Al tocar fondo

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Pov. Andri
Este capítulo contiene descripciones de depresión y salud mental

Caminé hacia casa, las calles que había recorrido cientos de veces antes ahora se sentían diferentes, ya no sentía que yo perteneciera ahí, la gente hacía su vida con normalidad, si tan solo supieran por lo que habíamos pasado en Shingashina no estarían tan tranquilos.

Nunca fui una niña que dependiera de la compañía de nadie para ser feliz pero ahora simplemente sentía un vacío dentro de mi, ver a los niños acompañados de sus padres mientras caminaban en la calle me provocaba la necesidad de llamar a Pierre y decirle lo mucho que lo quería, de reír acompañada de mis primos una última vez pero en instantes recordaba que jamás podría volver a hacerlo de nuevo, aún no asimilaba que la casa a la que ahora me dirigía ahora estaría vacía y las personas que hacían de ella un hogar no volverían jamás.

Por fin, llegue a casa, esta estructura de dos pisos que asimilaba a una cabaña en el centro del distrito Trost, siempre se me había hecho muy bonita, seguía siendo la misma pero al estar vacía ya no se reflejaban las luces de las velas dentro. Abrí la pesada puerta de madera y el único sonido que se escuchó fue el rechinar de la misma, a la derecha estaba la cocina, aún desordenada y con platos sin lavar, a la izquierda la sala con los zapatos de Luca frente a la chimenea aún con leños y cenizas, las imperfecciones de la casa y lo acogedora que era generaban el sentimiento de que mi familia seguía ahí. La luz de la luna entraba por las ventanas e iluminaba tenuemente el interior, subí las escaleras frente a mi y antes de entrar a mi habitación al final del pasillo miré las puertas cerradas de los cuartos de mis primos y padre, no tenia el valor de entrar, apenas podía procesar lo solitario y silencioso que estaba todo. Me recosté en cama, estaba agotada, unas lágrimas escurrieron por mis ojos justo antes de quedarme dormida.
......

Amaneció, pero todo ese día no quise moverme de mi cama, entré en una rutina de sueño diario, despertaba solo para querer volver a dormir de nuevo.
El tiempo se detuvo, creando un loop en donde el tiempo que pasaba despierta intentaba recordar los momentos y cosas que me hacían feliz, pero cada vez se volvía mas difícil recordarlos. Solo me levantaba para ir al baño y comer, perdí la noción del tiempo, a veces me despertaba de noche y no tenía idea de cuánto tiempo había pasado, si acaso pasaron unos tres o cuatro días de mi encierro, no comía mucho pero pronto los alimentos comenzaron a escasear, había cosas que se habían echado a perder y lo que sobraba poco a poco se acababa, tendría que luchar contra mi misma y salir a buscar comida, aunque ni siquiera tenía idea de donde encontrar dinero para comprarla, seguro Pierre tenía algo guardado en algún sitio pero no tenía ni la energía ni la fuerza de voluntad para buscarlo.

Por lo pronto tomé una sola moneda que se encontraba en la mesa de la cocina y salí por primera vez en unos cuantos días, el sol me deslumbró por un momento, quería hacer esto rápido, ir al mercado y comprar algo para volver lo más pronto posible. Así lo hice, recorrí la calle y llegue al mercado. El primer puesto que encontré fue mi opción.

-Puede darme medio kilo de avena?- pregunté y le acerqué la única moneda que traía en la mano.
-Eso solo te alcanza para 100 gramos niña- el vendedor me miro con molestia.
-Solo 100 gramos?- suspire, en otras circunstancias trataría de negociar o pelear sobre el precio con el vendedor pero ese día no tenía energía para discutir -Como sea- dije, y el vendedor me dio la mísera cantidad de producto y sin más volví a casa.
Ni siquiera tenía hambre, me disponía a volver a dormir cuando escuche que alguien tocó la puerta.

Al abrir vi al chico de la panadería, con cabello negro, algo rizado y ojos grises, era de mi edad pero en el estado en el que me encontraba yo parecía mayor que él.

-Hey, qué tal? Soy Connor, el hijo del panadero, no se si me recuerdes. Oye vi que en el mercado no tuviste mucha suerte negociando con el vendedor de avena, espero no te moleste, pero te noté bastante más delgada y pálida que antes y te traje esto- Connor mostró una bolsa de cartón llena de panes -Muchos de estos están un poco quemados o duros pero creo que te vendrían mejor a ti que a la basura.... Espera eso no sonó nada bien- el chico se puso un poco nervioso.

-Lo que quise decir es que, he notado que hace varios días que no visitas la panadería ni sales de casa y creo que esto podría ayudar- yo solo lo miraba mientras hablaba. El chico baja la mirada, parecía inseguro de lo que diría. - Me enteré de lo que sucedió en Shingashina, en verdad lo siento mucho, es horrible todo lo qué pasó, se que casi no nos conocemos, pero somos vecinos y bueno, Pierre siempre fue muy amable conmigo así que cualquier cosa que necesites ya sabes donde vivo.-

Ese chico era la primera persona con la que interactuaba desde que volví a Trost, no sabía que decir, los últimos días me había sentido tan sola, sin sentido, ahora un chico con el que apenas había convivido me traía una bolsa de pan sin pedirme nada a cambio. Le di las gracias, no se me ocurría que más decirle y el se fue tras darme una cálida y esperanzadora sonrisa.

Me quede quieta tras cerrar la puerta, contemplando la bolsa con panes, algo en ese gesto parecía que me había dado un golpe para hacerme reaccionar.
La vida fuera de mi solitaria casa seguía, mientras yo me hundía cada vez más en mi depresión el tiempo seguía su ritmo normal, ¿de verdad vas a seguir aquí dentro esperando a que mueras de hambre o tristeza?, ¿qué hay de vengar la muerte de tu familia? Aún tienes que salir de aquí.

Me miré reflejada en la ventana de la cocina, me veía terrible, mi largo cabello estaba despeinado y enredado por completo, tenía prominentes ojeras aunque dormía casi todo el día, mi ropa ni siquiera la había cambiado. No podía seguir así.

Concéntrate! Levántate y lucha. Vuelve a la realidad, Andri.

Estas palabras sonaron en mi cabeza, como si alguien más me las dijera desde otro plano.
Me tomó algo de tiempo retomar mi energía pero comencé por darme un baño, me cambié de ropa y al mirarme al espejo sentí que era momento de hacer un cambio, mi largo cabello tenía que irse, estaba algo maltratado y verme al espejo solamente me recordaba mi pasado y todo el dolor por el que había estado sumergiéndome estos últimos días. Tomé las tijeras y lo corté hasta el nivel de mis hombros, simbólicamente esto significaba un cambio en mi vida y parecía haberme quitado cierto peso de encima.

En la pared del pasillo había un retrato de mi familia, era una pintura pero la esencia de Pierre, Luca, Ruby y Ross estaban ahí.

Por ustedes

Ahora, cada vez que pasaba frente al retrato me venían a la cabeza esas palabras.... "Por ustedes".
No me dejaría aplastar por mis emociones nunca mas, tenía que luchar, tenía que matar a los titanes que destruyeron mi vida, tenía que hacer que sus muertes no fueran en vano, nunca mas, ni yo misma ni nadie me detendría para lograr mi objetivo. Recupere la determinación perdida y no dejaría que se fuera nunca más.

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