Rey de los idiotas.

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[Miércoles]

[10 días para la obra]





—¿Niki? ¿Te sientes bien?

A decir verdad no.

Había estado sintiendo una gran inquietud durante dos días continuos hasta el punto de no poder digerir a gusto la comida de su madre. El accidente con Sunoo lo mantuvo ansioso de saber si se encontraba bien, y no dejaría de sentirse así hasta recibir noticias de su estado.

—Lo siento, ¿De qué me hablabas?

Heeseung suponía que su amigo estaba tan disperso debido al accidente del lunes y por el hecho de que no tuvieron noticias de ello. Los nervios y el miedo lo experimentaron al mismo tiempo ante la situación, más sin saber qué hacer específicamente para ayudar. Aún así, la preocupación se mantenía en pie.

—Nada interesante, solo quise matar un poco el silencio contándote sobre la obra en la que participará mi hermano, pero podemos cambiar de tema.

—Oye, ahora quiero saberlo, cuéntame antes de que lleguemos a la biblioteca.

—Bueno, mi hermano no para de hablarme de la obra que protagonizará la próxima semana junto con otro chico que parece haberle robado el corazón, porque cada vez que lo menciona aparecen todos grandes corazones en sus ojos. —Heeseung hizo una imitación de la expresión de su hermano enamorado, haciendo reír al chico a su lado.

—¿Mañana vamos juntos a comprar las entradas? —Pregunta Niki antes de cruzar la puerta de la biblioteca, y cuando recibe la respuesta positiva de su amigo, entran sin hacer ruido.

Se adentraron entre los grandes estantes repletos de libros de todos los colores y todos los grosores en busca de una enciclopedia que los ayudara a estudiar para su pronto examen, parando de vez en cuando a husmear otro título llamativo o a hacer tonterías entre ellos.

Niki no solía temerle a cosas que no existían, como los fantasmas, los monstruos de debajo de la cama, el hada de los dientes, demonios, etc. Pero le temía a las simples cosas que tenían forma física, que aunque no fueran una amenaza, le resultaban aterradoras. Entre esas cosas estaban las cucarachas, los sapos, los escarabajos, las señoras con bastón y... los ratones.

Los estantes con los libros más viejos eran los que se encontraban al fondo de los pasillos, esos que se hallaban bajo una lámpara rota con todo el polvo y las enormes telarañas decoradas con varias moscas muertas. Ambos menores se dirigieron en busca de esa enciclopedia en los estantes viejos sin saber de los peligros a los que se enfrentarían al llegar.

—Creo que el ataúd de mi abuelo tiene menos telarañas que estos estantes.

Heeseung rió bajito al escuchar el comentario de Niki mientras seguía en su búsqueda por un lado, y el pelinegro por otro.

La curiosidad mató a Niki, no tan literal, pero cuando se alejó de Heeseung para buscar en otro de los estantes viejos, oyó un sonido muy extraño provenir de entre los libros. Con cautela se agachó un poco a quitar el libro del que provenía el sonido, llevándose como sorpresa a su peor pesadilla en carne y hueso ante sus ojos.

Aterrorizado se levantó bruscamente, tropezando luego con sus propios pies, y golpeándose con el estante detrás suyo.

—Estúpida rata de alcantarilla, ya entiendo por qué odio la película de Cenicienta...

La pequeña bestia había salido corriendo por otro lado lejos de él, lo que lo dejó más tranquilo... no por mucho.

Niki todavía no terminaba de darse cuenta que el estante que tenía a sus espaldas chirriaba, señal de que estaba cayéndose, ¿Pero hacia cuál lado?

Cerró sus ojos instintivamente creyendo que los libros caerían sobre él, pero al escuchar un grito junto a unos golpes, giró su cabeza asustado.

Por suerte o desgracia, el único libro que cayó sobre Niki fue la enciclopedia de plantas que tanto quería encontrar, mientras que a la otra persona detrás del estante le tocó el resto con los más gruesos.





[🍅]





—¿Piensas hacer algo? —Preguntó Heeseung viendo como su amigo tenía la mirada perdida en el cuaderno. Ni siquiera había escuchado lo que estaba explicando el profesor.

—Quiero ir a la enfermería...

Este deseo no era a causa de una dolencia por parte de Niki, físicamente se encontraba muy sano, pero psicológicamente muy culpable.

El nuevo accidente en la biblioteca le cargó otro pesado ladrillo de culpa a su mente, y no paraba de pensar en cómo haría para disculparse con esa persona a penas pudiera volver a verla.

Necesitaba ir a la enfermería para hablar con la víctima del accidente y, si hacía falta, arrodillarse para ganar su perdón, o de no ser lo contrario, se odiaría toda la vida por ser tan torpe.

—Lo entiendo, yo también estoy muy preocupado, pero no podemos hacer mucho. —Niki suspiró pesadamente, la hora se estaba haciendo demasiado tediosa para él. —Si te sirve de algo, hablé con el chico que nos ayudó en la biblioteca a levantar el estante. Me dijo que nos dará noticias más tarde.

—¿De verdad?

"Claro que no, he estado contigo todo este tiempo", pensó Heeseung con una pequeña sonrisa en el rostro. Sabía que Niki era muy fácil de engañar, por lo que darle una pequeña mentira para levantar su ánimo no resultó ser para nada complicado.

La mirada apagada de su amigo cambió a una mirada llena de esperanza, lo que hizo reforzar su sonrisa  para darle más confianza.

—Sí, así que no te preocupes. Tarde o temprano tendremos que verlo.

Niki solo quería golpearse la cabeza contra la pared hasta quedar sin consciencia, ¿Cómo pudo tener otro accidente y con la misma víctima?

Definitivamente él era el rey de los idiotas.

Eritrofobia [Sunki] 🍅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora