, cada uno con una sonrisa en nuestras bocas
La puesta de sol se empezó a asomar por nuestras cabezas. Haru se acomodó en mi hombro y su vista estaba fija en la televisión, mientras veía como la sirena cedía su voz a cambio de pies para encontrarse con el amor de su vida
-¡Vaya vaya, miren lo que trajo el viento!-chilló alegre Kisumi, al verme abrazado a Haru, viendo aquella película animada
-Hola Kisu-chan-saludé con una sonrisa-¿Donde estuviste metido?
-Pues me quedé hasta tarde viendo los proyectos de recuperación que tienes que rendir en la facultad; estaba pensando en llamarte y preguntar por cómo estabas, pero veo que estás MUY bien acompañado-exclamó viperino mi mejor amigo, causando que Haru se sonrojara tenuemente
-Pues, logramos hablar algo-respondí alegre, con un brazo rodeando el hombro delgado del pelinegro
-Makoto, creo que debemos contarle-pidió Haru, con sus ojos ahora situados en mi persona
-Ah, cierto-comenté, mientras besaba su frente con cariño
-¿Qué me van a contar?...¡¿NO ME DIGAN QUE PIENSAN CASARSE?!-exclama el pelirrosado, dando brincos alegres y palmadas
-¡NADA QUE VER CON ESO!-escupí completamente apenado y Haru se aferraba más a mi hombro, apenándose más ante lo dicho por Kisumi-Verás, Haru se quedará aquí por las dos semanas que dure mi licencia médica, así que vas a tener que ayudarme con algunas cosas-pedí. Haru y yo habíamos acordado pasar estas 2 semanas de licencia uno en compañía del otro: Haru se ocuparía de mi alimentación cada vez que lo necesitara, y yo le daría tutorías, además de acompañarlo
...Una buena excusa para pasar uno al lado del otro...
-Aaaahhh...así que vas a tener una enfermera personal por estas dos semanas, eres un suertudo Makoto Tachibana-espeta mi amigo pelirrosado acercándose al sillón y dándome palmadas en la espalda, obligándome a sonrojarme con fuerza-De acuerdo, pero mi condición es que yo tengo que dormir con Haru en la misma cama-repuso ahora serio el pelirrosado
-¡OLVÍDALO!-exclamé furioso y sonrojado, dando tumbos en el sillón; cubrí mi boca con las manos. Kisumi me miró con una mirada desaprobatoria y Haru solo puso una mueca de confusión-Es que...yo no...
-Mira Haru-chan-dijo Kisumi, dirigiéndose al pelinegro-...conozco a Mako-chan desde años, y no creo que quieras un encuentro sorpresa con la Mako-conda tan pronto-comentó burlón el pelirrosado, levantando las cejas
-¡DÉJAME EN PAZ, Y NO LE METAS BASURA EN LA CABEZA!-chillé apenado. El ojiazul se sonrojó de forma sofocante y escondió la cabeza en sus rodillas, abrazándose con fuerza de estas
-¿Cuándo planea mudarse nuestro nuevo compañero?-pregunta el pelirrosado, con sus brazos cruzados
-Mañana...-murmura el pelinegro en voz baja, buscando llamar nuestra atención-...hablaré con Nagisa esta tarde ponernos de acuerdo, y estaré aquí mañana en la tarde, después de clases-responde el pelinegro. Ambos asentimos; acompañé a Haru a la puerta y lo despedí con un beso en los labios, casi un piquito. Me murmuró un "descansa" y se perdió de vista del departamento, dejándome a solas con Kisumi. Cerré la puerta y la sonrisa no dejó mi rostro
-¡Vamos Mako-chan, tenemos que preparar la habitación de respaldo!-exclamó mi mejor amigo sonriente. Asentí enérgico y nos dispusimos a arreglar la habitación de repuesto, ansioso y entusiasmado ante la nueva llegada a mi vida
*Nota de autora*
¡¡¡POR FÍN HAY AMOR MAKOHARU!!!
Agradezco la paciencia de los lectores, así que decidí recompensarlos con amor-amor, que harta falta hacía, pues tanto drama cansa y agota :(
Alégrense, pues los próximos caps se vienen más ligeros y románticos, así que espero se preparen
Ojalá les guste el nuevo cap <3
Pingu-chan
ESTÁS LEYENDO
Solo una mordida
FanfictionMakoto Tachibana es un sencillo estudiante de la universidad de Tokyo, pero no se dejen engañar por su aspecto de niño inocente y sus encantadores modales, pues oculta un secreto: Es una criatura salida de lo más profundo del Infierno, cuyo único pl...