Amor canino (TERMINADA)

11. Separados

Han pasado diez días. Diez largos días en los que Steve no ha sabido nada de su mascota. Ha salido a buscarlo a la calle todos los días desde que JARVIS les comunicó que el perro se había ido y no regresa a la torre sino hasta la noche, pero no la logrado encontrarlo.

—Deberías descansar, Steve —le dice Tony cuando lo ve imprimiendo más volantes de "se busca".

—No puedo, Tony —le responde Steve—. Todavía no termino de imprimir esto.

Aunque Tony siente una pizca de celos al ver que Steve todavía quiere ir en busca de su pulgoso, se queda callado.

Pero los días siguen avanzando y Steve no logra hallar a Bucky. Va a perreras, cuelga cárteles, sale todos los días a recorrer la ciudad, y nada. Y lo peor es que al rubio se le acaba el tiempo, pues llega a un punto en el que solo le queda un mes para encontrar a Bucky antes de que Loki lo haga olvidarlo.

Desesperado, ya casi no pasa tiempo en la torre por recorrer la ciudad buscando a su perro. Y el sentimiento de culpa no ayuda en nada a tranquilizarlo. Sabía que Bucky lo amaba como jamás creyó que lo amaría, pero no creyó que rechazarlo lo haría irse de su lado. Aunque sus sentimientos por Tony jamás van a cambiar, Steve ve en Bucky al mejor amigo de su vida, así que no puede soportar pensar que está en las calles, pasándola mal.

Y entonces llega el sexto mes.

***
Bucky no sabe cuánto tiempo más podrá sobrevivir en las calles. Delgado, con el pelaje opaco, sin pata delantera izquierda y hambriento, recorre las calles de la ciudad tratando de conseguir alimento y, al mismo tiempo, evitar al perrero.

Por desgracia, ninguna de esas cosas es fácil. Porque nadie quiere darle un poco de comida o agua; la gente se limita a señalarlo y sentir pena por él. Cuando se acerca a algún carro de comida o persona con un sandwich en la mano, la gente suele insultarlo y gritarle que se aleje. Bucky no entiende cómo los humanos pueden ser tan crueles. ¡Solo quiere un poco de comida! ¡Ellos pueden conseguirla fácilmente en cualquier lado, pero él necesita rogar por ella! ¿No pueden solo compartirle un poco y ya?

Y el tipo de la perrera ya lo tiene en la mira. Desde que lo vio durmiento sobre un gran trozo de cartón cerca de un bote de basura, el perrero pareció decidirse en atraparlo aunque fuera lo último que haga. Ahora Bucky se lo encuentra merodeando por donde siempre pasa, por lo que siempre termina huyendo antes de que el hombre (cuyo nombre resulta ser Zemo) lo atrape y lo lleve a la perrera.

Pero nada se compara a extrañar a Steve. Pensó que ellos dos siempre estarían al lado del otro, pero ahora está lejos del rubio y no puede creer lo mucho que lo sigue extrañando. A veces se plantea la posibilidad de buscar una forma de volver a la torre, pero sabe que sería inútil; Steve no lo quiere, solo quiere a Stark, lo echaría de nuevo a la calle apenas lo viera. Aún así, el perro de largo pelaje café espera que su antiguo amo sea feliz. Merece ser muy feliz.

***
Decir que el genio millonario se enojó con el dios de las mentiras es poco. Nadie jamás había visto a Tony ponerse como una verdadera fiera. Pero cuando Loki les reveló a todos que jamás hubo un hechizo y que todo lo inventó para fastidiar a Stark, los vengadores tuvieron que esforzarse por detener a Tony en su intento de aniquilar a ese dios que le había hecho esa broma tan malvada.

Pero cuando todo pasó, solo Thor seguía enojado con él (pero Loki disfrutaba que su novio estuviera así con él... Sobretodo cuando estaban en la cama). Pronto, la broma quedó olvidada entre todo mundo.

Pero Steve sigue buscando a Bucky. Después de días, semanas e incluso meses, el rubio aún intenta encontrar a su perro. Tony también lo ayuda (ya ha asimilado que Bucky es una persona muy preciada para su novio), pero ni siquiera con toda su tecnología y contactos son capaces de encontrar al perro que causó un extraño triángulo amoroso.

—Steve.

—¿Qué?

—Quizá debas dejarlo así —le dice Tony con un poco de terror a su novio—. Sé que quieres encontrarlo, pero...

—No puedo dejarlo en las calles, Tony.

—¡Pero han pasado dos años y no hemos sabido nada!

El rubio suspira, derrotado; aunque le cueste admitirlo, su novio tiene razón. No pensaría así si solo hubieran pasado unos días o semanas, pero dos años ya son demasiado.

—Lo siento, Bucky —susurra mientras se tapa la cara con las manos.

Triste y nostálgico, Steve siente cómo Tony lo abraza.

***
Cuando se cumplen tres años y medio sin Bucky en la torre, Tony y Steve ya están casados. La boda, claro, fue una celebración a lo grande, y Tony hizo una gran aparición en el altar llegando volando con su armadura. La noche es de baile, música, felicitaciones, bebidas y mucha diversión. Y la verdadera magia ocurre cuando Tony y Steve pasan juntos su primera noche de luna de miel.

—¿En qué piensas? —le pregunta Steve a Tony mientras lo abraza.

—En que Bucky me hizo darme cuenta de algo.

—¿Qué cosa?

—Te amo tanto que no soportaría perderte.

El rubio le sonríe y se besan. Están acostados en la cama, ambos desnudos y tapados por una sábana blanca, y frente a un gran ventanal por el que pueden apreciar la luna y las estrellas.

Aunque aún le duele haber perdido a su amigo, Steve desea que él esté bien. Lo imagina con un nuevo dueño, uno que le dé el cariño y aprecio que merece, uno que no le rompa el corazón como lo hizo él. Sin decírselo a Tony, ha seguido poniendo cárteles de "se busca" por toda la ciudad, pero no ha obtenido absolutamente ningún resultado.

Intenta dejar de pensar en Bucky. Esta noche es solo de él y de Tony. Ya después se preocupara de que Bucky, donde sea que esté, sepa que lo quizo, lo quiere y siempre lo querrá. Es el mejor amigo que pudo haber tenido.