Miércoles, 19 de enero.
10:39
Lo había visto. No llevaba ni diez minutos aquí, tratando de adaptarme al cielo nublado y el frío cuando Hyunwoo y Nancy aparecieron lamiéndose la cara. ¿No podían hacer esto en su casa? No tenía ninguna necesidad de ver este espectáculo mientras esperaba a entrar en las próximas dos horas de tortura.
No había sido fácil para mí entrar a la universidad y estudiar lo que quería, pero menos había sido enterarme de que justo ellos dos compartían espacio conmigo. No tenía nada en contra de que fueran pareja, bueno sí. Tenía toda una libreta A5 escrita, y ya iba por mitad de la segunda.
Recuerdo que mi antigua amistad con ambos comenzó a los cinco años en infantil, justo cuando pasábamos a la primaria. Primero conocí a Hyunwoo, y con él a Jooheon, Changkyun y Hyungwon. Éramos grandes amigos, los mejores. Pasábamos cada tarde juntos, cada recreo, cada momento, cada llanto. Disfrutábamos muchísimo pasar tiempo juntos, hasta que cometí el error de mi vida, juntarme con Kim Chaeyoung, mejor conocida como Nancy. Al principio todo iba bien, nos hicimos mejores amigas, pero eso era una tapadera. Poco a poco fue ganándose un hueco en el corazón de mis amigos, y en el de Hyunwoo, hasta que empezó a inventarse que los criticaba por la espalda, o los traicionaba de mil y un maneras que jamás quise saber. Finalmente la creyeron y terminaron por dejarme a un lado. Sin embargo no solo me dolió ese abandono, también fue saber que tanto Hyunwoo como yo nos gustábamos, y prefirió irse con ella.
Suspiré amargamente, desviando mi mirada de nuevo hacia ellos. El chico se veía feliz, bastante. Tenía la típica sonrisa tonta plantada en la cara, y en su frente se podía leer "Estoy embobado hasta las trancas", por no decir ese brillo especial que tenía en los ojos. Negué con la cabeza y mi mirada voló hacia esa arpía. Tenía esa estúpida sonrisa falsa de enamorada en la cara, pero estaba claro que solo estaba con él por una competencia inexistente que se había creado en su cabeza. Nunca estuvo enamorada, podía afirmarlo quinientas veces. Su juego favorito es arrebatarme todo lo que aprecio, y lo había conseguido.
Aparté mi mirada justo cuando iba a cruzarse con la de Shownu y decidí entrar a la clase antes de la hora. ¿Estaba huyendo? Posiblemente. No había hecho nada en contra de él, ni para dañarlo antes de que pasara todo esto, ni siquiera ahora que tenía motivos. No era lo mío vengarme, ni lo sería. Sí era cierto que deseaba que el karma le devolviera a Nancy todo lo que me había hecho, pero no sería yo quién ejecutara el plan.
Así que de nuevo me quedé apartada en un rincón atendiendo a clase. El tiempo pasó extremadamente lento, tanto que estaba a punto de tirarme por la ventana, sin embargo seguía apreciando algo de mi inestable vida. Me quedé confusa cuando empecé a oír un suave tintineo, y de pronto se dibujó una rosa envuelta por un dragón en la pizarra. Me giré hacia los demás para comprobar si también lo veían, sin embargo era la única.
Entonces pedí permiso para ir al baño, y tras entrar en uno de los cubículos una medalla con el mismo sello se hizo presente. La tomé en mis manos, analizando qué era, y entonces recordé las palabras de mi madre. "Prepárate, tarde o temprano te llamarán. Deberás recoger tus cosas inmediatamente e ir". Encajé piezas y ahí supe a quién pertenecía. La Gran Academia.
La Gran Academia era una institución de miles de años que se encargaba de dar entrenamiento y protección a cada ser mágico que habitaba en ese mundo y en Asserd, el mundo en el que nos criamos los demonios, hadas, brujas, y todo tipo de seres. Me estaban convocando tras despertar mi naturaleza, me estaban esperando.
