Despiste.

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[Lunes]

[12 días para la obra]





—Todavía no me recupero del todo, no molestes. —Ataca Sunoo a Jay, quien apretaba suavemente las mejillas del más bajo con una expresión feliz en el rostro.

A pesar de estar aún enfermo y no aceptar la propuesta de su madre de quedarse haciendo reposo un tiempo más en casa, Sunoo creyó que no sería tan genial faltar un segundo día de clases y tener más tarea para hacer en casa. Así que allí se encontraba, parado con su amigo en el gran salón donde el resto de sus compañeros se intentaban ponerse de acuerdo para comprar la utilería a usar en la obra.

—En dos semanas es la obra, estoy muy curioso de lo que pueda llegar a pasar. —Dijo Jungwon acercándose a Sunoo y Jay junto con Sunghoon.

—El viernes debes preparar tu trasero, Kim, porque ya tendrán el material para empezar a confeccionar el vestuario. —Añadió Sunghoon con una sonrisa.

Sunoo suspiró cansado con un dulce Jay tirando de sus mejillas como si fueran de hule, no tenía energías ni para rogarle a su amigo que se detuviera. Pasar tres días seguidos en cama mirando series, tomando mucho chocolate caliente con unas mantas cubriéndolo del frío no bastaron para recuperarlo del resfrío que estaba sufriendo en ese momento.

Lo único que esperaba, era que ese resfrío pasara a ser algo peor y lo terminara matando antes de la fecha.





[🍅]





—¿Puedes recordarme por qué estamos haciendo esto? —Preguntó Heeseung secándose una gota de sudor que resbalaba por su frente.

Niki dio una risa nerviosa como primera respuesta.

—¿Quizás porque accidentalmente ensucié el suelo con pintura?

Tan tonto como se escuchaba, es lo que sucedió;

Al final la clase de arte, un individuo no identificado llevaba tanta prisa por salir que sin notarlo tiró uno de los baldes de pintura roja, y Niki, siendo otro de los alumnos apresurados, tuvo la suerte de pisar todo el líquido del suelo, ensuciando el pasillo con sus huellas al dirigirse a la siguiente clase. Cuando se dio cuenta gracias a que el conserje lo vio, no supo dónde ocultar su cabeza de la vergüenza. El mismo señor le dio la orden de limpiar junto a una extensa explicación de cómo hacerlo correctamente sin dejar rastros de pintura. Heeseung se unió a ayudar... solo para saltarse la aburrida clase, aunque internamente estaba lamentándose ya que sus brazos dolían de la fuerza que tuvo que ejercer con el trapo y el intenso olor del limpiador de piso.

—No puedo creer que seas tan despistado, ¿Enserio no sentiste algo espeso en tus zapatos antes de salir?

—Negativo, salí casi corriendo, así que no estaba concentrado en eso. —Ambos chicos dejaron entre suspiros las cosas de limpieza a un lado de los casilleros, el conserje se ocuparía de llevárselos más tarde. —Mira el lado positivo, terminamos justo cinco minutos antes de la finalización de la clase de biología.

Heeseung rodó los ojos con una pequeña sonrisa.

—Tienes razón, creo que es lo único positivo de todo. —Ambos rieron. El amigo del pelinegro tomó de un lado del carrito de limpieza uno de los carteles de peligro. —¿Quién pondrá la señal del otro lado del pasillo?

Entre los dos jugaron "piedra, papel o tijera" para ver quién sería el desafortunado de caminar hasta la otra punta a poner la señal, teniendo como "ganador" a Heeseung.

Niki rió viendo como las piernas de su amigo parecían dos finos palos apunto de partirse a la mitad por intentar caminar sobre el piso recién lustrado.

—¡Deja de reírte o volveré para partirte este cartel en la cabeza!

La amenaza de Heeseung sólo incrementó la risa de Niki. Heeseung llegó al otro lado entre tropiezos y carcajadas de su amigo, levantó su pulgar en forma de señal y colocó el cartel sin ningún problema.

Todo parecía estar bien cuando el timbre sonó por fin, pero a pocos metros de distancia un estudiante salía con prisa del salón reteniendo unas intensas ganas de vomitar el almuerzo.

Si la palabra "despiste" tuviera un nombre y apellido, ese sería "Kim Sunoo", el chico que pasó corriendo en cámara lenta por la mirada de los menores que gritaron advertencias inservibles sobre el suelo resbaladizo. Si Sunoo hubiese continuado yendo a esas clases de patinaje con Sunghoo, en vez de entrar a una academia de baile, probablemente hubiese amortiguado un poco más fácil esa caída al frío suelo.

El miedo indescriptible que Niki nunca le tuvo al monstruo debajo su cama, lo sintió al ver el cuerpo de Sunoo inconsciente en el suelo.

Eritrofobia [Sunki] 🍅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora