Ceguedad dentro de las murallas

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Pierre Gautier era un comerciante de materiales primarios que residía en Trost pero constantemente viajaba y se movía entre pueblos y murallas, se había dedicado toda su vida a ello continuaba con el negocio familiar ya que tanto sus padres como hermanos habían muerto tras una plaga que infestó dentro de las murallas años antes. Pierre era un hombre extremadamente bondadoso y generoso que disfrutaba de compartir lo que tenía con otros, que aunque no era mucho, tampoco se consideraba un hombre pobre que careciera de sus necesidades.
Pierre tampoco vivía solo, lo acompañaban sus tres sobrinos, Ruby, Luca y Ross, quienes habían quedado huérfanos tras la muerte de su hermana.

Los tres chicos eran ya jóvenes de 17, 19 y 20 años, por lo que le ayudaban a Pierre con entregas y la administración del negocio de comercio, Pierre los apreciaba como un tío a sus más queridos sobrinos. Pero era a Andri a quien Pierre consideraba su verdadera adoración, aunque Andri no era su hija biológica ya que la había adoptado tras los hechos mencionados en el capítulo anterior, la quería como el mejor padre a su hija y Andri que ahora tenía diez años, lo amaba como si lo fuera. 

Ambos eran la compañía perfecta del otro, Pierre la había criado de la mejor manera posible, aunque si le preguntáramos a Andri ella creería que Pierre aveces era demasiado sobre protector con ella, pero aún así sabía lidiar con ello y convivir con su padre de la mejor manera.
Aunque era verdad que Andri no convivía mucho con niños de su edad, la mayor parte de su tiempo estaba de un lado para otro acompañando a Pierre en encargos y entregas del trabajo lo cual no le molestaba ya que podía distraerse con los paisajes que veía en la carreta, jugar con el caballo, explorar los alrededores mientras Pierre negociaba, pero era verdad que en general pasaba su tiempo sola, el cual, aunque aveces le pesaba un poco, su gran curiosidad y su forma intrépida de ser hacían que fuera difícil que se aburriera o algo la detuviera a no investigar sus alrededores.

Andri sabía que a una calle de su casa había un Niño de su edad, este era hijo del panadero, cada vez que Pierre y Andri pasaban por ahí a comprar pan lograba verlo ya fuera atendiendo la tienda u horneando. A la niña le parecía un chico algo formal y callado pero siempre la recibía con una sonrisa y aveces compartían comentarios que los hacían reír a ambos durante la visita a la panadería, esto hacía que Andri tuviera ganas de ser su amiga, pero como ya se mencionó, casi nunca estaba en casa así que era difícil poder salir a presentarse y jugar con el niño panadero.

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