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Tomé una bocanada de aire, tomando mi maleta con fuerza. Miré hacia la insignia del gran portón de hierro pintado de negro. Me recordaba a las casas estilo barroco. Un poco más allá del portón rodeado por un muro alto y gris, se extendía un camino de piedras y entre medio una gran rotonda con una fuente en medio. La fuente era bastante grande. En el centro habían esculpido una especie de pedestal rocoso que adornaba las figuras de Afrodita y Ares, los dos amantes expuestos. Ambos dioses estaban desnudos. Las piernas de Afrodita eran lo único que parecía estar cubierto por una tela, su vestido quizá. En cambio el dios parecía disfrutar de su desnudez, pues no tenía ningún problema en lucirse. Un casco romano y una lanza hacían de sus accesorios. La diosa se sostenía de uno de los hombros del hombre mientras su cuerpo lo miraba. Al contrario que Ares. Parecía más despegado, pues su musculoso cuerpo se mantenía hacia el frente. Eso era lo más destacado. Sin embargo, sus ojos estaban puestos en ella y su brazo libre la envolvía cuidadosamente, como si fuera de marfil, y la atraía a su cuerpo. Podría percibir que en sus ojos escondía un cariño hacia su amante, aunque fuera tan contradictorio. Un dios, tan odiado por los demás, lejano a los sentimientos y movido por la guerra, la venganza y sus propios intereses, prestando sus brazos gentilmente a la diosa, uniéndose a ella con solo la conjunción de sus miradas. Ares lo negaría, pero eso era amor. Él estaba enamorado. En cambio la diosa seguía siendo fiel a sí misma, fiel al amor, y no descansaba en cuanto al aumento de sus amantes. ¿Ella alguna vez lo amó tanto que dolía? ¿Sentiría lo mismo? Creo que sí, pero estaba prisionera de su cometido, que era amar a la humanidad y resto de seres de una forma un tanto especial.
Suspiré, caminando hacia dentro de la institución. Además de la rotonda habían un par de caminos que llevaban al bosque, al campo de entrenamiento y a una zona de jardín.
El edificio en sí era enorme, pues contenía los dormitorios, las aulas, los baños y el comedor, y estaba segura de que había alguna sala más de descanso o entretenimiento. Además de que el estilo neoclasicista-barroco le daba un aspecto majestuoso. Mi piel se erizaba ante tal obra de arte.
Tras pasar la primera puerta me recibió la secretaria con una sonrisa. Me indicó la habitación, el horario y me cedió un mapa de todo el centro. Admitía que hasta el interior era impresionante. Habían tantos cuadros y esculturas griegas, hasta una réplica del Juicio Final de Miguel Ángel. Tras subir las escaleras a la primera planta, busqué un ascensor para subir las cinco plantas. Habitación 503. Esperaba que no hubiesen escaleras para llegar hasta ahí. Necesitaba un ascensor o acabaría con mi vida. Por suerte minutos más tarde encontré uno pegado a las escaleras de la entrada. Monté en él y presioné mi piso, arrastrando la maleta y los papeles conmigo. Tras esperar unos segundos eternos, estaba ya en la quinta planta. Salí del montículo, y al buscar el número de habitación en el margen superior del marco, una sensación de plenitud, mezclaba con incertidumbre y emoción envolvió mi cuerpo. Supe entonces que había encontrado a uno de mis compañeros de equipo.
Según la secretaria, al llegar tendría que formar equipo, pero ni ellos ni yo decidían con quién. La intuición, nuestra naturaleza sabía qué nos convenía, aunque en este caso quise arrancármela de cuajo. Aquel compañero/a que me había puesto los nervios a flor de piel, era Im Changkyun.
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BUENAAAS. Aquí dejo el primer capítulo de mi nueva historia. Espero poder trabajar día a día para continuarla. No debería decirlo porque lo siento así, pero esta historia comenzó el 19 de enero de 2022, al menos a ser escrita, porque realmente la idea llevaba unos días pensándola. Y publicada el 25. ¡Feliz cumpleaños mi niño! No esperaba publicar justo en este día especial, pero aquí estamos.
Me siento a gusto con la forma en la que tengo pensada cómo va a ser nuestro Changkyun y lo que podrá surgir. Todavía tengo cositas sin definir, ya que solo estoy con el principio. No tengo ni final ni desarrollo, así que lo iré planeando según me vaya sintiendo. Sobre todo quiero que guste, pero también sentirme contenta con este trabajo y que cada una de sus partes sean realmente como quiero. Me gustaría que votaran, comentaran y compartieran este trabajo. Hace mucho que no escribo y sigo siendo principiante, así que me disculpo por los errores que puedan surgir. En cualquier caso espero sus teorías y consejos, que la apoyen muchísimo y estén ahí. ¡Gracias!
Sunni <3
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Dead Come To Life [Lim Changkyun]
FanfictionDestrucción Odio Venganza. Esos sentimientos eran los que movían a Lilith por mar, aire y tierra, removía las entrañas de esta última e incluso buscaba la ira de Dios. Esos mismos habían encadenado a su hija en un sólido laberinto de falacias por e...