Capítulo XIX

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Las dos se alzan en vuelo sobre los árboles hasta donde se encuentran los muros para entrar al castillo donde les esperan Henry, Belle y un gran grupo de soldados vestidos con únicamente por faldas a cuadros de diversos colores y a penas cubiertos sus pechos con ropajes que resguarden de la ligera brisa fresca que hay en esa zona y al lado de sus acompañantes se encuentra una mujer de cabellos rojizos muy rizados al igual que despeinados, con un vestido verde oscuro que a su cintura porta una gran espada y a su espalda un arco fino junto con una carcasa para las flechas y en su cabeza hay una corona propia del clan Dunbroch. La dragona posas sus patas en el suelo y observa a su alrededor y ve que hay numerosos hombres apuntándole con flechas afiladas, espera a que la morena se baje de su lomo y después se incorpora un poco para imponerse.

-Bajad las armas y las flechas- pide con su voz humana gracias a la presencia de su amiga
-¿Que nos asegura el hecho de que si bajamos las armas nos ataques bestia?- habla decidida la pelirroja agarrando la empuñadura de la espada
-¿Y cómo me garantizais el hecho de que cuando me transforme en humana no me van a atacar de igual modo?- le contesta de la misma manera
-Bajad las armas- ordena tras meditarlo, los soldados le obedecen y la bestia es envuelta por su característica nube de colores y finalmente dejándose ver en su forma humana bastante seria e intimidante
-Saludos reina Mérida- hace una pequeña reverencia
-Al final es cierto lo que vuestra amiga Belle dice, seguís con vida princesa Emma- esboza una pequeña sonrisa y después hace una reverencia- acompañadme a la sala del trono para oír vuestra propuesta- le indica mirando al castillo, esta asiente y los cinco ingresan en las paredes del castillo rústico y llegan a un salón con un trono grande hecho de madera y tallado a mano, la pelirroja se sienta en este y mira a los visitantes- hablad-
-Hemos sido conocedores de la amenaza contra este reino que han hecho los tres reinos dirigidos por la reina Snow White, hemos venido para proponeros que os unáis a nosotros para luchar por la libertad de poseer vuestra magia, la vuestra y de muchos seres que están siendo expulsados del Enchanted Forest por la mera razón de ser diferente o poseer magia, como vos y como yo- le explica resumidamente la rubia
-¿Y porque os ha exiliado vuestra madre?- le mira desconfiada
-Ella no es mi madre, solo es la mujer que me trajo al mundo y por tener un pensamiento diferente al suyo decidió ponerme una maldición que me condena a poseer la forma de un dragón pero gracias a la reina Regina he recuperado mi forma humana tras tres años de estar huyendo de los soldados que dan por muerta a la princesa Swan y quieren dar muerte a su supuesto asesino, soy conocedora de vuestra capacidad mágica de poder cambiar vuestra forma a la de un gran y feroz oso con la fuerza superior a la de casi 20 hombres juntos, uníos a mi causa y os garantizo la libertad de poseer vuestra magia y sin ninguna amenaza- ante esto último sonríe de lado-¿Queréis uniros, majestad?-
-Tenéis razón y mi instinto infalible me dice que decís la verdad, así que contad conmigo y con mi ejército, ¿Donde es el punto de encuentro para prepararnos?-
-El castillo Oscuro, el Dark One está también de nuestra parte- le informa Regina- en cuatro días hay una audiencia de la princesa Swan con los demás reyes en el Reino Blanco para que vean que sigue con vida y que reclama su derecho al trono del Reino Blanco por ley hereditaria, más compañeros de nuestra compañía han ido en busca de más aliados al reino de Arabia y lo más probable es que se nos unan peregrinos que han tenido que abandonar sus hogares antes de ser expulsados a la fuerza-

-De acuerdo, tendréis mi ejército en ese lugar dentro de dos días listos para luchar- sonríe con orgullo y se dispone a pactar el acuerdo estrechando la mano con la rubia que hace lo mismo

-Princesa Swan, debemos irnos, mi madre me ha hecho saber que necesitan de nuestra presencia de inmediato en Arabia- interrumpe la morena

-Muy bien, ha sido un honor conoceros majestad, espero veros en dos días en nuestro campamento- dice a la vez que se aproximan a donde mismo han llegado- va a ser mejor que Henry y Belle se suban encima para así llegar más rápido, sé donde está ese reino desértico- le informa a los demás y estos asienten

-¿Te encuentras capaz de aguantar este largo viaje?, Emma, no has descansado después de estas transformaciones- Regina le habla por lo bajo para que no les escuchen

-Me encuentro perfectamente bien Regina, no te preocupes, en cuanto lleguemos a Arabia y convenzamos a la sultana Jasmine para que se nos una le pediremos que nos permita descansar y lo haré, te lo prometo- le sonríe levemente antes de salir al exterior, los soldados al verles se esparcen para dejarles espacio y la rubia vuelve a su forma de dragón y esta vez ha logrado hacer que la montura que Regina le hizo en su armadura sea más grande y de manera que los tres puedan sujetarse bien y no caerse, con cuidado los tres se suben a lomos del dragón y con cuidado se alza en vuelo sobre las nubes para así pasar desapercibidos y no alarmar a los que están bajo su sombra

Emma trata de ir lo más rápido posible para que así puedan llegar antes del anochecer y poder volver al castillo de Rumpel antes del ocaso, pasan al rededor de unas dos o tres horas antes de llegar al desierto y a lo lejos logran divisar una gran ciudad de la cual destaca un gran palacio, se aproximan y a medido que los ciudadanos ven al dragón sobrevolar sus casas estos se alarman, pero ella no le toma importancia, cuando por fin llegan al patio principal donde se encuentran Cora, Ruby y Aurora posa sus patas bajo la atenta mirada de los soldados del reino que le miran desafiantes y dispuestos a atacarle a la más mínima. Los tres se bajan de encima de ella y vuelve a hacer lo mismo que en el reino de la reina Mérida y estos obedecen a la sultana.

-Es cierto los rumores de vuestra reciente aparición princesa Swan- la joven hace una reverencia

-Es un honor conoceros sultana Jasmine- se dispone a hacer la típica reverencia pero de repente siente una gran punzada de dolor en su costado y al posar su mano ahí ya que han cambiado sus vestimentas debido al calor de allí y estaba más desprotegida, pasa la mano sobre la zona y la ve manchada de sangre y nota sus fuerzas desvanecerse, a punto de caer al suelo es sostenida por los brazos de Regina y de la sultana

-Esto es por haber destrozado mi barco, love....-

Nuestra maldiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora