Año 847, dos años tras la caída de la muralla.
Como se había prometido Andri se había levantado a partir de ese día y lucharía por salir adelante, no sabía cómo pero comenzaría a rehacer su vida a partir de ese momento, y así fue.El gesto de amabilidad de Connor había sacudido algo en ella y le había devuelto cierta esperanza de que aún había razón es para vivir y luchar por vengar la muerte de su familia. La amistad de Connor y Andri se hizo más fuerte día con día, Connor le llevaba a Andri el pan que sobraba de la panadería casi diario y pasaban cada vez más tiempo juntos, Andri le contó todo lo ocurrido en Shingashina y Connor la compadeció y su relación se hizo aún más estrecha conforme se confesaban sus historias personales y creaban memorias juntos.
Aunque el pan que Connor le donaba a la chica era de gran ayuda no era suficiente, al principio Andri buscaba entre cajones y escondites de la casa donde Pierre guardaba algunos ahorros pero evidentemente estos se acabaron al poco tiempo y a Andri le era imposible solamente alimentarse de pan. Recordaba aveces las palabras de Mikasa en refugio:
Somos el eslabón más débil, por ahora dependemos de la caridad de otros.
Pero Andri se negaba a vivir así el resto de su vida, agradecía lo que Connor le llevaba diariamente pero poco a poco comenzó a buscar dinero fácil, aprendió que podría robar algunas cosas que le fueran útiles para cubrir sus necesidades. Las primeras veces solo hurtaba comida en pequeñas cantidades como manzanas, papás o pollo; pero con prueba, error y mucha observación noto que podría robar objetos con más valor y venderlos a precios que, aunque no eran muy altos, le ayudaban a satisfacer sus necesidades mejor.
Al principio, si un policía la atrapaba simplemente le quitaban lo robado y a veces le daban unos buenos golpes, pero la determinación de la chica hacía que fuera imposible que se rindiera. Seguro estarán pensando que posiblemente fuera más fácil que consiguiera un trabajo, pero la paga de un trabajo para una niña de su edad claramente era muy baja, además se necesitaba de mucho más esfuerzo y horarios establecidos, Andri simplemente había encontrado una forma de conseguir dinero fácil y no lo dejaría ir.
No hacía asaltos violentos ni nada por el estilo, era más bien algo parecido a un carterista, provocaba situaciones que distrajeran a la gente y se aprovechaba de esto para quitarles sus pertenencias, relojes, billetes, monedas, joyería.
No vamos a excusarla diciendo que lo que hacía era para no morir de hambre, tal vez al principio era así, pero poco a poco simplemente le gustaba la adrenalina y se había vuelto buena en ello.
Tomaba las cosas y huía sin dejar rastro, también había aprendido a trepar y correr por las fachadas y techos de los edificios de Trost lo que hacía que huyera fácilmente de quién la descubriera.Con el tiempo perfecciono la técnica de huida para que las tropas de guarnición que la llegaran a perseguir si la descubrían no la atraparan, lo cual no era seguido, ya fuera por que pocas veces la descubrían robando en el acto o porque las tropas de guarnición simplemente estaban más ocupadas bebiendo y divirtiéndose que cubriendo sus guardias. En caso de que algún soldado se diera a la tarea de perseguirla y tuviera su equipo de maniobras consigo, Andri estaba en evidente desventaja pero corría por las calles, saltaba vallas y trepaba paredes, era rápida, ágil y sus veloces cambios de altura con saltos de fachada en fachada hacían difícil seguirle el paso, en caso de que el soldado fuera persistente con el uso del equipo de maniobras Andri simplemente entraba a las alcantarillas de la ciudad, las cuales eran algo muy similar a las catacumbas de Paris si buscamos un ejemplo, laberintos subterráneos y abandonados en los cuales era fácil perderse, pero en estos tres años de soledad Andri había podido conocer el distrito Trost de todos los ángulos posibles.
Andri sentía cierto rechazo ante la autoridad de las tropas de guarnición, pero seguía enfocada en su plan de vengar la muerte de su familia, para ello había decidido unirse a la legión de exploración, en pocos meses se abrirían las convocatorias para nuevos reclutas y Andri tenía sus objetivos claros desde aquel día que decidió seguir adelante, ademas justo tendría la edad necesaria para entrar a la milicia.
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Ese era un día normal, Connor tocó a su puerta temprano en la mañana como de costumbre. Andri seguía viviendo en la misma casa, estaba mucho más deteriorada y falta de mantenimiento, pero era incapaz de abandonar ese lugar, además de que era el único sitio donde tenía un techo seguro tenía recuerdos y memorias que quería proteger en ese lugar.
Andri abrió la puerta y recibió a su amigo con un abrazo, aunque lo había visto el día anterior siempre le daba especial gusto sus visitas.- Hey! Qué tal todo? No te metiste en problemas hoy?- pregunto Connor mientras le entregaba la bolsa de panes a su amiga
-No se de que hablas- Andri respondió con cierto sarcasmo mientras se sentaba en los escalones de la entrada de la casa y se metía un pan a la boca
- Tienes que dejarlo Dri, has tenido suerte de que no te atrapen pero corres mucho peligro. Hay días que llegas molida a golpes- Connie dijo preocupado mientras se sentaba al lado de la chica.
- Y como se supone que consiga dinero entonces? Además soy buena en esto, robo a los ricos para dárselo a los pobres niños huérfanos que quedaron solos tras la caída de la muralla.... O sea, yo- lo dijo con voz burlona - Ademas, estoy muy cerca de dejar este lugar, en un par de días me uniré al ejército, por fin podré ser parte de la legión de reconocimiento.-Connor, era el hijo del panadero, tenía una hermana mayor que ya estaba casada por lo que el chico era el único que ayudaba a su padre con el negocio. Y su padre había heredado el negocio de su padre y así por varias generaciones. Se esperaba que Connor fuera igual y tuviera una rutinaria vida en la tienda familiar. Desde que Connor conoció a Andri su vida se había vuelto un poco más entretenida, escuchaba lo pasional que podía ser su amiga con respecto a la legión y le emocionaba la idea de una vida llena de aventuras y adrenalina. Connor jamás había visto a un titán, jamás había convivido con la muerte y las historias que Andri llegaba a contarle sobre aquel día le parecían terribles pero muy en el fondo la escuchaba como historias y no como experiencias reales. Por ello, escuchar a su amiga le había despertado cierta curiosidad en la legión de reconocimiento y sin racionalizarlo demasiado dijo:
-Yo me uniré también-
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Forgotten Soldier
FanfictionAndri Gautier vive en el distrito Trost, su vida ha sido relativamente tranquila hasta que por cuestiones de negocios familiares viaja a Shingashina, ese día cae la muralla y con solo diez años la vida de Andri da un giro por completo, la muerte y s...