Capítulo 4

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12:37 am

Al otro extremo de la ciudad:

Dos mujeres iban por las calles luego de haberse tomado unas cuantas copas salidas desde un Malibú, ambas estaban en estado de embriaguez, por lo que apenas podían sostenerse con los brazos sobre el cuello de la otra mientras caminaban de un lado a otro. 

Las personas que las veían pasar a su lado, las observaba de mal gusto cómo si se tratasen de unas alcohólicas prostitutas. Una de ellas era una morena de pelo rojizo tintado y alborotado de media altura quién cargaba un vestido ajustado a su máximo cuerpo, corto y con escote de color negro y unos tacones del mismo color.

La otra era blanca, delgada y de estatura media, rubia y al igual que el vestido mencionado, este era de color rojo cómo sus zapatos y cabello desarreglado.

— Jaja... Viva la vida loca... O qué no..? – Decía la chica rubia–

— See.... Jaja.. oh. Mira.. un pájaro... Que feo está.. Jaja... –Responde la otra–

— Nonono... Eso es..  una rata.... Largo rata inmunda... –Le da una patada a un gato y sale corriendo– Jaja... Creo que no era una rata... Era un perro...

Aún con sus disparates, lo que no notaron era que alguien las estaba vigilando de cerca, un auto tan negro cómo la noche se acerca a ambas con sigilo y cuidado.

¿Puedo ayudarlas en algo señoritas..? –Pregunta con seducción–

— ¿Y quién rayos eres tú...? – contraataca la peli roja–

Soy quién las llevará al paraíso, suban. Les pagaré bien.

Ambas a pesar de su estado, sentían algo de inseguridad, no sabían si confiar en un extraño que usa gafas oscuras, ofreciéndoles algo que ellas en su interior sabían a que se refería, sin embargo, tras ver muchos billetes que él mismo les muestra, esbozan una gran sonrisa cual gato sonriente de oreja en par.

En cuanto suben al auto, no tardan en arrancar y perderse en las tinieblas de la noche. 

Lindo auto guapo...Soy Fálon.  – Sentencia la rubia –

— Y yo Edeline... –completa la morena–

Lindos nombres, a mi me pueden llamar Kyle, y soy la pasión mortal.

Las chicas sonríen cómo si se tratase de una broma o simplemente el efecto del alcohol no les permitía analizar con claridad lo que quiso decir esa última frase. 

10 minutos más tarde, el trío llegan a una casa modena color blanco de dos pisos con patio, jardín y garage separado de las demás casas, dicho lugar dónde comenzaría la acción: 

Al entrar, las mujeres quedan sorprendidas tras ver los amueblados, decoraciones, domésticos y entre otras cosas que parecían costar una fortuna, toda una casa de ricos.

— Oh Kyle, ¿por qué no nos dijiste que eras rico..? –le interroga Fálon.–

Señoritas, eso es lo de menos, ¿desean tomar algo?.

¿Podrías traernos un vaso de agua?, Falón y yo nos duele un poco la cabeza...

— Por supuesto. Mientras, tomen asiento.

Y así es que ellas aguardan a la espera de aquél misterioso hombre.

"Es una lástima que existan personas tan ingenuas, cómo para no percatarse de lo que les espera."  Las palabras resonantes en la mente de un perverso no eran comparados con aquellas acciones que generaba un hombre tan retorcido y macabro.  Aunque no aparentaba ser la clase de persona que no cometeria al menos un terrible delito, éste sólo era el crecimiento de una semilla perteneciente a un plan maquiavélico y oscuro.

Tras regresar, aquel sujeto les entrega a cada una un vaso con agua fría que no tardan en satisfacer la necesidad de beber.

— Ahora, ¿quién de ustedes quiere comenzar?. –Dicho en voz seductiva y siniestra–

Edeline sin más preambulo, bebe la mitad de su agua y camina hacia él para luego comienza a besarlo con tanta pasión cómo si se tratara de un amor placentero. 

Falón decide quedarse de piernas cruzadas sobre el sofá contemplando el acto con excitación.

Kyle, rodea a la mujer con ambos brazos a la cintura y comienza a recorrer su espalda mientras ella desabotonaba su camisa. La chispa encendida poco a poco los estaba alejando de la realidad, cómo si no existiese el tiempo espacio. Aquellas zonas prohibidas que él deseaba conocer, lo incitaban a indagar más en la chica.

No faltó mucho para que desprendiera de su vestido que sin mucha dificultad pudo quitar. Edeline aún tenía mucho que cubrir, tan sólo pudo deshacerse de su camisa para admirar tan sólo su casi marcado abdomen. Aún así, él no se detenía para nada el querer recorrer por toda su piel canela.

Kyle, terminó por desprender de su sostén para luego besarlos cómo besar la mejilla de un bebé mientras sus manos que por voluntad propia, toma sus piernas y la alza hasta acorralarla contra una pared cercana. Edeline suelta un gemido de excitación tras sentir como él devoraba sus pezones a lengua y mordeduras suaves y precisas.

Falón por otra parte no existía para ellos, puesto que ambos estaban centrados en su lujurioso momento. Ella bebía y los admiraba con excitación y de un silencio sepulcral desde su asiento. Quería unirse, pero algo le impidió hablar o moverse, después de beberse toda el agua, su mente se nublo hasta perder el equilibrio de sus piernas y parte de su cuerpo. No comprendía que sucedía, pero para cuando se percató, ya era demasiado tarde... Su vista fué a parar a las tinieblas.

Por otro lado, la excitada pareja no se daban cuenta de lo que le había sucedido, solamente estaban ellos comiéndose entre sí. Con una mano, él desliza con antojo de sentir sus redondeados glúteos y carnoso muslo, ella no soportó más y terminó por desabotonar su pantalón y buscar lo que más anhelaba. Él por otra parte, decidido, sacó su miembro ya erecto y palpitante e hizo a un lado la tanga de la mujer y se la entierra cómo conectar un cable al tomacorriente. Eso hizo que ella gimiera aún más y le implorara que se moviera. Kyle toma de sus glúteos y la embiste contra la pared con ritmos precisos que poco a poco aumenta hasta darle con todo.

Después de eso, él la coloca sobre un mesón y la vuelve a penetrar una y otra vez por detrás, pero Edeline quería más. Sin embargo, antes de poder satisfacerla, ella comenzó a marearse y a perder el control de su cuerpo, su vista se tornaba cada vez más oscura. Y, antes de quedar inconsciente, alcanzó a oír la voz del hombre que la sentenció a una condena de la que no podrá salvarse.

Esto es sólo el comienzo...

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