Capítulo 7

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Corrí detrás de unas columnas que sostenían la estructura del edificio del Aulario General, justo detrás de unos macetones en los que habían unos arbustos altos. Al estar ocultos tras una columna lo llevé contras esta. Tras comprobar que no había nadie alrededor suspiré relajada.

-¿Qué pretendes, Sunhai?

Changkyun soltó una risita cuando me vio comprobar como paranoica que nadie nos viera a pesar de estar camuflados.

-Quitémonos el glamour, dejemos de ser invisibles, solo por un momento.

Le rogué aún sin dejar d sostener su mano. A medida que pasaban los segundos y veía su duda iba aumentando la fuerza, porque seguía sin responder.

-Sunhai... ¿Y qué haremos después? Todos sabrán que estamos aquí, preciosa, y eso sí es jugar con fuego.

-Solo... Quiero tener un momento de paz, como si no fuéramos vampiro y demonio. Un momento en donde nos comportemos como humanos que asisten a la universidad y pasan un rato juntos después de clases, aunque nos quememos.

El chico mordió su labio, demasiado tentado. Se acercó a mí para abrazarme y luego volver a la columna, como si quisiera que lo atrapara contra la columna. Fruncí el ceño, llevando mis brazos a sus costados, tal y como él quería. Entonces sonrió pícaro, lo que hizo que sonriera de igual manera.

-No le quitaremos la mirada de encima a nuestros humanos, pero mientras comen...

Me acerqué a su boca, ladeando la cabeza lo justo para invitarlo a besarme. Entreabrió sus labios, quedándose mudo por unos instantes. Creo que se deleitó de mis labios rojos y húmedos, de su forma, de tan poca distancia pero a la vez desesperadamente lejana. Creo que hasta perdió la noción del tiempo en esos minutos observando y memorizando cada rasgo. Aún así merecía la pena. Era un momento tan íntimo, tan hipnótico. No sabría decir cuándo desapareció el resto del mundo y me centré tanto en su respiración, en memorizar el carmín de sus labios tan finos, que definían perfectamente en dos líneas perpendiculares su arco de Cupido, y a la vez tenía el perfecto volumen en su labio inferior, más carnoso que el superior, de un tamaño perfecto para tirar de él.

Dejé mis barreras ceder, y poco después se desplomaron las suyas. Un sentimiento abrumador removió mi interior, como si fuera un tsunami caluroso pero refrescante.

-Abrahel te enseñó bien sus trucos.

Gramó con la voz ronca en un volumen bajo. Arquee una ceja, sonriendo. Me acerqué un poco más a él, hasta que su respiración se cortó y permanecía inmóvil.

-Mi hermana sabe cómo enseñarme.

Mordió su labio y deslizó lentamente el inferior por sus dientes en un plazo de medio segundo para cada movimiento, hasta que finalmente lo liberó dejándolo un poco más rojizo. Ese gesto me había cortado toda respiración, pues anhelaba ser yo la ejecutora. No bastó mucho tiempo después para conectar nuestras miradas y sentir sus brazos vagar a mi cintura, dejar un apretón y recorrer mi espalda en un zig zag lento.

-E-ey...

-Con una condición.

Llevó una de sus manos hasta mi cuello y la otra la dejó en mi cintura. Mis manos vagaron a su abdomen y cuello. Me tomé unos minutos para saborear aquella tableta de chocolate tan bien escondida pero trabajada, y él se tomó su tiempo en delinear mi espalda y aprenderse lo que podía de memoria. Esperé a que hablara, mirándolo hipnotizada.

-Mi humano asistirá a una fiesta esta noche. Ven conmigo. Hyunwoo también estará.

Negué con la cabeza cuando habló de él.

Dead Come To Life [Lim Changkyun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora