Al llegar a las cocinas veo a mucho elfos- literalmente muchos, jamás había visto a tantos juntos- preparando el desayuno.
Cuando atravieso la puerta todos me quedan mirando y se acercan corriendo- me asustó, tengo que admitirlo- me rodearon y empezaron a ofrecer postres, dulces, carnes, de todo lo que se puedan imaginar.
-ya déjenla- dice el elfo que me trajo hasta las cocinas- no esta acostumbrada a las multitudes.
Todos los elfos lo miran con mala cara- aunque son muy adorables cuando se enojan- y se alejan silenciosamente.
-bueno señorita Mackensy.. - toma mi mano y me sienta en una mesa al final de la cocina- ¿Qué es lo que le duele?.
-todo.. - me avergüenza un poco decirlo así, pero realmente me duele todo el cuerpo- pero mayormente la espalda y..
Espera un segundo.
-¿cómo sabes mi nombre? - al haber despertado recién y con el dolor de espalda no me había percatado que nunca le dije mi nombre.
El abre como platos sus ojos verdes y me mira algo nervioso.
-dobby no puede decirlo señorita Mackensy.. - baja su enorme cabeza hasta mirar el suelo- dobby prometió no decirle a nadie que kreacher lo mandó..
Puedo ver como su cara forma una mueca de horror, se dió cuenta que me acaba de decir parte de lo que no puede decir- y no puedo evitar reírme- hasta que veo que se empieza a golpear la cabeza contra el mostrador.
-¡Dobby!- lo tomo de la cabeza para que se detenga- ¡¿Qué haces?!.
-Dobby prometió no contar nada, pero Dobby no pudo guardar el secreto y necesitaba castigarse..
Eso me entristece. En casa tenemos dos elfos domésticos libres y jamás había visto que se castigaran solos- aunque la abuela me contó que están acostumbrados a que los maltraten y cuando hacen algo mal pueden llegar a castigarse solos, por costumbre a los golpes- les costó muchos años entender que no debían castigarse, que todos pueden cometer errores. Ahora viven felices en casa.
-tranquilo, Dobby- me pongo de rodillas como puedo y quedo más o menos a su altura- no tienes que castigarte, es normal cometer errores- le sonrio y lo abrazo- no tienes que hacerte daño.
El queda inmóvil, no se esperaba el abrazo- y por su reacción creo que jamás le habían dado un abrazo-.
Al separarme de él, puedo ver una sonrisa y sus ojos muy llorosos.
-gracias, señorita Mackensy- sonríe.
-solo llamame Mackensy- le devuelvo la sonrisa. Evitaré el tema por ahora, no quiero que se vuelva a golpear.
Intento pararme pero suelto un pequeño quejido.
-ohh, si, su espalda- dobby me ayuda a sentarme y me trae un té de un color negro que jamás había visto.
-¿de qué es? - preguntó algo intrigada.
El sólo me mira y me indica que lo beba, así que lo obedezco y bebo todo el té de un sorbo.
Y vuelve a pasar..
-recuerda Mackensy- me mira a los ojos y su expresión es terror puro- ¡debes recordar, tienes que hacerlo!.
Empiezo a llorar- debo de tener un año, no creo que más- así que es una reacción normal para alguien de esa edad.
-vas a ser una gran persona- no aguanta las lágrimas y empieza a llorar conmigo mientras me toma en brazos- me gustaría poder verte cuando lo logres, cuando sepas quien eres realmente. Pero no siempre nuestros deseos se cumplen..
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Mackensy Lupin
Fanfiction-Mackensy Lupin siempre sintió que algo le faltaba.. O eso era hasta llegar a hogwarts. Pasar de vivir con sus abuelos sin contacto con el resto del mundo a vivir en una escuela repleta de estudiantes es un cambio muy grande ¿Cambiará la vida de M...