William Moriarty y Sherlock Holmes se ven obligados a comprometerse, cada uno por diferentes razones.
El gran detective de Londres sabe que ese omega quiere algo de él, pero no logra descifrar ¿qué? Liam es demasiado contradictorio y...peligroso.
...
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Irene Adler soltó un silbido al ver la lujosa mansión Moriarty.
El señor Jack fue quien la recibió y quien ahora la acompañaba a la sala donde se reuniría con William.
—Señorita Adler, es bueno verla de nuevo.
—Will, hola—la muchacha le da un abrazo y varias palmadas en la espalda—Que linda casa. Los detalles son soberbios.
William se coloca una mano sobre la boca para ahogar su risa. La chica le caé mas que bien.
—Por favor tome asiento, señorita Adler.
—Llame Irene, estamos en confianza.
—No me atrevería a tanto.
Cuando los dos están acomodados en los sillones frente a la chimenea, con dos tazas humeantes de té preparadas por Louis es cuando empiezan a hablar.
—Indagué un poco acerca de Lucian y descubrí que estudiaba en la universidad de Oxford. Así que fui al establecimiento para hablar con él.
—¿Tuvo éxito?
—No, realmente—William niega con la cabeza—Me encontré con su compañero de habitación, Tate, pero me dijo que estaba desaparecido desde hace tres días.
Irene baja su taza y mira ceñuda al otro omega—¿Cree que el muy descarado huyó para no hacerse responsable?
—Esa fue mi primera hipótesis pero no es así. Fui a su casa y los trabajadores me dijeron que el chico sufrió un accidente y que estaba en el hospital.
—¿Un accidente? Es raro, demasiado conveniente diría yo—la mujer eleva una ceja—si me permites preguntar, Will, como conseguiste que los trabajadores soltaran la sopa.
—Bueno...—el omega de aclara la garganta, como no queriendo la cosa—Digamos que insinúe que Lucian y yo nos estábamos viendo.
Irene suelta una carcajada—¿Bromeas?
—Fue una forma rápida y eficiente.
—Supongo que se la tragaron toda, ¿cierto?
—Podríamos decir que sí.
—¿No te llama la atención trabajar como actor? Eres lindo y se ve que tienes habilidades, serías una estrella.
—Gracias por la oferta pero no estoy interesado.
—Tu te lo pierdes—Irene niega con la cabeza—Entonces, ¿qué tipo de accidente tuvo ese engendro de Satanás?
—Ninguno.
—¿Qué?
—Lucian no estaba en el hospital, de hecho. Estaba en un burdel, en un estado desorientado ya que consumió opio.
