Fuego y gasolina

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*Nota de autora*

¡Adivinen quien volvió!

Miren, lamento mucho el no publicar cuando correspondía, pero resulta que me llegaron más votos de lo que esperé, aunque el final ganador fue básicamente unánime...Adivinen cual ganó :9

Ya, pero en serio, aquí les traigo el cap que prometí. Dedicado a @PatataMary, quien en su comentario me dio tremendas ideas para el fic, además de todos los lectores que me comentaron. ¡LOS AMO!


Haru

El viento se había huracanado más de lo que se veía a simple vista, además de aumentar la sensación de pánico que recorría mi espalda. Caminé lo más rápido que mis piernas me permitieron, hasta llegar al iluminado distrito de Shibuya. Saqué mi celular del cortavientos y marqué el teléfono

-Kisumi, ya estoy en Shibuya. Dime donde estás-clamé lo más sereno que pude

-"Estoy en la entrada del bar de la otra vez. Por favor, ven pronto"-gimoteó el pelirrosado, para después colgar la llamada. Guardé el teléfono en la chaqueta y rebusqué el lugar con la mirada, hasta poder dar con una maraña de mechones rosáceos. Me acerqué a un edificio lleno de luces de neón azules y me encontré al chico desesperado, apoyado contra una de las paredes de la entrada. Kisumi alzó la mirada y se topó con mis ojos azules, corriendo hacia mi encuentro y abrazándome

-¡Ay Haru, gracias por venir. Estaba desesperado!-lloró Kisumi, mientras me apretaba más contra su cuerpo. Estuve tentado a empujarlo, hasta que sentí las lágrimas calientes mojar mi hombro-Lo siento Haru...por mi culpa...-su voz sonaba afónica, casi sin sonido. No estoy acostumbrado a consolar a las personas, así que lo único que hice fue alzar una mano y palmear suavemente su espalda, tratando de aliviarlo

-Ya...no fue tu culpa...ese imbécil te manipuló-murmuré suavemente, mientras seguía palmeando su espalda-¿Es en serio lo que me contaste?...¿Lo que ese imbécil te hizo?-Lo separé suavemente para limpiar sus lágrimas, y Kisumi asintió. Fruncí el ceño y miré fijamente sus ojos purpúreos

-Haru...¿Por qué no me dijiste que él era un Ghoul, como Makoto?-preguntó de la nada. Abrí desmesuradamente los ojos y dejé escapar un sonidito de asombro-¿Qué?...¿Dije algo malo?

Cuando creí que Sousuke no podía ocultarme más cosas, me sale con que ni siquiera es un ser humano

-Quiero que me digas cómo te enteraste-escupí serio, apretando los puños. Kisumi pareció dudar un poco, pero asintió con la cabeza y empezó su relato

-Pues...anoche, Makoto me llamó. Dijo que quería hablar conmigo sobre lo que pasó esa vez. Pues, resulta que Sousuke me noqueó con un golpe en la cabeza. Perdí el conocimiento por un instante, pero cuando desperté...sus ojos tenían nuestra coloración...-cerró los ojos un breve instante, y al rato, los abrió, con los colores negro y rojo que los caracteriza-además de que tenía su kagune activado-fruncí las cejas un poco, ante aquella palabra tan extraña que pronunció

-¿Su kagune?-pregunté, algo inquieto

-Ah, creo que Makoto no te ha explicado esa parte...si quieres te muestro, pero debemos ir a la Universidad de Tokyo, pronto-balbuceó rápidament el chico de pelo rosado. sentí y salimos de ahí con toda la calma que pudimos, para no llamar la atención

Solo espero llegar a tiempo


Makoto

Frente al campus de la Universidad, al alero de una tormenta, en espera de mi rival por el corazón de Haru. Era una estampa de película, en la que el protagonista se enfrentará al villano, en una batalla épica. Cerré los ojos y revelé su auténtica identidad, de aquel color enfermizo

-¡Veo que ya estás listo!-escuché una voz burlesca, y me encontré a Sousuke, con una sonrisa sádica en la mirada y sus ojos del mismo color que los míos

-Confirmaste mis sospechas-espeté, con los brazos a un lado del cuerpo-Le ocultaste lo que eres todo este tiempo

-Tú no eres exactamente santo de mi devoción, también le escondiste lo que eras-sus palabras fueron un golpe bajo para mi persona, pero sabía exactamente como devolver el golpe

-Pero, a diferencia de tí, Haru me aceptó tal y como soy, no tuve que golpearlo para que me quisiera-sonreí con cierta malicia-Yo soy bastante hombre, porque no necesito golpear a mi pareja para decirle que la amo-sentí unas punzadas alrededor de los hombros y ví que unas extremidades largas de color rojo me rozaron la chaqueta. Su rostro estaba cerca del mío, al igual que su cuerpo; de su espalda baja se desprendían unas extremidades alargadas, similares a las patas de una araña

-Vas a ser cadáver-escupió con furia y otras extremidades alargadas salieron de más abajo de su espalda, casi en la línea del cóxis. Estas mismas se alargaron hasta casi rozar mi cabeza, pero mi kagune, en acto reflejo, se activó y me protegió. Aquellas alas rojizas se extendieron, para bloquear el paso de las patas de araña de Sousuke.

Mi Ukaku se abrió completamente, dando un aleteo y apartándome del otro Ghoul unos metros. Eché una rápida ojeada a mis hombros, percatándome de que habían algunas heridas donde el kagune de Sousuke me rozó, y algo de sangre empezó a emanar de la herida

-¿¡Te lastimé?!-escupió Sousuke con una ironía notoria en su voz. Alcé la mirada y lo ví encima de mí, apoyado en aquellas monstruosas extremidades alargadas. Abrí la boca por el puso asombro, pero el tipo siguió hablando-Muy útil, ¿no lo crees?. Estas bellezas, además de su función como armas, también son útiles para desplazarse en altura...Así es más fácil cazar...-dos de aquellas ocho patas se extendieron y trataron de dar de lleno contra mi cuerpo, pero las enormes alas rojas a mis espaldas sirvieron como escudo, evitando que las puntas de aquellas cosas dieran contra mi pecho. Di unos aleteos y rápidamente, las alas de mi espalda se cristalizaron, tomando la forma de proyectiles afilados, los cuales disparé con toda la fuerza que mi cuerpo lo permitió

Sousuke esquivó cada uno de ellos; algunos rozaron contra su cuerpo, pero no hicieron mayores daños a su persona. Se acercó más rápido, desplazándose con las extremidades alargadas de su cuerpo, elevándolas para dar una firme estocada contra mi persona, pero las alas en mis hombreras servían como un práctico escudo para evitarlas. No podía seguir jugando a la defensiva todo el momento, pero tampoco podía atacarlo. Aproveché el estallido de un rayo para poder esconderme y planificar mi estrategia. Con un rápido movimiento, me escondí en la parte trasera del campus, aprovechando el estallido del viento y los rayos

Tenía que pensar rápido; no pasaría mucho tiempo antes de que diera conmigo y quisiera seguir peleando. Un bufido escapó de mis labios, al notar que empezaba a manar más sangre de las heridas de mis hombros. Maldición, había desgarrado algo de piel. Golpeé el suelo con mi puño cerrado y apreté los dientes, rezando por algo que no creí que aparecería

-"Makoto"-aquella voz suave, me buscaba, me hipnotizaba como un arrullo. Cerré los ojos y sentí una suave sacudida contra mi cuerpo-"Makoto, despierta"-rogó aquella suave vocecilla, que descubrí tenía un efecto chillón. Abrí los ojos y rápidamente me encontré con Kisumi-¡Gracias a Dios que sigues vivo!

-¿Qué haces aquí?-pregunta tonta que hice, debería reformularla-¿No deberías haber llegado hace horas?...Después de todo...

-Makoto-la otra voz me hizo querer saltar de un techo y dejarme caer hasta morir- Mis ojos casi se desorbitan, y al ver la expresión dulce de Haru me detiene en corazón. Me enrosco en sus brazos y inhalo cálidamente su perfume-¿Qué haces?

-Huye, por favor escapa de aquí...no sé de lo que ese enfermo sea capaz...


*Nota de autora*

¡¡CHAAAAAAAAANNNNNNNN!!

Aquí está...sé que me quieren matar por cortarlo en la parte más interesante, pero tenía que hacerlo, para generar mayores efectos dramáticos :D

Y muchas gracias por leer hasta aquí, pues el final está por llegar 

PinguLoca se despide con un beso >3<

Solo una mordidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora