Buen trabajo.

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—¿Por qué estás tan feliz de pronto? —Pregunta Heeseung al ver a su amigo con una sonrisa peculiar en el rostro.

—Fue una buena obra, mejor de lo que esperaba. —Contestó sin poder evitar sonreír más amplio.

Sí, para muchos fue una pérdida de tiempo ir a ver la obra, pero para Niki fue una de las cosas más interesantes que presenció en un largo tiempo. El hecho de que el final fuese algo que absolutamente nadie esperaba, ni los mismos protagonistas, hizo que toda la historia fuese especial de cierto modo.

—Si no estuviera tan preocupado por Jake podría decir lo mismo y reírme también...

Ambos chicos se dirigían a los salones dónde los participantes de la obra preparaban sus vestuarios para saber del estado del hermano de Heeseung, el menor se sentía algo ansioso de saber si aquel accidente fue planeado o si en verdad una luz de ese tamaño cayó sobre su cabeza y si aquello le generó un daño tan grave. Niki se sentía un poco culpable por reírse de la situación, porque si el hermano de su amigo llegara a tener alguna discapacidad después del golpe, no podría lidiar con su voz recordándole que era una mala persona por eso.

Al llegar, Heeseung tocó la puerta del salón antes de entrar con cuidado y visualizar a su hermano sentado con una bolsa de hielo sobre su cabeza junto con otros compañeros a su alrededor.

—¡Jake! ¿Estás bien? —Preguntó acercándose a él con Niki detrás.

—¡Heeseung! —El mayor se sorprendió al ver a su hermanito, la emoción le dio una horrible punzada. —Auch, parece que elevar un poco mi voz me da dolores de cabeza, je,je. —El hijo menor de los Shim soltó un suspiro aliviado al verlo, por lo menos, todavía capaz de articular palabras coherentes.

—Me alegra que estés relativamente bien, no sabría cómo explicarle a mamá que mi hermano que gozaba de salud regresó con una discapacidad.

Jake apretó los labios para no reír mientras los demás no pudieran evitar carcajear.

—No te preocupes, estoy fuera de riesgo. El golpe fue fuerte pero por suerte no cayó por completo en mi cabeza, solo en la parte trasera, además de que el material no era tan pesado como creí.

Repentinamente la puerta volvió a abrirse, y la princesa entró con una expresión preocupada en su delicado rostro, una botella de agua en una mano y una bolsa de hielo en otra.

—¡Jake, traje algo de agua y más hielo para tu herida!

El mencionado recibió agradecido la botella de agua y la bolsa con hielo, sin poder creer que a pesar de haber demolido todo el esfuerzo de sus compañeros para hacer la obra, aún se preocupaban por él y su salud.

—Arruiné por completo la obra y aún así te preocupas por mi...

No quería admitir en voz alta que se sentía muy decepcionado de sí mismo, se había preparado tanto para esa obra pero sin embargo el esfuerzo fue en vano.

—No te culpes, Jake. Fue un accidente, si hubiésemos sabido que algo así ocurriría hubiéramos hecho lo imposible para que no sucediese, no te culpes por algo que no estaba en tus manos.

Desde el inicio Sunoo creyó que quien arruinaría la obra sería él gracias a sus nervios, pero le resultó sorprendente que al final una tonta luz mal colocada fuese la culpable de que no pudiesen finalizar con broche de oro. Entonces pensó por un segundo que estaba maldito, justo cuando todo iba bien, de la nada algo malo tuvo que suceder para acabar con la ilusión de por primera vez en su vida terminar algo sin problemas de por medio. Se compadeció mucho de su compañero el príncipe, en su situación él sería imposible de consolar ante tanto llanto.

—Gracias por tu comprensión y por cuidarme, hiciste un muy buen trabajo hoy, Sunoo. —Da gracias con una sonrisa antes de abrir la botella, agradecido también con que todos a su alrededor estuviesen preocupados por su salud.

Claro, Sunoo se había olvidado que todavía llevaba el vestido y la peluca de Aurora puestos, estaba tan preocupado por Jake que no tuvo tiempo de cambiarse ni de prestarle atención a la cantidad de corazones acelerados que capturaba mientras corría por los pasillos en busca de más hielo. Su preocupación fue tanta que ni siquiera notó que Heeseung y Niki estaban a un lado suyo, ambos sin poder creer que tenían a la mismísima princesa de la que tanto se hablaba frente a ellos.

—Hyung, ¿¡Eres tú!? —Exclamó Niki sin poder creerlo al conectar miradas con Sunoo. En su cabeza muchas cosas comenzaron a tener sentido. —Woah, de verdad eres tú, ahora entiendo porqué mi corazón se sentía tan acelerado, eras tú todo ese tiempo.

En su mente, como de costumbre, Sunoo despertó a sus pobres ancestros gritándoles maldiciones de todo tipo.

—No tienes idea de la cantidad de suspiros que escuchamos a nuestras espaldas cuando apareciste. —Añadió Heeseung.

El corazón de Niki palpitaba como loco, se sintió como un idiota por no haberse dado cuenta antes; esos labios no los tenía cualquiera, menos esa mirada llena de estrellas. "¡Nishimura Niki, eres un idiota!", se reprochó a sí mismo. La belleza de Sunoo es algo fuera de su alcance de compresión, no importa por dónde lo viese, él era hermoso, y por eso no pudo evitar hacérselo saber.

—¡Hyung, eres el más bonito de toda la escuela! —Confesar aquello fue suficiente para que las mejillas de la princesa se calentaran al igual que sus orejas, haciendo que los nervios que tanto trató de ocultar ese día salieran a flote.

—G-gracias... —Dio una reverencia en agradecimiento. —Yo... n-necesito ir a cambiarme. —Tartamudeó dándose la vuelta con intención de escapar antes de que el rojo en su rostro se volviese más intenso, pero la voz de Niki lo detuvo un segundo antes de irse.

—¡Hiciste un buen trabajo hoy, hyung!

La mirada de Sunoo quedó hipnotizada ante la inocente sonrisa del menor, ¿Cómo un mocoso dos años menor que él podía ponerlo así?

Sin nada más qué decirle, dio otra reverencia y escapó del salón escuchando como los latidos dentro de él le decían lo bien que se sentía su corazón por primera vez al recibir un halago.

Eritrofobia [Sunki] 🍅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora