Capitulo 11

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Hora: 12:14 pm—28/05/2020

"Por un momento creí que todo había terminado, no me esperaba que estar en esta situación me lo pondría más complicado de lo que ya estaba. Mar y yo habíamos caído del precipicio como ultimo recurso que nos quedaba, y sin embargo, a pesar de haber caído al agua, tuvieron que haber pasado varios minutos para que haya podido despertar a la orilla de un bosque desconocido."

~Briell... Briell despierta...~  Oí la voz de alguien. Pronto abrí los ojos con pesadez, y, a medida que se aclaraba mi vista, pude ver el rostro de Mar, quien me miraba con preocupación y con lágrimas en los ojos.

— ¡Briell...! que alivio... -me abraza- creí que por un momento habías...

Antes de poder contestarle, mi cuerpo reacciona y empiezo a expulsar el agua que había quedado dentro de mis pulmones.

— No tienes por qué preocuparte... estoy bien -me siento sobre la arena mojada- ¿cómo es que logramos sobrevi- la tos no dejó terminar mi oración, pues todavía sentía esa sensación de ahogo.-

— No te preocupes por eso, la verdad es que ni yo misma puedo explicarlo, supongo que tuvimos suerte, además, creo que el agua amortiguo la caída. -Explicó-

Miré a mi alrededor, y, efectivamente nos encontrábamos en un bosque desconocido, sin embargo, no se veía tan malo, era hermoso si lo observaba con mayor detenimiento; árboles frondosos se estremecían con el viento cálido del sol que al parecer estaba en su total altura señalando que ya es medio día. Los pájaros no dejaban de entonar sus melódicas voces mientras que otros animales, como los insectos no se quedaban atrás, sin duda, no estaría nada mal pasar rato en este lugar. De hecho, podría seguir dándole una descripción aún más completa si tan sólo no nos encontráramos en una situación del cual, Mar intentaba advertirme.

— Briell, tenemos que irnos de aquí y regresar a Humboldt. -Declaró-

— No nos podemos ir de aquí sin ni siquiera encontrar a Sara.

— ¿Es que no me escuchaste?, te dije que el asesino me había manipulado para vigilarte más de cerca y saber con exactitud lo que tratabas de hacer, y ahora que me revelé contra el no sin antes escuchar ciertas pistas que tu estás buscando, como esto: -saca un papel que se encontraba en uno de los bolsillos de su pantalón, pero por desgracia, este ya estaba totalmente destrozado.-  ese papel era la prueba de que había algo más. La carta, todavía no la pude descifrar porque estaba muy dañada pero que además, sé que se lo estaba comunicando a la tal Sara y a otro joven llamado: "Nathaniel".

Quedé asombrada y sin palabras al mismo tiempo que supe todo lo que me estaba contando Mar, jamás llegué a imaginarme que se enteraría de ciertas cosas, entonces recapacité en la parte de su secuestro.

— Mar... -la abracé sin más- perdón, de verdad no pude creer que todo este tiempo ese tipo te ha estado... y enfrente de mis narices... soy una- mis lágrimas comenzaron a salir, y, al mismo tiempo fuí interrumpida por ella.-

— No digas que eres una pésima amiga porque no es así Briell. Eres como una hermana mayor para mi, y en el que te hayas convertido en eso quiere decir que vales mucho, me has ayudado en varias cosas como para que ahora pienses que eres mala, cuando en realidad no es así. Lo importante ahora es que soy libre nuevamente, bueno, hasta que ese tipo nos encuentre y nos aniquile.

Suelto una sonrisa y la vuelvo abrazar por 2da vez.

— Si... - la dejo de abrazar y seco mis lagrimas.- pero entonces, ¿dónde encontraste ese papel.?

— Lo encontré en el cementerio, estaba en el suelo y decidí recogerlo para darle una ojeada, y me di cuenta de eso.

— Bueno, por lo pronto es que será mejor que nos vayamos de aquí y nos comuniquemos con Charls. -Me levanto junto con Mar.-

— Briell... Charls está muerto, ese hombre me dijo que lo asesinó.

— ¿Qué...?

— Es cierto, y la verdad es que sonaba muy serio; estamos solas en esto. -Contestó- Y la verdad es que ahora no sabemos donde encontrar a Sara, la ciudad es grande y tampoco tenemos idea de como dar con su dirección.

— No, pero yo si. Sólo necesitamos un teléfono en buen estado, vamos.

~Mientras tanto...~

Ciudad de Yarnady —12:23 PM

Querido diario: hoy finalmente pude conseguir que Antonio confesara su amor por mi amiga Jinely, ahora ambos sé que estarán mucho mejor que antes, ¿y como no? , a pesar de todo, me siento muy bien en poder ayudar a las personas con mis buenos consejos.

Decidí regresar a casa dónde me esperaba nada más y nada menos que mi gato llamado: Felix. Pero antes, tenía que atravesar un par de calles de los cuales estaban muy transitados, para peor, diría que las personas que caminan por la acera le hacen competencia, jamás creí que esta parte de la ciudad sería tan estresante. Por esa razón suelo ir a lugares más apartados de la multitud, como visitar el parque del silencio, un lugar sumamente tranquilo para escribir en mi diario cada vez que me pasen cosas buenas y malas. Lastimosamente no tenía todo el día disponible para mí, pues, en las tardes como a las 03:30 pm debo ir a trabajar como empleada en una farmacia no muy lejos de mi hogar.

Lo bueno, es que podía pasar por una biblioteca a conseguir libros y leerlos para despejar un poco mi mente antes de empezar a estresarme estando en mi trabajo como de costumbre.

— ¿¡Oye qué te pasa.!?, ¿¡eres ciega o qué!? -espeta un joven el cual había chocado inconscientemente.-

— De verdad lo sient- no termino de disculparme cuando le veo con inquietud, un rostro tan reconocible e inolvidable me hace helar todo mi ser.-

¿Por qué la abandonaste.?, dime, ¿por qué lo hiciste.? -Espeta-

— A-Adr...

¡¿¡Por qué dejaste que muriera!?!, ¡no hiciste nada.!

—¡Adrien yo no...! -Lágrimas comienzan a salir de  mis ojos.-

—¿Adrien.? -Me mira el chico con confusión-

— ¿Qué...? -reacciono-

Tal parece que lo había vuelto hacer, otra vez mi cerebro me había hecho otra alucinación. Al reaccionar, noto que la persona con quien me topo, no era Adrien, solamente era otro desconocido a quien tenía que pedirle disculpas.

— Lo siento, no debí haber dicho eso, te confundí con alguien más, disculpa. -Sin dejarlo responder, me aparto de él y comienzo a caminar con prisa hasta ya no oír su voz llamándome por ese extraño momento.-

Estaba apenada y era tanta la vergüenza que ni siquiera me atreví a mirar hacía atrás. Tenía que hacer algo, ya no podía seguir en este estado o me volveré loca. Adrien estaba muerto, se había quemado en aquella mansión, y yo aún alucino con él. Al igual que la mayoría de los que alguna vez fueron mis amigos, ahora tenía que tratar de olvidarlos.

En ese momento, recibo la llamada de un número desconocido, no sabía si responder  o no, a la segunda entonada decidí tomar valor y contestar:

— ¿Hola...? -dije con poca seguridad-

Es bueno oírte después de tanto tiempo, Marlyn. -para mi sorpresa, pude reconocer su voz inmediatamente.-

— ¿Max...?


❇La llamada❇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora