Forgotten Soldier

La caida de la muralla y el colpaso de una vida

La tierra tembló, el enorme titán había pateado la parte inferior de la muralla y con el golpe se creó una apretura de extraordinario tamaño, este acto hizo que la ciudad completa se llenara de polvo, la visibilidad se había reducido considerablemente y peor aún, rocas de enorme tamaño había salido disparadas en todas direcciones gracias al impacto en la estructura de protección.

Al ver esto Andri entro en pánico, siguió corriendo y empujando a la gente que estorbaba en su camino, que para entonces era mucha, todos habían salido de sus casas y negocios y corrían en todas direcciones, unos tropezando, otros en completo estado de shock sin poder moverse. Pero Andri ni siquiera lo notaba, lo único que tenía en la cabeza era volver con su padre mientras gritaba su nombre al correr.
Logró verlo por fin a la distancia y Pierre la vio a ella, estaban relativamente cerca, unos setenta metros y por fin se reunirían. "Andri!" Gritaba Pierre mientras corría en su dirección y Andri hacia la de él, poco faltaba para su encuentro pero las coincidencias ocurren y la mala suerte los persiguió a ambos, el destino le tenía a Pierre preparado uno de los proyectiles rocosos.

A los ojos de Andri el mundo a su alrededor se puso en cámara lenta, aunque corría lo más rápido que podía, sentía que no avanzaba en absoluto, la distancia entre ella y su padre adoptivo era relativamente corta pero se sentía como si fueran kilómetros.
En cuestión de milisegundos una enorme roca acabó con la vida de Pierre, aplastado, la última imagen que vería sería la de su hija corriendo desesperadamente hacia él mientras aullaba su nombre, el lugar equivocado en el momento equivocado. Cientos de personas en todo el distrito tendían el mismo destino que Pierre.

Al ver esto, Andri frenó en seco, la inercia hizo que cayera al suelo de rodillas, había estado tan cerca de alcanzarlo, ¿pero de que le habría servido llegar a él? La roca la habría aplastado también si hubiera logrado su objetivo. Su mente estaba en blanco, entró en estado de shock, temblaba y no podía levantarse solamente postraba su mirada en el charco de sangre que se generaba debajo de la gigante roca, pero su cerebro no generaba respuesta, simplemente se había desconectado.

Gracias a la enorme apertura que el titán colosal había generado docenas de titanes más pequeños entraban al distrito, el pánico y caos se apoderaron de Shingashina. Titanes desde tres hasta quince metros invadían el territorio de la humanidad en búsqueda de muerte.
Desde hacía siglos la humanidad no se topaba cara a cara con estos bestiales asesinos, se sabía de su existencia pero la enorme mayoría de la población jamás había visto o vería uno en su vida.
Los únicos con el mínimo conocimiento para exterminar a los titanes era la Legión de Reconocimiento, está era la división militar encargada de salir más allá de las murallas para matar o investigar a los titanes y recuperar territorio para los humanos, aunque jamás habían sido del todo eficientes y la mayoría de sus expediciones fracasaban eran los únicos que tenían la experiencia necesaria para acabar con algunos de los titanes que entraban por esa grieta. Pero por la velocidad con la que habían sucedido los hechos no se les había notificado aún, la tragedia sucedió en segundos por lo que era responsabilidad, al menos por el momento, de las Tropas de Guarnición hacerse cargo del problema ya que su trabajo era mantener el orden y protección de civiles dentro de las murallas.

Poca visibilidad, caos, muerte, pánico, era difícil mantener algo de orden dentro de la ahora rota muralla, incluso los soldados de las tropas de guarnición estaban en crisis, jamás se les había entrenado para un suceso como este. Pero si se les había enseñado a proteger a las personas ante cualquier costo así que los soldados que aún podían luchar tenían que movilizarse para sacar a la mayor cantidad de personas de Shingashina o frenar el avance de los titanes.

Uno de estos valientes soldados vio a lo lejos a Andri tirada de rodillas en el suelo sin moverse mientras esté gritaba indicaciones a las personas que corrían sin rumbo, por lo que corrió a ella, si la dejaba ahí seguro moriría, tenía que llevarla al barco que saldría del distrito a un lugar mas seguro.
-Hey niña, qué haces ahí?!, vamos! - dijo el soldado, mientras la levantaba del suelo poniéndola de pie. Esta acción hizo que Andri reaccionara y saliera del estado en el que estaba, comenzó a gritarle y exigirle al soldado que la soltara, que debía ayudarla a levantar la roca para sacar a Pierre.
El soldado vio la enorme roca manchada de sangre y entendió lo que sucedía, pero ya no había nada que hacer, Pierre había muerto debajo de esa piedra y ahí debería quedarse, pero Andri tendría que salir.
El soldado forcejeó con Andri mientras esta se negaba a caminar, por lo que decidió cargarla y ponerla sobre su hombro mientras corría hacia el puerto. Andri no dejó de ver hacia aquella roca que había acabado con la persona que más amaba en cuestión de segundos.

En el puerto, la gente ya se había aglomerado en los alrededores, todos desesperados y asustados clamando piedad a los soldados para que los dejaran subir al barco que los llevaría al otro lado de la muralla Maria, donde se pondrían a salvo.
Madres desesperadas suplicaban a los militares que se llevaran a sus hijos, súplicas y gritos de desesperación se escuchaban por todo el puerto, cientos de personas aplastadas en el mar de gente buscando una manera de salir del que antes era su hogar y ahora se había vuelto en un infierno.
Las tropas de guarnición estaban dando prioridad a niños, ancianos y mujeres embarazadas, el resto debía esperar en la interminable aglomeración de gente desesperada.

Andri acompañada por el soldado que la había salvado se acercaron al puerto, y el militar abrió paso entre la gente para llegar al inicio de la fila.
-Traigo a esta niña, estaba sola cuando la encontré, al parecer perdió a su familia- dijo el soldado a su compañero que entre empujones y gritos se encontraba dando acceso. Dejaron pasar a Andri, sola, subió al barco, aún con los ojos extremadamente abiertos, sin mencionar una palabra desde el traumático evento, entre la gente se hizo espacio y se sentó en el suelo.
Unos minutos después, el barco cerró sus puertas y comenzó a avanzar, era relativamente pequeño, más como una clase de ferri, así que la cantidad de gente que podía transportar era muy limitada y se había llenado rápidamente.

La amplia multitud que no había logrado tener acceso al barco entraba en pánico, gritos y maldiciones se escucharon por todo el puerto, gente aventándose al agua con la intención de nadar tras el barco y subir de polizones, otros simplemente caían al suelo con impotencia. Dentro del barco había un silencio espeluznante, se podía escuchar silenciosos sollozos y lloriqueos de la gente a bordo, pero la mayoría guardaba silencio. Entre ellos Andri que simplemente estaba encerrada en su cabeza, sin comprender lo que había sucedido minutos antes, se había destruido su vida y había cambiado todo por completo.